
Hoya, Echeveria: Cultivo y cuidados
Contenido
El Hoya en pocas palabras
- El Hoya es una hermosa planta de interior con flores estrelladas y cerosas
- Su follaje es muy decorativo, verde o abigarrado, a veces en forma de corazón (Hoya kerrii)
- Algunas variedades forman tallos trepadores o colgantes, lo que las hace ideales para suspensión
- Las flores suelen liberar un agradable aroma
La palabra de nuestra experta
La Hoya, comúnmente conocida como «flor de Echeveria» o «planta de cera», es una planta de interior muy valorada por su follaje decorativo y sus magníficas flores perfumadas. Perteneciente a la familia de las Apocynaceae, esta planta tropical es apreciada tanto por su facilidad de cuidado como por su capacidad para florecer abundantemente en buenas condiciones.
Originaria del sudeste asiático, Australia y las islas del Pacífico, la Hoya agrupa numerosas variedades con follaje verde o abigarrado, lanceolado o en forma de corazón (como en el caso de la Hoya kerrii). A menudo forman tallos largos y flexibles, lo que las hace muy decorativas en suspensión o guiadas sobre un tutor. Su follaje grueso y brillante, así como sus racimos de flores estrelladas y cerosas, les confieren un Carpe único.
Muy popular entre los aficionados a las plantas de interior, la Hoya es una opción ideal para quienes buscan una planta resistente, original y muy decorativa para adornar una oficina, un salón o un apartamento.

Hoya australis ‘Lisa’
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Hoya sp.
El Hoya es originario de las regiones tropicales y subtropical del sudeste asiático, India, Australia y las islas del Pacífico. Se encuentra principalmente en bosques húmedos, donde crece a menudo como epífita, adhiriéndose a los troncos de los árboles gracias a sus tallos volubles. Esta capacidad de crecer sin tierra, absorbiendo la humedad del aire, explica su tolerancia a suelos ligeros y bien drenados cuando se cultiva en interior.
El Hoya pertenece a la familia botánica Apocynaceae, como la vinca (Vinca minor) y la adelfa (Nerium oleander). Esta familia también incluye numerosas plantas tropicales, algunas cultivadas frecuentemente en interior, como el Ceropegia, el Adenium o el Pachypodium. La mayoría de las plantas de esta familia tienen la particularidad de ser tóxicas, conteniendo alcaloides.
Los Hoya recibieron su nombre de Robert Brown en 1810, un escocés que estuvo entre los primeros en introducir los Hoya en cultivo. Les dio este nombre en honor a su amigo Thomas Hoy, jardinero jefe del Duque de Northumberland.
El género Hoya comprende más de 500 especies, sin contar los numerosos híbridos y cultivares desarrollados por los entusiastas de esta fascinante planta. Los Hoyas ofrecen así una excepcional diversidad en términos de follaje, floración y porte, permitiendo que cada uno encuentre la variedad que más le convenga.
El Hoya forma largos tallos flexibles, que pueden ser colgantes (Hoya gracilis, Hoya linearis…), o trepadores (como en el Hoya australis). Puede así entutorarse sobre un soporte o arco, o cultivarse en suspensión, desde donde sus tallos flexibles caerán con gracia. La longitud de los tallos varía según las especies, pero pueden alcanzar varios metros en condiciones de cultivo óptimas.
El follaje del Hoya es una de sus características más seductoras. Sus hojas son generalmente gruesas y cerosas. Su color es mayormente verde intenso, aunque existen numerosas variedades con follaje abigarrado. Así, en el Hoya carnosa ‘Tricolor’ y el Hoya burtoniae ‘Variegata’, las hojas jóvenes tienen tonos rojos o rosados, volviéndose luego blanco crema a amarillo, bordeadas de verde. En el Hoya ‘Flamingo Dream’, este variegado está invertido, con hojas verde oscuro bordeadas de blanco crema a rosado. En el Hoya callistophylla, las hojas presentan una lámina foliar verde claro, jaspeada de venas verde oscuro, creando un hermoso contraste. Finalmente, algunos hoyas ofrecen un follaje plateado, como en la variedad Hoya krohniana ‘Eskimo’.
Las hojas del Hoya son mayormente lanceoladas, pero algunas especies se distinguen. Así, el Hoya wayetii tiene hojas muy finas y alargadas, el Hoya retusa presenta hojas filiformes, mientras que el Hoya kerrii posee hermosas hojas acorazonadas (¡lo que le vale el apodo de «planta corazón»)! Sus hojas son suculentas, permitiéndole almacenar agua y soportar la sequía. Para esta especie, los riegos pueden ser menos frecuentes que en otras. También existe en una forma variegada: Hoya kerrii ‘Variegata’, con hojas bordeadas de amarillo, acentuando visualmente su forma original. Sin embargo, en términos de forma de follaje, el más sorprendente es sin duda el Hoya carnosa ‘Compacta’, cuyas hojas están enrolladas sobre sí mismas!

