Cuando se empieza en jardinería, es esencial entender los gestos básicos para preparar bien el terreno. La palada es una de las primeras etapas imprescindibles. Pero ¿cómo cavar un jardín de manera eficiente, sin cansarse y, sobre todo, sin desanimarse? Cavar simplemente consiste en remover la tierra para airearla, facilitar la penetración del agua y preparar el suelo para recibir siembras o plantaciones. En este artículo, descubrirás cómo cavar bien la tierra de tu jardín, con las herramientas adecuadas y los gestos correctos, incluso si la tierra está dura o llena de raíces. Descubramos todo lo que hay que saber sobre la palada.
¿Qué es exactamente la palada?
La palada es un gesto básico en jardinería que consiste en remover la tierra con una pala, una herramienta simple en forma de pala plana. La idea es levantar la tierra y voltearla para trabajar el suelo en profundidad.
¿Pero por qué cavar?
- Para airear el suelo: al remover la tierra, se vuelve más ligera. El aire circula mejor, lo que ayuda a que los microorganismos útiles se desarrollen.
- Para facilitar el enraizamiento: una tierra bien cavada permite que las raíces se instalen mejor, se extiendan y, por tanto, alimenten a las plantas de manera más eficiente.
- Para mezclar materias orgánicas: si añades compost, estiércol o fertilizantes naturales, la palada permite incorporarlos bien al suelo, justo donde las plantas los necesitan.
El consejo de Oli: la palada no es obligatoria en todos los casos. Algunos métodos, como el acolchado o el compostaje en superficie, permiten mejorar la tierra sin removerla. Estas técnicas preservan la vida del suelo, como las lombrices y los microorganismos. También se puede remover la tierra suavemente con una horca o una biohorquilla, sin alterar las capas del suelo.
¿Cuándo hay que cavar?
- En otoño, para preparar el suelo durante el descanso invernal. Luego se dejan los terrones tal cual: el hielo hará el resto del trabajo rompiendo naturalmente la tierra.
- A principios de primavera, justo antes de las siembras o plantaciones. Es perfecto para despertar el suelo y dejarlo listo para recibir los primeros cultivos.
¿Cómo cavar?
Material necesario para la palada
- Una pala
- Unos guantes de jardinería
- Un buen par de botas o zapatos de jardín
- (Opcional) Carretilla para evacuar malas hierbas o piedras
Dato útil: existen varios tipos de palas. Las clásicas de hierro recto, de dientes (horca) o ergonómicas, con mango recto o en T. Para elegir bien, piensa en el tamaño de tu terreno, en la naturaleza del suelo y, sobre todo, en tu comodidad: una pala ligera y adaptada a tu tamaño te facilitará mucho el trabajo.
Pasos sencillos para cavar bien
- Preparar el terreno: antes de empezar a cavar, tómate unos minutos para limpiar la superficie. Retira las piedras grandes, las ramas y las malas hierbas visibles. Esto evitará dañar la pala y hará el trabajo más fácil.
- Clavar la pala verticalmente: sujeta la pala bien recta, con la punta hacia el suelo. Apunta a una franja de tierra de unos 20 a 30 cm de ancho.
- Hundir con el pie: presiona con el pie en el borde de la pala para hundirla en la tierra. Si el suelo está muy duro, puedes ayudarte de tu peso para anclarla bien.
- Levantar y voltear el terrón de tierra: una vez que la pala esté bien hundida, usa tus brazos y tu espalda (¡sin forzar!) para levantar el terrón. Voltea simplemente inclinándolo hacia un lado, como si quisieras dejarlo al revés.
- Repetir avanzando línea por línea: sigue avanzando en línea recta, repitiendo el mismo gesto. Puedes trabajar hilera por hilera o formar cuadrados si el espacio es pequeño.
- Romper los terrones grandes: una vez cavado el terreno, rompe los terrones grandes de tierra con el dorso de la pala o con una herramienta como un rastrillo o una garra. El suelo debe estar suelto, sin bloques grandes, listo para recibir plantas o siembras.
Algunos trucos para facilitar la palada
Evita cavar justo después de la lluvia o cuando el suelo esté demasiado húmedo: la tierra puede apisonarse y volverse difícil de trabajar.
Para cuidar tu espalda, recuerda flexionar las rodillas, cambiar regularmente de lado (mano derecha luego mano izquierda) y hacer pausas.
Si tu suelo es arcilloso y pesado, no dudes en incorporar un poco de compost para aligerarlo y mejorar su drenaje.
¿Qué hacer después de cavar?
Una vez terminada la palada, tienes dos opciones según la temporada.
- En otoño, a menudo se recomienda dejar la tierra en reposo: los terrones se desharán naturalmente gracias al hielo y la lluvia, lo que hará que el suelo sea más fácil de trabajar en primavera.
- En primavera o verano, puedes preparar directamente el terreno para tus siembras o plantaciones, refinando la tierra con un rastrillo.
- No olvides añadir un acolchado para proteger el suelo o una enmienda natural (como compost) para mejorar la tierra, según las necesidades de tus futuros cultivos.
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