
Juncus - Junco: plantación y cuidado
Contenido
Los Juncus en pocas palabras
- Los Juncus, o juncos, adoran las zonas húmedas
- Sus tallos cilíndricos son especialmente gráficos
- Las raíces de los juncos estabilizan los suelos y filtran el agua
- Los Juncus son fáciles de cultivar en cualquier lugar, en suelos húmedos
- Los juncos embellecen perfectamente los jardines acuáticos
La palabra de nuestro experto
Los Juncus, o juncos, son plantas elegantes y robustas, perfectas para jardines húmedos. Miembros de la familia Juncaceae, este género cuenta con alrededor de 300 especies, entre las que destaca el famoso Juncus effusus, apreciado por sus tallos esbeltos y su capacidad para estabilizar suelos encharcados. Su nombre proviene del latín juncus, que significa «lazo», recordando su uso ancestral en cestería.
Estas plantas gráficas, con tallos cilíndricos a menudo desprovistos de hojas, aportan estructura y ligereza al jardín. Sus raíces fibrosas refuerzan las orillas y filtran el agua, convirtiendo a los juncos en un activo ecológico. Combinan perfectamente con plantas como los iris acuáticos, los carex o las Lobelia cardinalis.
Fáciles de cultivar, los juncos se plantan en primavera u otoño, en terreno abierto o en macetas sumergidas, en un suelo suelto y siempre húmedo. Una poda ligera en primavera basta para retirar los tallos secos. Atención, algunas especies, como el Juncus effusus, pueden volverse invasoras: limitar su expansión en macetas es una buena solución.
Con su bajo mantenimiento, adaptabilidad y utilidad ecológica, los juncos son compañeros perfectos para embellecer y animar tus espacios húmedos, al mismo tiempo que favorecen la biodiversidad.

Juncos en el lago de Pontelleria en Italia
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Juncus sp.
- Familia Juncaceae
- Nombre común Junco
- Floración julio a septiembre
- Altura aproximadamente 60 cm
- Exposición sol y media sombra
- Tipo de suelo arcilloso, pesado y húmedo
- Rusticidad -30 °C
Los Juncus, comúnmente llamados juncos, son plantas herbáceas de la familia de las Juncáceas. El género Juncus, que agrupa alrededor de 300 especies, deriva su nombre de la palabra latina juncus, que significa «ligadura» o «lazo», ya que los tallos de algunas especies se utilizaban antiguamente para fabricar cuerdas o trenzar cestos. En los ambientes naturales, los juncos son reconocibles por sus tallos rígidos, a menudo redondos y lisos, y por sus pequeñas flores discretas en racimos. Entre los juncos más conocidos se encuentra Juncus effusus, o Junco escaso o Junco difuso, caracterizado por sus largos tallos erectos, frecuentemente utilizados en paisajismo cerca de cuerpos de agua.
Los Juncus prosperan en ambientes húmedos y pantanosos, como las orillas de ríos, bordes de estanques o praderas inundables. Debido a su fuerte afinidad por los suelos saturados de agua, desempeñan un papel ecológico importante, contribuyendo a la estabilización de las orillas y a la filtración del agua. Se encuentran en casi todo el mundo, aunque son especialmente comunes en las regiones templadas del hemisferio norte, pero también en algunas zonas tropicales y subtropicales, generalmente en altitudes elevadas. Su capacidad para soportar condiciones de crecimiento difíciles los convierte en plantas especialmente adaptadas a los ecosistemas húmedos, además de conferirles una gran resiliencia frente a las variaciones climáticas.

