Echeveria: plantar, cultivar y cuidar

Echeveria: plantar, cultivar y cuidar

Contenido

Modificado el martes, 3 de junio de 2025  por Alexandra 14 min.

La Echeveria en pocas palabras

  • La Echeveria es una encantadora pequeña planta suculenta
  • Forma rosetas de hojas gruesas y cerosas
  • Sus hojas pueden adquirir tonalidades muy variadas: verde claro, azulado, gris claro, violáceo, rojo, anaranjado…
  • Es gráfica y muy decorativa para realizar composiciones de plantas suculentas
  • Prefiere pleno sol y un sustrato bien drenante
Dificultad

La palabra de nuestra experta

La Echeveria es una pequeña planta suculenta que forma bonitas rosetas de hojas anidadas. Existen alrededor de 250 especies botánicas y numerosas variedades hortícolas, ofreciendo una gran diversidad de formas y colores. Las hojas suelen ser triangulares, ovaladas o espatuladas, y son más o menos anchas según la especie. Pueden ser verdes, grises, azuladas, violáceas, rojizas, marrón-negro, y a veces presentan varios matices de color.

Las Echeverias son plantas fáciles de cultivar y que no requieren mucho mantenimiento. Necesitan un sustrato bien drenante y son resistentes a la sequía. Su único inconveniente es que son poco rústicas: por lo tanto, su cultivo en terreno abierto solo es posible en regiones libres de heladas, como la zona mediterránea. En otras regiones, se cultivarán en macetas para poder resguardarlas bajo cubierta durante el invierno y sacarlas al exterior en la terraza o balcón en primavera cuando ya no haya riesgo de heladas. ¡Descubre todos nuestros consejos para cultivar con éxito las Echeverias!

Botánica y descripción

Documento de identidad

  • Nombre latino Echeveria sp.
  • Familia Crassulaceae
  • Nombre común Echeveria
  • Floración primavera o verano
  • Altura entre 5 y 30 cm
  • Exposición pleno sol o sombra ligera
  • Tipo de suelo bien drenado, arenoso o pedregoso
  • Rusticidad generalmente entre 0 y 5 °C, pero hasta -4°C para las más resistentes

Las Echeveria cuentan con aproximadamente 250 especies originarias de las regiones secas y desérticas de México y el oeste de América del Sur. Son plantas suculentas, también llamadas plantas crasas, porque almacenan agua y minerales en sus tejidos (en este caso en sus hojas), de la misma manera que los cactus, magueyes, aloes y sedums. Esto les permite sobrevivir en ambientes particularmente áridos y resistir periodos de sequía.

Las Echeveria forman rosetas de hojas carnosas que se parecen un poco a las de las siemprevivas, pero no son tan resistentes. La mayoría temen temperaturas inferiores a 5 °C, por lo que deben protegerse en invierno. La Echeveria pulvinata es una de las especies más resistentes al frío, capaz de soportar entre -4 y -8 °C.

Además de las numerosas especies botánicas existentes, los horticultores han creado una gran cantidad de cultivares, obtenidos por hibridación, interesantes por sus formas y colores particulares, que las hacen muy ornamentales.

Ilustración botánica de la Echeveria secunda

Echeveria secunda: Ilustración botánica

La Echeveria recibió este nombre en homenaje al botánico y dibujante naturalista mexicano Atanasio Echeverria y Godoy (1771-1803).

Formando sus rosetas directamente a nivel del suelo, las Echeveria son plantas de pequeño tamaño. Según la variedad y la edad de la planta, alcanzan entre 5 y 30 cm de altura. La mayoría de las Echeveria se extienden en anchura con el tiempo, formando nuevas rosetas junto a la original. Algunas especies son arbustivas, formando tallos ramificados con una roseta en su extremo.

Las echeverias forman hojas gruesas, suculentas, de aspecto ceroso. Sus hojas suelen ser espatuladas o triangulares, anchas y afiladas en el extremo, aunque algunas especies tienen hojas más estrechas. A veces las hojas están imbricadas de manera muy regular, formando un motivo armonioso en roseta o espiral. Es el caso, por ejemplo, de la Echeveria derenbergii y de la Echeveria secunda var. glauca. Otras pueden adquirir un aspecto muy extraño y «deforme», como la Echeveria gibbiflora ‘Carunculata’ o la Echeveria agavoides ‘Cristata’… ¡verdaderas curiosidades botánicas! Como en otras plantas suculentas, las hojas carnosas de las echeverias les permiten almacenar agua y minerales para sobrevivir a periodos de sequía.

