¡Cuando el hombre corta leña, es que el invierno va a ser frío! Y... ¡que habrá que guardarla! La calidad de la leña depende en parte de sus condiciones de almacenamiento. Solo una leña seca permitirá calentarse de manera satisfactoria. La leña cortada y apilada debe terminar de secarse bajo un refugio adecuado en las mejores condiciones posibles para poder ser quemada cuando llegue el invierno. Para proteger la leña de la humedad, tienes varias opciones.

Descubre nuestros consejos para una pila de leña bien protegida y para un secado óptimo de los troncos.

Una vez cortada la leña... hay que dejarla secar bien

¿Por qué proteger tu pila de leña?

Es el nivel de humedad lo que determina el rendimiento de la leña, su poder calorífico. ¡Cuanto más seca esté, mejor arderá y más calor dará! Se considera que la leña está seca cuando su nivel de humedad es inferior a aproximadamente un 20%. Una leña demasiado húmeda arde con dificultad, proporciona un calor insuficiente durante su combustión, tiende a humear, liberando sustancias nocivas y ensuciando los conductos de estufas y chimeneas. Para evitar los problemas de combustión relacionados con la humedad, es fundamental respetar un tiempo de secado antes de quemarla (entre año y medio y 2 años) y almacenarla en buenas condiciones para que pueda secarse adecuadamente. Montar una pila de leña tiene función de secado; permite que el aire circule bien alrededor de cada tronco.

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Para un buen rendimiento en tu chimenea o insert, tu leña debe estar bien seca

¿Cuándo proteger una pila de leña?

Para obtener leña de buena calidad, es preferible cortarla (o hacerla entrar) en primavera o verano, y almacenarla protegida de las inclemencias lo antes posible. Sin embargo, una pila de leña cortada y partida puede quedarse unos días durante la buena temporada al aire libre para un pre-secado en el exterior. Déjala expuesta al sol, así reducirás el tiempo de secado.

¿Cómo proteger eficazmente tu pila de leña?

Para secarse bien, una pila de leña debe protegerse de todas las fuentes de humedad posibles: de las lluvias, de las inclemencias y de la humedad del suelo. Lo ideal para el almacenamiento de una pila de leña es al aire libre bajo un refugio, en un lugar cubierto o bajo una manta improvisada que conserve una ventilación suficiente. El sol y el aire son los dos elementos indispensables para un buen secado. El aire debe poder circular para evitar la aparición de mohos, hongos y el deterioro de la leña. Para ello, varias opciones:

  • Un cobertizo de madera, un cobertizo adosado o un refugio para leña: ¡es lo ideal! Protegen la leña dejando circular el aire y permitiendo el drenaje del agua de lluvia.
  • Chapas onduladas colocadas y lastradas con ladrillos o piedras en la parte superior de la pila de leña para formar un techo también pueden servir de refugio. Al calentarse con el sol, acumulan calor para devolverlo a la leña y así favorecer el secado. También permiten que la lluvia se escurra, siempre que estén suficientemente inclinadas.
  • Si no tienes este tipo de estructura para proteger tus troncos, lonas de protección totalmente impermeables también permiten proteger fácil y eficazmente una pila de leña.
secar tu leña

Sin duda, lo ideal es el cobertizo para leña

¿Qué tipo de lona?

Elige lonas de protección en LDPE (polietileno de baja densidad, de 90g/m² a 120g/m²), ultra resistentes a los impactos mecánicos y a las inclemencias, para proteger de manera óptima tu pila de leña.

Totalmente impermeables y estancas, nuestras lonas Protex Wood y Protex Extra permiten proteger una pila de leña de los elementos externos, de la lluvia y de las inclemencias.

La exposición al sol reduce la vida útil de las lonas al debilitarlas. Tratadas contra los UV, nuestras lonas conservarán todas sus cualidades y su eficacia durante varios años, según el modelo, de 2 a 5 años como mínimo.

Algunos modelos tienen un formato específico (1.70 m de ancho por 8 m de largo o 1.50x6m), perfectamente adaptado a la protección de una pila de leña.

¿Cómo fijarla?

Asegúrate de no cubrir completamente y herméticamente la pila de leña; deja los lados de tu pila abiertos, para que el aire pueda circular. Así evitarás que la humedad se estanque bajo esta protección y la aparición de mohos y hongos en tus troncos.

Otro consejo, fíjala de manera que haya una ligera pendiente para que el agua de lluvia no se estanque encima de la pila de leña. Puedes colocar piedras para sujetar la lona, pero te recomendamos atarla de manera más sólida.

¡Nuestras lonas se colocan y se retiran muy rápidamente! Tienen ojales cada metro.

Coloca tu lona de protección sobre tu pila de troncos, haciendo solapados de unos 30-40 cm por todos los lados de la pila. Fíjala con una cuerda elástica o un tensor que pasarás por los ojales antes de fijarlos al suelo a intervalos regulares. Utiliza, por ejemplo, para ello estacas de camping o grapas metálicas para malla de acolchado.

Después de su uso, una vez agotada la pila de leña, solo tendrás que doblar tu lona y guardarla protegida del sol y de las inclemencias.

Las lonas combinadas con chapas permiten un buen secado de tu leña