El Hoya ofrece una gran diversidad en colores y formas de follaje. Hoya carnosa ‘Tricolor’, Hoya lacunosa ‘Silver’, Hoya callistophylla, Hoya kerrii, Hoya retusa y Hoya carnosa ‘Compacta’
El Hoya también es muy apreciado por su espectacular floración. Florece mayormente en primavera o verano, aunque esto depende de la variedad y condiciones de cultivo. ¡Puede florecer varias veces al año! Sus flores forman pequeñas estrellas agrupadas en umbelas (a veces hasta 30 flores por umbela), creando hermosos ramos de flores. Estas tienen cinco pétalos cerosos, con una pequeña corona en el centro (llamada corona) formada por el pistilo y los estambres. Las umbelas se unen al tallo por un pedúnculo, que puede producir flores varias veces. ¡Es importante no cortar este pedúnculo una vez marchitas las flores!
El color de las flores varía según la especie, pero suele estar en tonos blancos o rosados. Las flores pueden ser blancas con centro rosa o rojo (como en el Hoya bella y el Hoya kerrii), o completamente rosadas (Hoya ‘Flamingo Dream’), pero también blanco crema, beige, amarillas, rojo oscuro, púrpuras, incluso negras…
Las flores desprenden un perfume embriagador, a menudo más intenso por la noche (ya que en la naturaleza son polinizadas por insectos nocturnos). El aroma varía según la especie y condiciones de cultivo (el calor suele intensificar el perfume): puede evocar vainilla, cacao, lirio de los valles, almendra…

El Hoya es especialmente apreciado por su delicada floración. A la izquierda, flores del Hoya bella, y a la derecha, las del Hoya kerrii
Las mejores variedades de Hoya
¿Cómo plantar el Hoya?
¿Dónde instalar la Echeveria?
Al ser una planta tropical, la Echeveria prefiere un ambiente cálido y luminoso, sin sol directo intenso. Apreciará una temperatura entre 18°C y 25°C. Lo ideal es colocarla cerca de una ventana orientada al este u oeste, donde recibirá luz brillante indirecta. Evita la exposición directa al sol de la tarde, que podría quemar sus hojas, especialmente en variedades con follaje delicado. También agradecerá estar protegida de corrientes de aire frío y variaciones de temperatura. Un ambiente húmedo como un baño luminoso puede convenir a algunas especies (ej. Hoya linearis), pero en general, la humedad ambiental media de una casa es suficiente.

