Crear un huerto con los niños para estrechar lazos y aprender divirtiéndose.

Crear un huerto con los niños para estrechar lazos y aprender divirtiéndose.

Una actividad lúdica y llena de aprendizajes

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Modificado el jueves, 22 de mayo de 2025  por Sophie 4 min.

Sembrar, regar, ver los retoños crecer, saborear las primeras cosechas… El huerto ofrece a los niños una magnífica oportunidad de descubrir la naturaleza mientras se divierten. También es una excelente manera de pasar tiempo juntos, iniciarlos en una alimentación más saludable, estimular su curiosidad, su lenguaje o incluso su alegría de la casa. No hace falta un gran jardín: con unas macetas en un balcón o un pequeño trozo de tierra es suficiente para empezar.

Invierno, Primavera, Verano, Otoño Dificultad

¿Qué verduras cultivar con niños?

Lo ideal es comenzar con verduras fáciles de cultivar y que ofrezcan resultados rápidos. ¡Es gratificante, motivador y dan ganas de repetir!

Con los más pequeños (2 a 5 años), prioriza semillas fáciles de sembrar y regar. Los rábanos o los berros alenois crecen en menos de un mes. Las espinacas o las lechugas se cosechan igual de rápido y su cultivo es muy intuitivo.

Los niños de 6 a 8 años pueden encargarse de su propio rincón en el huerto. A esta edad, les gusta comprender, experimentar y hacer las cosas por sí mismos. Las judías, guisantes verdes, calabacines, tomates cherry o fresas son perfectos: fáciles de cuidar, gratificantes al cosechar y deliciosos al comer.

Lo esencial es permitirles vivir todo el ciclo de la planta, desde la semilla hasta el plato, adaptando la elección de cultivos a su edad y capacidad de atención.

Un niño que trabaja con adultos en el huerto

Los niños pueden participar en el huerto con tareas adaptadas a su edad

¿Cómo diseñar un huerto adaptado a los niños?

No necesitas un terreno grande. Basta con un simple cuadrado de huerto, una jardinera o macetas, siempre que elijas un rincón bien expuesto y prepares un suelo blando y limpio.

Si tienes varios hijos, puedes delimitar un espacio para cada uno: cada uno su cuadrado, cada uno sus cultivos. Esto refuerza el sentimiento de responsabilidad y permite que cada uno vaya a su ritmo.

Añade un toque de juego para mantener su deseo de jardiner.

♥ Una buena idea: un tipi de judías de enrame, que se transforma en una cabaña viviente en pocas semanas. Divertido, fácil de montar y perfecto para cultivar hortalizas trepadoras.

¿Y si solo tienes un balcón?

Un balcón bien orientado, ya es un excelente punto de partida. Con unas macetas, jardineras colgantes o un contenedor elevado basta para crear un mini-huerto a la altura de los niños, muy práctico para cultivar sin agacharse.

Opta por hortalizas compactas que se cultiven bien en recipientes: tomates cherry, rábanos, hierbas aromáticas, fresas, o incluso mezclum. Lo ideal es elegir recipientes profundos y bien drenados, llenos de sustrato para huerto enriquecido, para garantizar buenas cosechas.

El riego es más frecuente que en terreno abierto, sobre todo en verano, pero precisamente es una tarea fácil de encomendar a los niños. Pueden observar día a día cómo evoluciona la planta, mientras aprenden a adaptar sus cuidados según el clima.

Incluso en unos pocos metros cuadrados, se puede instalar un rincón natural vivo y sensorial: añade algunas flores melíferas, un pequeño hotel para insectos, un comedero para pájaros… El balcón se convierte entonces en un verdadero observatorio en miniatura de la biodiversidad, y una fuente de asombro cotidiano.

La jardinería, una aventura para compartir

Lo que importa no es solo cultivar verduras, sino compartir una experiencia. Al jardinar juntos, intercambiamos, transmitimos y aprendemos.

  • A los 3 años, un niño puede sembrar, regar o cosechar rábanos contigo.
  • A los 6 años, empieza a interesarse por las diferencias entre las variedades o los cambios de estación.
  • Hacia los 7-8 años, se vuelve más autónomo, hace más preguntas y puede gestionar un pequeño rincón del huerto solo, con verduras un poco más complejas como los guisantes verdes o las fresas.

Déjalos experimentar, hacer sus preguntas, hacerlo a su manera. Y sobre todo, anímalos a observar lo que sucede a su alrededor: insectos, flores, caracoles… El huerto es un mundo vivo por descubrir día a día.

Un niño riega sus flores

El riego es una de las tareas fáciles de realizar para un niño pequeño

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