Las hojas de las Echeveria presentan una gran diversidad de tonalidades según las variedades: pueden ser verde claro, azuladas, violáceas, gris claro, rojizas o púrpuras. A menudo tienen varios matices de color: es frecuente, por ejemplo, que las hojas sean verdes y presenten marcas rojas en el extremo o en el exterior de la lámina foliar. Algunas especies son muy oscuras, como la Echeveria affinis, la Echeveria ‘Black Prince’ y la Echeveria ‘Black Knight’ con hojas negras. ¡La Echeveria ‘Afterglow’ sorprende por su tono azul-violáceo, marginado de rosa! En cuanto a la Echeveria nodulosa, tiene hojas abigarradas, verdes con marcas rojo oscuro, como si estuvieran pintadas. Pero la variedad más sorprendente es sin duda ‘Trumpet Pinky’, ¡que tiene hojas en forma de trompetas rosadas, matizadas de azul-violeta! Puedes divertirte creando contrastes de color combinando en una composición Echeveria de diferentes colores, por ejemplo una variedad negra, una verde, una azulada y una roja.

Echeveria: la diversidad de formas y colores

¡Las Echeverias se presentan en una gran diversidad de formas y colores! Es interesante combinar varias variedades para crear bonitas composiciones. Echeveria ‘Miranda’, Echeveria setosa var. minor, Echeveria ‘Etna’ (fotos: Jean-Michel Moullec), Echeveria ‘Compton Carousel’ (foto: Seán A. O’Hara), Echeveria ‘Serena’ (foto: Leo González), Echeveria runyonii ‘Topsy Turvy’ (foto: Forest & Kim Starr), Echeveria ‘Curly Locks’ (foto: Mokkie) y Echeveria ‘Duchess Of Nuremberg’ (foto: Federico Arambarri)

Incluso hay especies con hojas cubiertas de pelos: es el caso, por ejemplo, de la Echeveria bombycina y de la Echeveria setosa, que tienen hojas verdes con pequeños pelos blancos. Estos pelos protegen a la planta de los rayos del sol y de la sequía, al tiempo que retienen la humedad. Estas variedades son muy decorativas, este duvet aporta un aspecto suave y delicado, como si se hubiera depositado escarcha sobre las hojas.

Las Echeveria florecen en primavera o verano. Despliegan entonces, por encima de la roseta, un largo tallo floral con algunas hojas pequeñas, que lleva en su extremo pequeñas flores en forma de campanillas inclinadas, apenas abiertas, generalmente amarillas, anaranjadas o rojas. Las flores se agrupan en racimos o panículas. Cada tallo puede llevar una decena de flores, o incluso más. Se abren progresivamente desde la base del tallo hacia arriba. Las flores están compuestas por cinco pétalos coloreados, que forman el tubo de la corola, rodeados por 5 sépalos más cortos (cáliz). En el centro de la flor, entre los pétalos, se insertan 10 estambres (órganos reproductores macho), que portan el polen. Rodean al pistilo (órgano reproductor hembra), situado en el corazón de la flor, y que recibirá el polen, permitiendo el desarrollo de las semillas. Se aprecia la floración de las Echeveria por su aspecto muy delicado, en pequeñas campanillas discretas, y por su color a la vez suave y cálido.

Las flores de las Echeverias

La floración de la Echeveria ‘Blue Curl’: inflorescencia y detalle de una flor (fotos: J.J. Harrison), y la floración de la Echeveria elegans (fotos: Hinnerk11 y Bff)

Las principales variedades de Echeveria

Las variedades más populares
Nuestras variedades favoritas
Echeveria Perle Von Nürnberg

Echeveria Perle Von Nürnberg

Resultado de un cruce entre la Echeveria gibbiflora var. metallica y la Echeveria elegans var. potosina, esta variedad forma una roseta muy hermosa de color gris claro, con matices violáceos y rojizos. Ha sido galardonada con el Award of Garden Merit por la Royal Horticultural Society (RHS).
  • Periodo de floración Agosto, Septiembre
  • Altura en la madurez 15 cm
Echeveria lilacina