Coloca la Echeveria en un lugar luminoso, idealmente cerca de una ventana. ¡No dudes en suspender las variedades con tallos colgantes!
¿Cuándo plantar la Echeveria?
La Echeveria puede plantarse o trasplantarse en primavera o a principios de verano, periodo en el que entra en crecimiento activo. Esto le permite enraizar bien antes del invierno.
Evita trasplantar en otoño o invierno, ya que la planta ralentiza su crecimiento durante esta época y tardaría más en adaptarse a su nueva maceta.
¿Cómo plantarla?
Elección de la maceta:
- Prefiere una maceta de barro antes que de plástico, ya que favorece una mejor aireación de las raíces.
- Asegúrate de que tenga agujeros de drenaje para evitar el exceso de humedad, que puede provocar pudrición de raíces.
- Una maceta ligeramente ajustada fomenta la floración, así que no elijas un contenedor demasiado grande.
Sustrato ideal:
La Echeveria necesita un sustrato ligero y drenante, no demasiado rico ni compacto. El sustrato debe permitir una buena aireación de las raíces para evitar que se pudran. Puedes usar tierra para orquídeas mezclada con un poco de perlita, o preparar una mezcla casera compuesta de tierra ligera (alrededor del 40%), corteza de pino (20%), perlita (20%) y fibra de coco (20%).
Pasos para la plantación:
- Llena la maceta con el sustrato dejando espacio suficiente para la planta.
- Saca con cuidado la Echeveria de su maceta anterior evitando dañar sus raíces.
- Coloca la planta en la maceta y añade sustrato alrededor de las raíces sin apisonar demasiado.
- Riega ligeramente para humedecer el sustrato sin encharcar las raíces.
Después de la plantación, deja que la Echeveria se adapte a su nuevo entorno durante unos días antes de volver a regarla.
¿Cómo cuidar la Echeveria?
El Hoya es una planta de interior bastante fácil de cuidar, pero para favorecer su crecimiento y mejorar sus posibilidades de floración, es esencial respetar ciertas buenas prácticas en términos de riego, fertilización y exposición.
Riego: ¿Con qué frecuencia y cómo regar el Hoya?
El Hoya es una planta que tolera relativamente bien la sequía gracias a sus hojas gruesas capaces de almacenar agua. Sin embargo, un riego mal controlado puede rápidamente causar problemas. En periodo de crecimiento, en primavera y verano, te recomendamos regarla aproximadamente una vez por semana, dejando que el sustrato se seque entre riegos. En otoño e invierno, cuando la planta ralentiza su crecimiento, reduce los riegos a una vez cada dos o tres semanas.
Es importante usar agua a temperatura ambiente, preferiblemente no calcárea, como agua de lluvia o filtrada. El riego debe ser profundo, pero es imprescindible dejar que el exceso drene para evitar el agua estancada, principal causa de pudrición de raíces. Presta atención a los signos de un riego inadecuado: un exceso de agua se manifiesta con hojas blandas o amarillentas, mientras que la falta de agua puede provocar marchitado y un aspecto arrugado del follaje.

