
Falsos siembras o abonos verdes: ¿qué método priorizar contra las malas hierbas?
Comparativa entre dos técnicas para eliminar las malas hierbas
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Aunque no todas las «malas» hierbas merecen ese nombre, no son bienvenidas en el huerto, y especialmente en las siembras y alrededor de las jóvenes plantaciones. De hecho, una mala hierba es una competencia desleal para una plántula joven, ya que tiende a acaparar el aire, el agua y los nutrientes. Para un cultivo eficiente, es mejor eliminar las malas hierbas del huerto. Además, también pueden albergar babosas y caracoles. Dado que los herbicidas químicos e incluso naturales están prohibidos, podemos recurrir a dos técnicas alternativas de gestión de malas hierbas: la falsa siembra y la siembra de abonos verdes.
Descubre nuestro comparativo detallado de estos dos métodos de eliminación de malas hierbas para ayudarte a tomar una decisión informada.
Entender la falsa siembra y los abonos verdes
Antes de comparar las dos técnicas de deshierbe, quizás sea conveniente explicar sus bases. El objetivo es eliminar las malas hierbas que invaden las parcelas del huerto. Algunas son simplemente antiestéticas, otras son francamente perjudiciales por su tendencia a desarrollarse muy rápidamente y ocupar el terreno en detrimento de las siembras y las jóvenes plántulas.
La falsa siembra
Este método de deshierbe natural permite reducir la cantidad de semillas de malas hierbas presentes en el suelo al provocar deliberadamente su germinación. Esta técnica se basa en una preparación del suelo como para una siembra real, es decir, se afloja el suelo con la biohorquilla o la horca, luego se rompen los terrones con el rastrillo antes de rastrillar para refinar la tierra. Después, solo hay que regar con lluvia fina y esperar. Las semillas de las adventicias suelen germinar en unos quince días, o incluso 3 o 4 semanas, dependiendo de la época del año. Solo queda entonces escardar o desherbar para destruirlas. También se puede actuar por ocultación para eliminar las jóvenes plántulas de malas hierbas. Y proceder a la siembra real.
Idealmente, esta falsa siembra se practica a menudo en primavera, entre abril y mayo. O bien durante cualquier período de intercultivo, por ejemplo en verano antes de una siembra de canónigos.

Falsa siembra vs abonos verdes
Los abonos verdes
La siembra de abonos verdes permite no dejar el suelo desnudo entre dos cultivos de hortalizas. De hecho, basta con retirar los restos del cultivo anterior, trabajar la tierra de manera superficial y luego sembrar un abono verde como la veza de primavera, la veza de invierno, la facelia o el alforfón. Este último, al ocupar toda la superficie, impide que otras plantas se instalen. Además, será más fácil de destruir.
Concretamente, los abonos verdes compiten directamente con las malas hierbas gracias a su sistema radicular desarrollado o la cobertura del suelo. Los abonos verdes pertenecen a diferentes familias: las Fabáceas o leguminosas, las crucíferas o las Poáceas o gramíneas. La mayoría permiten así aplicar una rotación de cultivos estricta, en el sentido de que no son de la misma familia que las futuras hortalizas.
Ventajas y desventajas de cada técnica
El falso sembrado, una solución rápida y dirigida
El falso sembrado es una técnica sencilla que resulta tremendamente eficaz para reducir la presión de las malas hierbas antes del cultivo.
Ofrece numerosas ventajas:
- La rapidez de acción, ya que en 2 o 3 semanas se observa la germinación de las primeras malas hierbas
- Un método gratuito pues el falso sembrado no requiere compra de semillas ni material específico
- Una preparación óptima del lecho de siembra: el suelo queda mullido, nivelado, refinado y desherbado en superficie
- La flexibilidad de uso: el falso sembrado puede practicarse en cualquier momento, incluso en lapsos reducidos.
Sin embargo, hay algunos inconvenientes a considerar:
- Su efecto a corto plazo: el método del falso sembrado es especialmente eficaz contra malas hierbas de germinación rápida, las viváceas como la artemisa blanca, la bardana, el grama, la campanita morada, o el oxalis escapan al control
- Un periodo de intervención bastante corto: hay que actuar en el momento adecuado antes de que los brotes jóvenes se endurezcan
- Una perturbación del suelo: la repetición de falsos sembrados puede alterar y debilitar la estructura de los suelos más sensibles.