Echeveria lilacina

La Echeveria lilacina forma una roseta regular compuesta por hojas espatuladas, anchas y afiladas en la punta, de color gris claro a azulado.
  • Periodo de floración Junio, Julio
  • Altura en la madurez 30 cm
Echeveria agavoides Ebony

Echeveria agavoides Ebony

Esta variedad forma rosetas compuestas por hojas triangulares, afiladas en punta, con la lámina foliar verde claro, ribeteada de rojo oscuro – negro en el borde. ¡Una variedad muy contrastada y sorprendente!
  • Periodo de floración Junio, Julio
  • Altura en la madurez 15 cm
Echeveria Devotion

Echeveria Devotion

Esta variedad forma matas redondeadas compuestas por numerosas hojas anidadas, más estrechas que en las variedades anteriores, con una lámina foliar verde claro a rojo oscuro.
  • Altura en la madurez 15 cm

Más información Echeveria

La plantación de la Echeveria

¿Dónde plantar?

Las Echeveria son en general poco resistentes (las más robustas soportan hasta –5 °C). Por lo tanto, su cultivo en exterior se reserva para la cuenca mediterránea y las zonas protegidas del litoral atlántico, donde el riesgo de heladas es bajo. En estas zonas, se pueden instalar en una rocalla o sobre un muro de piedra, lo que favorecerá un buen drenaje. También pueden formar parte de un jardín exótico seco, junto con magueyes, aloes, cactus, yucas y sedums…

En otras regiones, con clima más fresco, es preferible cultivarlas en macetas para poder resguardarlas en invierno y sacarlas al exterior en verano, colocándolas por ejemplo en un balcón o terraza.

Las Echeveria disfrutan del pleno sol, aunque también toleran la sombra ligera. Es importante saber que el sol favorece la coloración de su follaje, especialmente en las variedades con hojas púrpuras, rosadas o rojizas. Si la cultivas en interior, te recomendamos colocarla cerca de una ventana. De lo contrario, si le falta luminosidad, puede estirarse creciendo en altura para buscar la luz, lo que la hará menos atractiva.

Como todas las plantas suculentas, las Echeveria necesitan un sustrato bien drenante, que no retenga la humedad. Apreciarán ser plantadas en una mezcla de tierra de jardín y arena gruesa. Un sustrato especial para cactus también les vendrá bien.

Las Echeveria también son perfectas en macetas, en el balcón o la terraza. Se integrarán a la perfección en composiciones con otras plantas suculentas, como siemprevivas, sedums, saxífragas, aloes, kalanchoes y pequeños cactus.

Las Echeveria también pueden formar parte de muros vegetales de interior o cuadros vegetales.

¿Cuándo plantar?

Si la cultivas en terreno abierto, te recomendamos plantar la Echeveria en primavera, hacia el mes de mayo. Igualmente, si está en maceta, puedes trasplantarla en primavera.

¿Cómo plantar?

En terreno abierto:

En la región mediterránea, puedes plantar la Echeveria en una rocalla, en un macizo o sobre un muro de piedra.

  1. Cava un hoyo de plantación.
  2. Coloca en el hoyo una mezcla de sustrato, tierra de jardín y arena gruesa.
  3. Planta la Echeveria.
  4. Rellena con sustrato alrededor, asegurándote de no enterrar su collar ni sus primeras hojas.
  5. Compacta ligeramente.
  6. Riega.
  7. Puedes colocar una fina capa de arena gruesa o pequeña grava en la superficie, para aislar el collar y las hojas basales del sustrato y evitar que se pudran.

→ Lee también: ¿Cómo plantar plantas suculentas en terreno abierto en el jardín?

En maceta:

Te recomendamos cultivar la Echeveria en una maceta de barro, ya que este tipo de maceta es permeable al agua y al aire, permitiendo una mejor aireación de las raíces y un mejor drenaje. En su defecto, también puedes elegir una maceta de plástico. Lo más importante es que tenga agujeros en la base, para permitir que el exceso de agua de riego se evacue.

En cuanto al sustrato, es importante que sea bien drenante: prepara por ejemplo una mezcla compuesta por 50% de sustrato y 50% de arena gruesa. Un sustrato especial para cactus también puede ser adecuado.