Recuerda regar el Hoya regularmente
Fertilización: ¿Qué abono aportar al Hoya?
Para estimular el crecimiento y favorecer una floración abundante, se recomienda aportar abono al Hoya de forma regular. Durante el periodo de crecimiento activo, en primavera y verano, un abono líquido para plantas con flores, rico en fósforo, puede aplicarse cada dos o tres semanas. Una alternativa es usar un abono equilibrado, que favorezca tanto el desarrollo del follaje como la producción de flores. Por el contrario, en otoño e invierno, es preferible suspender los aportes, ya que la planta entra en periodo de latencia y no necesita nutrientes adicionales.
El uso de abonos orgánicos, como compost líquido o purín de ortiga, también puede ser beneficioso, siempre que no se abuse. Un exceso de abono puede perjudicar la floración al favorecer un desarrollo excesivo del follaje en detrimento de las flores.
¿Cómo podar el Hoya?
El Hoya no requiere poda regular, pero algunos cuidados permiten mantener una forma bonita y estimular la floración. Se aconseja eliminar las hojas amarillentas o dañadas para favorecer el desarrollo de nuevos retoños. Para contener su crecimiento, especialmente en variedades trepadoras, se pueden podar ligeramente los tallos demasiado largos. Sin embargo, una regla esencial es nunca cortar los tallos con flores después de la floración, ya que la planta tiene la particularidad de volver a florecer en los mismos pedúnculos año tras año. Una poda excesiva podría comprometer la futura floración.
Cuando la poda sea necesaria, debe realizarse con unas tijeras limpias y afiladas para evitar heridas innecesarias. Un corte limpio por encima de un nudo favorece la ramificación y estimula el desarrollo de nuevos tallos, contribuyendo a un porte más denso y armonioso.
El entorno ideal: luz, temperatura y humedad
El Hoya es una planta tropical que aprecia una luz brillante pero indirecta. Una exposición cerca de una ventana orientada al este o al oeste es ideal. Si la planta está en pleno sol, especialmente en un entorno orientado al sur, se recomienda filtrar la luz con una cortina para evitar que las hojas se quemen. Por el contrario, la falta de luz puede ralentizar su crecimiento e impedir la floración.
En cuanto a la temperatura, el Hoya se desarrolla idealmente entre 18 y 25°C y no tolera temperaturas inferiores a 10°C. Es importante mantenerlo alejado de corrientes de aire y variaciones bruscas de temperatura. La humedad ambiental también influye en su bienestar. Aunque se adapta al aire seco de los interiores, un nivel de humedad del 50 al 60% es óptimo. En invierno, cuando la calefacción seca el aire, puede ser útil rociar ligeramente sus hojas o colocar un recipiente con agua cerca para aumentar la humedad.

¡A tu Hoya le gustará que rocíes agua en su follaje de vez en cuando!
Tutor para árboles: ¿cómo guiar sus tallos?
El Hoya, al ser una planta trepadora o colgante según cómo se cultive, puede guiarse según el efecto deseado. Para un crecimiento estructurado, puede entutorarse en un arco, una espaldera o un tutor. Esta técnica permite orientar sus tallos y favorecer una floración más uniforme. Por el contrario, si prefieres un aspecto más natural, puedes dejarlo crecer en suspensión, donde sus largos tallos formarán una bonita cascada vegetal.
¿Cuándo trasplantar el Hoya?
El Hoya no necesita trasplante frecuente. Un trasplante cada 2 o 3 años es suficiente, a menos que las raíces salgan de la maceta o el sustrato se agote. Cada vez, elige una maceta ligeramente más grande que la anterior.
Un buen trasplante favorece un crecimiento sano y permite eliminar un sustrato que se ha vuelto demasiado compacto o pobre en nutrientes.
→ Lee nuestros consejos detallados en ¿Cómo trasplantar una planta de interior?
Las enfermedades y parásitos del Hoya
Aunque el Hoya es una planta robusta y relativamente resistente a las enfermedades, puede sufrir algunos problemas cuando se cultiva en condiciones inadecuadas. Un exceso de humedad, falta de circulación de aire o una infestación de parásitos pueden comprometer su crecimiento y floración. Por eso, es esencial saber reconocer los signos de enfermedades e infestaciones para actuar rápidamente y preservar la salud de la planta.
Enfermedades frecuentes del Hoya
Uno de los problemas más comunes en el Hoya es la podredumbre de las raíces, generalmente causada por un exceso de agua y un mal drenaje del sustrato. Cuando las raíces están constantemente húmedas, comienzan a necrosarse y no pueden absorber los nutrientes necesarios para la planta. Este problema se manifiesta con un amarillamiento de las hojas, un marchitado general y, a veces, un olor desagradable proveniente del suelo. Para evitar esta situación, es fundamental dejar secar el sustrato entre riegos y utilizar un sustrato drenante junto con una maceta con agujeros en la base para permitir la evacuación del agua sobrante. Si la podredumbre ya está presente, se recomienda trasplantar la planta, eliminando las raíces dañadas y usando un sustrato fresco y aireado.

