El grosella negra (Ribes nigrum) se cultiva por sus bayas negras aciduladas, especialmente apreciadas en ensaladas, combinadas con carnes o en versiones dulces para preparar pasteles, tartas, mermeladas y sorbetes.
Pero sus hojas muy aromáticas también tienen muchos beneficios. Además de usarse para aromatizar vinos y licores, sus propiedades son valoradas en la medicina natural europea para aliviar dolencias relacionadas con las articulaciones.
Entonces, ¿cómo recolectar, conservar y consumir las hojas de grosella negra? Aquí tienes nuestros consejos para una buena cosecha, secado y disfrutar de todos los beneficios de las hojas de grosella negra en infusión.
Cómo recolectar bien las hojas de grosella negra para el secado
El momento ideal para cosechar las hojas de grosella negra para secar es en primavera antes de la floración, alrededor de abril y mayo.
Recoge las hojas por la mañana, después de que se haya evaporado el rocío y en un día seco y soleado.
Para la selección, elige hojas jóvenes, frescas y bien verdes, sin defectos y que aún no tengan pelusa.
Si cultivas la grosella negra por sus frutos, asegúrate de dejar algunas hojas en el arborito para no afectar la fructificación del verano.
Secar las hojas de grosella negra de forma natural
Una vez terminada la cosecha, las hojas se limpiarán minuciosamente con agua y se inspeccionarán para eliminar cualquier rastro de insectos o huevos.
Para un secado más rápido, escurre las hojas con un paño limpio.
El secado al aire libre es un método sencillo, económico y natural. Para ello, basta con colocar las hojas de grosella negra bien extendidas en una bandeja, rejilla o caja que permita una buena circulación de aire durante el secado.
Las hojas se conservarán así en un lugar seco, bien ventilado y sin luz solar directa. Si es necesario, se pueden voltear después de una semana para uniformizar el secado.
Después de unos días o semanas, cuando las hojas estén quebradizas, el secado habrá terminado.
Para un método más rápido, opta por secar las hojas de grosella negra directamente en el horno tradicional, a temperatura muy baja (idealmente 50 a 60°C).
Conservación de las hojas de grosella negra después del secado
Las hojas de grosella negra secas pueden conservarse enteras, pero serán más fáciles de usar una vez trituradas en la licuadora, mortero o simplemente con un cuchillo.
Se guardarán luego en recipientes limpios y secos de vidrio, plástico, metal (como una caja de galletas) o en bolsas de papel kraft bien cerradas.
Protegidas de la luz y en un lugar seco, se conservarán durante 1 año.
Usar las hojas de grosella negra secas en infusión
Las hojas de grosella negra se usan mucho en infusión, para preparar deliciosas tisanas: coloca simplemente 2 cucharaditas de hojas picadas en una taza de agua hirviendo (25 cl de agua), y deja infusionar durante 5 a 10 min.
Bebe varias tazas al día entre comidas.
Las hojas frescas también se pueden usar, pero no se conservarán y deberán consumirse inmediatamente.
Los beneficios y propiedades de las hojas de grosella negra
La grosella negra era llamada antiguamente "el árbol de los gotosos", en referencia a sus propiedades medicinales utilizadas desde el siglo XII.
Las hojas de grosella negra tienen de hecho muchas propiedades:
- diuréticas
- antiinflamatorias
- antioxidantes
- antimicrobianas
Por ello, son especialmente recomendadas en casos de patologías articulares (reumatismo, gota, artrosis...) o en casos de cálculos urinarios, ya que favorecen la eliminación de desechos del organismo gracias a su alto contenido en flavonoides.
Las hojas de grosella negra también tendrían un efecto beneficioso en casos de hipertensión, dolores de garganta o afecciones bucales.
El consumo de hojas de grosella negra en infusión no tiene efectos secundarios, pero se desaconseja sin previa consulta médica en personas con insuficiencia cardíaca o renal, durante el embarazo y la lactancia.
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