  1. Comienza por colocar en el fondo de la maceta una capa de bolas de arcilla o grava, para favorecer el drenaje.
  2. A continuación, coloca el sustrato (idealmente una mezcla de sustrato y arena gruesa, a partes iguales).
  3. Coloca la Echeveria en el centro de la maceta, asegurándote de no enterrar su collar ni sus primeras hojas.
  4. Rellena con un poco más de sustrato alrededor y compacta ligeramente.
  5. Puedes colocar una pequeña capa de grava o arena gruesa en la superficie del sustrato. Además de decorativo, esto aislará el collar y las primeras hojas de la humedad del sustrato.
  6. Riega ligeramente.
  7. Coloca la maceta bajo cubierta en un lugar luminoso, o en exterior al sol si no hay riesgo de heladas.

Echeveria: todos nuestros consejos de cultivo

Mantenimiento

Como la mayoría de las plantas suculentas, la Echeveria requiere poco mantenimiento. Es resistente a la sequía y temerosa por el contrario del exceso de humedad, que puede pudrir sus raíces. Riégala con moderación, dejando secar el sustrato entre riegos. Puedes regarla una vez por semana o cada 15 días en primavera y verano, con riegos un poco más frecuentes durante la floración (una vez por semana). En otoño e invierno, reduce los riegos aportando agua solo una vez al mes. Asegúrate de no dejar agua estancada en el platillo para maceta ni en el follaje, y dirige siempre el agua al sustrato en lugar de a la roseta de hojas.

Si cultivas la Echeveria en macetas, te recomendamos sacarla al exterior en primavera, una vez que ya no haya riesgo de heladas: colócala, por ejemplo, en tu terraza o balcón, para que pueda disfrutar del sol. En otoño, acuérdate de llevarla al interior para protegerla del frío. Se sentirá a gusto en un lugar luminoso, con una temperatura de al menos 7 °C. Si la Echeveria carece de luz, tenderá a etiolarse, produciendo tallos anormalmente largos, con hojas espaciadas, y probablemente acabará por doblarse.

Te recomendamos trasplantar la Echeveria cada 2 años, en primavera. Elige cada vez una maceta ligeramente más grande que la anterior. Si ves hojas muertas o dañadas, aprovecha para cortarlas. Después del trasplante, espera al menos una semana antes de regar.

En primavera y verano, no dudes en aportar un poco de fertilizante especial para plantas suculentas, a razón de una aplicación al mes. Esto fomentará la floración y el desarrollo de la planta, proporcionándole los nutrientes necesarios.

Las Echeverias son sensibles a las cochinillas, especialmente cuando se cultivan en interior. Estos insectos chupadores se detectan por la presencia de pequeños grupos algodonosos y blancos en las hojas. Se alimentan de la savia y debilitan así la planta, pudiendo provocar la aparición de fumagina. Puedes eliminarlos con un bastoncillo de algodón empapado en alcohol de 90° o agua jabonosa. Para más consejos e información, consulta nuestra ficha «Cochinilla: identificación y tratamiento»

Propagación

Las echeverias son fáciles de multiplicar por división o esquejes. La siembra también es posible.

Siembra

Atención, si recolectas las semillas de variedades hortícolas, los planteros y planteles pueden no ser idénticos a las plantas originales. Es preferible multiplicar estas variedades mediante esquejes o división de mata, para obtener plantas genéticamente idénticas, y reservar la siembra para las especies botánicas.

Siembra las semillas en primavera o a principios de verano. Es preferible utilizar semillas frescas, recolectadas recientemente; tendrán una mejor tasa de germinación.

  1. Llena una maceta con un sustrato drenante, por ejemplo una mezcla de tierra y arena gruesa, o tierra especial para cactus, luego compacta ligeramente y nivela la superficie.
  2. Como las semillas son muy finas, te recomendamos mezclarlas con arena, para facilitar su manipulación.
  3. Esparce la mezcla de semillas y arena sobre la superficie del sustrato, asegurándote de que quede distribuida de forma homogénea.
  4. Rocía un poco de agua sobre el sustrato.
  5. Cubre la maceta con plástico, en el que harás algunos agujeros para ventilar. Esto ayudará a mantener una atmósfera húmeda, favorable para la germinación. También puedes usar un mini invernadero.
  6. Coloca la maceta en un lugar luminoso, sin sol directo. Lo ideal es una temperatura entre 18 y 22 °C.