Un exceso de humedad puede provocar la aparición de hongos en la superficie del sustrato y el amarillamiento del follaje.
El Hoya también puede verse afectado por el oídio, un hongo que se desarrolla debido a un exceso de humedad y una mala circulación de aire. Esta enfermedad se reconoce por un depósito blanquecino en las hojas, que pueden deformarse y caer prematuramente. Para prevenir su aparición, se recomienda evitar mojar el follaje al regar y ventilar regularmente la habitación donde se encuentra la planta. En caso de ataque, se puede aplicar un tratamiento a base de azufre o bicarbonato de sodio diluido en agua para limitar la propagación del hongo.
Parásitos del Hoya
Varios insectos pueden atacar al Hoya, como las cochinillas, los pulgones y los ácaros. Las cochinillas son parásitos especialmente temidos, ya que se adhieren a los tallos y bajo las hojas, formando pequeñas masas algodonosas. Debilitan la planta al succionar su savia, provocando un retraso en el crecimiento y un amarillamiento del follaje. Para eliminarlas, puedes usar un algodón empapado en alcohol al 70% para limpiar las zonas infestadas o aplicar un tratamiento a base de jabón negro diluido en agua.
Los pulgones, aunque menos frecuentes, también pueden colonizar los brotes jóvenes y debilitar la planta al succionar su savia. A menudo dejan una sustancia pegajosa llamada melaza, que favorece el desarrollo de fumagina, un hongo negruzco que afea el follaje y dificulta la fotosíntesis. Para eliminarlos, pulveriza jabón negro sobre las zonas afectadas (15 a 30 g de jabón negro diluido en un litro de agua).
Por último, las arañas rojas son ácaros microscópicos que suelen aparecer cuando el aire es demasiado seco. Su presencia se manifiesta con un amarillamiento progresivo de las hojas, acompañado de finas telarañas en los tallos y bajo el follaje. Para evitar su proliferación, se recomienda aumentar la humedad ambiental rociando ligeramente la planta y evitando ambientes demasiado cálidos y secos. Si la infestación está avanzada, se puede aplicar un tratamiento a base de aceite de cinamomo o un acaricida biológico para erradicar estos parásitos.
Para más consejos, no dudes en consultar nuestras fichas sobre las cochinillas, los pulgones y las arañas rojas.
¿Cómo multiplicar el Hoya?
El Hoya es una planta que se multiplica fácilmente mediante esquejes, un método sencillo y eficaz para obtener nuevas plantas a partir de un tallo existente. Esta técnica no solo permite reproducir fielmente una variedad que nos gusta, sino también intercambiar esquejes con otros aficionados. Hacer esquejes es el método más común, pero otras técnicas, como el acodo, también pueden utilizarse para propagar el Hoya con éxito.
Hacer esquejes del Hoya
Hacer esquejes es la forma más sencilla y rápida de multiplicar el Hoya. Se realiza preferiblemente en primavera o verano, cuando la planta está en pleno crecimiento. Para tener éxito, es importante elegir un tallo sano y vigoroso, que tenga al menos dos o tres nudos.
- Corta una sección del tallo de unos 10 a 15 cm con unas tijeras de podar limpias y desinfectadas. Se recomienda hacer el corte justo debajo de un nudo, ya que es ahí donde hay más probabilidades de que se formen las raíces.
- Retira las hojas inferiores para evitar que se sumerjan en el agua o el sustrato y se pudran.
Una vez preparado el esqueje, es posible enraizarlo en agua o directamente en un sustrato ligero. Hacer esquejes en agua es un método muy popular, ya que permite observar fácilmente la aparición de raíces:
- Coloca el tallo en un vaso de agua a temperatura ambiente, asegurándote de que al menos un nudo quede sumergido.
- El agua debe cambiarse regularmente para evitar la proliferación de bacterias.
- Al cabo de unas semanas, empezarán a formarse raíces. Una vez que alcancen unos 3 a 5 cm, trasplanta el esqueje a una maceta con un sustrato bien drenante.
También puedes trasplantar los tallos a macetas llenas de sustrato:
- Planta el esqueje directamente en una mezcla de tierra ligera, perlita y corteza de pino.
- Riega moderadamente para mantener una humedad constante sin excesos.
- Para favorecer el enraizamiento, coloca el esqueje bajo una campana o en una bolsa de plástico transparente para crear un efecto invernadero que mantenga una buena humedad.
- Después de tres o cuatro semanas, aparecerán las primeras raíces y la planta empezará a desarrollar nuevos brotes.