Los abonos verdes, una intervención multifuncional
La siembra de abonos verdes permite limitar el espacio disponible para las malas hierbas, aprovechando sus múltiples beneficios: mejora de la estructura del suelo, aumento de la materia orgánica, estimulación de la microfauna…
Ventajas evidentes de los abonos verdes:
- Una cobertura duradera: los abonos verdes tardan más en desarrollarse, protegiendo el suelo durante más tiempo
- Una valorización del suelo: además de inhibir el crecimiento de malas hierbas, los abonos verdes enriquecen el suelo, fijan nitratos y preparan el terreno para cultivos posteriores
- Un trabajo del suelo simplificado: gracias a su sistema radicular principal, algunos abonos airean y estructuran el suelo
No obstante, los abonos verdes también presentan pequeños inconvenientes:
- Una implantación más exigente: hay que elegir especies, respetar un calendario de siembra ya que algunos abonos se siembran en primavera, otros a finales de verano. Su destrucción mediante siega también requiere cierta experiencia, tiempo y esfuerzo
- Un riesgo de competencia mal controlada: una destrucción demasiado tardía puede perjudicar al cultivo siguiente
- Una necesidad de tiempo: el efecto herbicida se aprecia a lo largo de un ciclo vegetativo.
Las vezas de primavera e invierno son abonos verdes eficaces contra las malas hierbas
Una comparativa según el tipo de cultivo
La elección y eficacia de una u otra técnica de deshierbe también dependen del contexto. En efecto, el tipo de cultivo, la época, el tipo de suelo, el clima o los objetivos a corto y largo plazo son criterios a tener en cuenta para adoptar la falsa siembra o los abonos verdes.
En un huerto familiar
Así, en un huerto, donde las rotaciones son cortas y los cultivos se suceden rápidamente, la falsa siembra suele imponerse. Su rapidez de ejecución permite deshierbar eficazmente un bancal en solo dos o tres semanas antes de una siembra o una plantación.
Por ejemplo, para el cultivo de zanahorias o rábanos, particularmente sensibles a la competencia en fase de germinación, la falsa siembra puede marcar la diferencia. La ventaja es aún más marcada en bancales permanentes donde las condiciones del suelo ya están bien controladas.
Por el contrario, los abonos verdes encuentran menos fácilmente su lugar debido al tiempo que requieren para expresar plenamente su potencial. A menos que se integre una cobertura invernal (tipo centeno o veza) entre dos cultivos principales, su uso se limita a ciertas ventanas muy específicas.
En suelo pobre o degradado
Cuando el suelo está cansado, compactado o empobrecido, los abonos verdes son doblemente beneficiosos. No solo limitan la proliferación de malas hierbas, sino que también participan en la restauración del suelo mejorando su estructura, aportando biomasa y estimulando la fauna del suelo.
La falsa siembra, aunque siempre útil, no trata las causas profundas de un exceso de hierbas. Actúa más sobre los síntomas que sobre la causa.
Otra estrategia: combinar abonos verdes y falsa siembra
Dado que el falso sembrado y la siembra de abonos verdes no son incompatibles, también se pueden combinar ambas técnicas, con el objetivo de gestionar de manera sostenible las malas hierbas.
Una primera opción consiste en realizar un falso sembrado justo antes de implantar un abono verde. Este método permite limpiar el suelo rápidamente, reduciendo el banco de semillas de malas hierbas superficiales, antes de pasar a una fase de cobertura vegetal. Por ejemplo, a finales del verano, se puede preparar el suelo con un falso sembrado y luego sembrar mostaza blanca o una mezcla de centeno y veza. El suelo queda limpio y cubierto de inmediato, limitando en gran medida los rebrotes de malas hierbas en otoño.
Una segunda opción se basa en otro momento: después de un abono verde de primavera o invierno, un falso sembrado puede ser útil para controlar las malas hierbas oportunistas que aprovecharían un suelo desnudo tras la destrucción de la cobertura. Este caso se da especialmente cuando la destrucción se realiza mediante siega, con un retorno de luz al suelo. Un simple azado permite estimular una germinación rápida de las malas hierbas, que serán eliminadas antes del cultivo.
También es posible alternar ambas técnicas según las estaciones y el tipo de cultivo previsto: el falso sembrado en primavera y verano, y los abonos verdes en la temporada posterior.
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