Las semillas de Echeveria suelen germinar en 2 o 3 semanas, asegúrate de que el sustrato permanezca ligeramente húmedo hasta la germinación. Una vez germinadas, puedes retirar el plástico y espaciar un poco los riegos.

Hacer esquejes

La Echeveria se multiplica fácilmente mediante esquejes de hojas o tallos.

  1. Para un esqueje de tallo, corta una roseta seccionando el tallo unos centímetros por debajo de la roseta, usando un cuchillo limpio y afilado. Para un esqueje de hoja, desprende simplemente algunas hojas de la planta madre.
  2. Deja secar la hoja o el tallo al aire durante unos días (esto permite que se forme un callo de cicatrización en la herida).
  3. Prepara una maceta con sustrato drenante, por ejemplo tierra para cactus.
  4. Si haces un esqueje de tallo, haz un pequeño agujero en el sustrato con un palito o lápiz, luego plántalo en el agujero. Si son hojas, colócalas simplemente sobre la superficie del sustrato.
  5. Riega ligeramente.
  6. Coloca la maceta bajo cubierta, en un lugar luminoso, pero protegido del sol directo.

Para más consejos e información, consulta nuestro tutorial «Hacer esquejes de cactus y plantas suculentas»

División de rechazos

La mayoría de las echeverias producen rechazos, nuevas pequeñas rosetas junto a la original. Solo tienes que recuperarlas y trasplantarlas para obtener nuevas plantas.

  1. Elige una planta bien desarrollada, que haya producido rechazos.
  2. Sepáralos cortando el estolón cerca de la planta original.
  3. Deja secar estas nuevas rosetas al aire durante unos días, para que la herida cicatrice.
  4. Replántalas en maceta, con un sustrato bien drenante.
  5. Riega.
  6. Coloca las macetas bajo cubierta, en un lugar luminoso, pero sin sol directo.

Estos planteros y planteles se desarrollarán bien progresivamente y crecerán, luego producirán a su vez nuevos rechazos.

Asociación

Planta sensible al frío que aprecia los climas templados, la Echeveria se integrará a la perfección en un jardín mediterráneo. Combínala con otras plantas que disfrutan del calor y suelos más bien secos, como los magueyes, yucas y tunillas, que podrás plantar, por ejemplo, en una rocalla o en un decorado de estilo mineral. Descubre el impresionante orgullo de Madeira, Echium fastuosum, que ofrece en primavera grandes espigas florales azules. Considera también las palmeras, como la Chamaerops humilis, de porte tupido y grandes hojas en abanico. También puedes incluir un olivo en tallo, auténtico símbolo del Mediterráneo, con su tronco retorcido y follaje plateado. En cuanto a las flores, confía en las jaras, los heliántemos, las adelfas y los lirios africanos, que aportarán toques de color espectaculares.

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Combinar la Echeveria: en un jardín mediterráneo

Echeveria elegans (foto: Syrio), Cistus x pulverulentus, Agave americana ‘Variegata’, Opuntia microdasys (foto: Stan Shebs) y Nerium oleander

También puedes crear una hermosa composición en macetas combinando la Echeveria con otras plantas suculentas: kalanchoes, aeoniums, haworthias, aloes y sedums, ¡para jugar con formas y colores! Descubre el Portulacaria afra ‘Variegata’, una encantadora suculenta arbustiva con aires de bonsái y follaje variegado. En cuanto a las echeverias, te recomendamos combinar diferentes variedades, por ejemplo, en tonos púrpura-negro, verde claro, azulado y rojo. Podrás sacar esta composición a tu balcón o terraza para disfrutarla en verano y resguardarla bajo cubierta en invierno para proteger estas plantas del frío.

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Combinar la Echeveria: para crear una composición en maceta

Haworthia zebrina (foto: Megan Hansen), Echeveria agavoides (foto: Stephen Boisvert), Crassula ‘Deceptor Jaldety’, Crassula ovata ‘Hobbit’, Kalanchoe tomentosa y Echeveria ‘Perle Von Nurnberg’ (foto: Karl Thomas Moore)

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