Un esqueje de Hoya
El acodo del Hoya
El acodo es otra técnica eficaz para multiplicar el Hoya, especialmente para las variedades con tallos largos y flexibles. Este método consiste en estimular un tallo para que produzca raíces mientras sigue unido a la planta madre.
- Selecciona un tallo vigoroso y colócalo sobre una maceta llena de sustrato sin separarlo de la planta.
- En el lugar donde deseas que aparezcan las raíces, entalla ligeramente el tallo para estimular la emisión de raíces.
- Cubre esta zona con sustrato y mantén una humedad regular.
- Después de unas semanas, se formarán nuevas raíces en el lugar del acodo.
- Una vez bien enraizada, separa la nueva planta de la madre y trasplántala a una maceta individual.

El acodo de un Hoya
¿Cómo realzar la belleza del Hoya y con qué plantas combinarlo?
El Hoya combina bien con otras plantas tropicales que aprecian una luz viva y una atmósfera relativamente húmeda. Para crear un ambiente de jungla en tu interior, asócialo con otras plantas de follaje exuberante, como los Monsteras, cuyas grandes hojas bellamente recortadas son muy apreciadas. También puedes considerar los Alocasias, Calatheas, Clorofitos y Pothos. Además, puedes combinarlo con orquídeas, que comparten exigencias similares en cuanto a sustrato y riego moderado.
Si el Hoya se cultiva en suspensión, puede asociarse con otras plantas colgantes como el Rhipsalis, el Ceropegia o el Dischidia, que ofrecen un efecto de cascada vegetal muy estético. Estas plantas comparten la misma necesidad de un sustrato bien drenado y un riego moderado. Para un efecto de jungla urbana, también puedes combinarlo con Helechos de Boston (Nephrolepis exaltata), que aportarán un toque de ligereza con su follaje delicado y finamente recortado.
No dudes en combinar diferentes variedades de Hoya, ¡sobre todo porque ofrecen una gran diversidad de follajes y flores! Para jugar con los contrastes, puedes asociar, por ejemplo, un Hoya carnosa ‘Krimson Queen’, con follaje abigarrado en blanco y rosa, con un Hoya obovata, de hojas redondeadas y moteadas de plata. Del mismo modo, un Hoya linearis, con sus largos tallos colgantes, crea un hermoso equilibrio junto a un Hoya compacta, cuyas hojas retorcidas añaden una textura original.

No dudes en combinar diferentes variedades de Hoya entre sí y acompañarlas de otras plantas de interior con follaje decorativo, como los Taros
Jugar con los soportes y los recipientes
El Hoya es una planta que se presta a varios estilos de decoración gracias a su capacidad para trepar o colgar en suspensión. Para un efecto muy bonito, puedes instalar un Hoya con largos tallos colgantes, como el Hoya gracilis o el Hoya krohniana, en una maceta de cerámica colgada con un trenzado de macramé. Sobre una estantería mural, un Hoya cultivado en maceta colocado sobre un soporte de madera flotada creará un efecto natural y minimalista.
Los Hoyas trepadores, como el Hoya australis, pueden guiarse sobre un arco metálico, formando así una estructura vegetal elegante y refinada. Una espaldera de bambú o una escalera de madera también permiten dar dirección a los tallos mientras añaden un toque decorativo al espacio.

¡Puedes hacer que los tallos del Hoya trepen sobre un soporte o dejarlos colgar si lo cultivas en suspensión!
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→ Existen numerosos libros sobre plantas de interior, pero te recomendamos: La Enciclopedia de las plantas de interior de Solène Moutardier, publicado por Ulmer.
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