De izquierda a derecha: Juncus effusus, Juncus conglomeratus y Juncus acutus
Los Juncus, o juncos, son plantas de porte erecto y esbelto, a menudo con matas apretadas de tallos rectos que se elevan directamente desde la base. Su forma es fina y cilíndrica, lo que les confiere una silueta rígida y vertical, ideal para paisajes acuáticos. El sistema radicular es fasciculado, formado por una red densa de raíces fibrosas que les permite fijarse sólidamente en suelos húmedos y pantanosos. Estas raíces contribuyen a estabilizar las orillas, al mismo tiempo que ayudan a la planta a absorber eficientemente el agua y los nutrientes necesarios para su crecimiento.
El follaje de los Juncus es peculiar: las hojas suelen reducirse a vainas que rodean los tallos, e incluso pueden estar ausentes, dejando que el propio tallo realice la fotosíntesis. Cuando las hojas están presentes, son delgadas, cilíndricas o aplanadas, y poco marcadas, confundiéndose entonces con los tallos.
La inflorescencia de los Juncus es discreta pero elegante, compuesta por pequeñas flores en racimos o panículas que aparecen a lo largo de los tallos o en su extremo. Las flores, aunque pequeñas, tienen una estructura compleja con diminutos tépalos marrones o verdosos, bastante modestos en apariencia. La fructificación se produce en forma de cápsulas que contienen numerosas semillas pequeñas. Estas cápsulas se abren una vez maduras, permitiendo que las semillas se dispersen en el agua o el viento, favoreciendo así la propagación de la especie en los ambientes húmedos circundantes.
¿Sabías que? El término enjuncar proviene de la palabra junco. En el pasado, era común esparcir juncos, follaje o flores en el suelo para crear un tapiz natural, tanto decorativo como práctico. Los juncos se utilizaban para perfumar, suavizar y aislar los suelos de las viviendas medievales.

Juncus patens, y a la derecha, arriba Juncus subuliflorus y abajo Juncus acutus
Nuestras variedades favoritas

Juncus effusus - Junco
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 60 cm

Juncus effusus Spiralis
- Periodo de floración Agosto hasta Octubre
- Altura en la madurez 50 cm

Juncus ensifolius
- Periodo de floración Agosto hasta Octubre
- Altura en la madurez 40 cm

Juncus inflexus Blue Dart
- Periodo de floración Agosto hasta Octubre
- Altura en la madurez 45 cm
Más información Plantas vivaces de ribera
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Cómo plantar los juncos.
¿Dónde plantar?
Los juncos prefieren suelos húmedos, lo que los hace perfectos para lugares cercanos al agua, como las orillas de charcas, zonas pantanosas o suelos encharcados del jardín. Un suelo arcilloso o limoso, que retiene bien el agua, es ideal para ellos, ya que permanece húmedo por más tiempo y favorece su enraizamiento. Por el contrario, no son adecuados para suelos secos o arenosos, que drenan el agua demasiado rápido y pueden secarlos. Si tu suelo es más seco o arenoso, puedes enriquecer la tierra con compost y añadir una capa de mantillo orgánico para ayudar a conservar la humedad. También aprecian un suelo ligeramente ácido a neutro.
Elige un lugar donde tengan acceso a luz directa o parcial, ya que aunque toleran la sombra, crecerán mejor con un poco de sol.

En la orilla, los juncos ayudan a estabilizar los suelos
¿Cuándo plantar?
Idealmente, planta los juncos en primavera u otoño, cuando el suelo aún está fresco y húmedo, lo que favorece su enraizamiento.
¿Cómo plantar?
-
- Afloja bien el suelo en el lugar elegido, removiéndolo y rompiendo los terrones para favorecer un buen desarrollo radicular.
- Verifica que el suelo esté bien húmedo antes de plantar. Si es necesario, riega la zona para garantizar una humedad constante y favorable para los juncos.
- En terreno abierto:
- Cava un hoyo de la misma profundidad y anchura que el contenedor de la planta para dejarle espacio sin comprimir sus raíces.
- Retira con cuidado el junco de su contenedor.
- Coloca el junco en el hoyo preparado, ajústalo para que quede recto, luego rellena el hoyo con tierra apretando ligeramente. Evita compactar demasiado la tierra para mantener una buena aireación para las raíces.
- Riega abundantemente después de la plantación para asentar bien el junco y mantener el nivel de humedad del suelo.
- En una charca:
- Elige una maceta o cesta de cultivo grande, idealmente perforada, para permitir un buen intercambio de agua.
- Llena la maceta con tierra arcillosa o una mezcla adecuada para plantas acuáticas, y planta el junco en ella.
- Pesa ligeramente la maceta con guijarros o piedras para evitar que flote en el agua.
- Coloca la maceta de manera que quede parcialmente sumergida en la charca, asegurándote de que la parte superior del cepellón quede por encima del agua para que el junco no quede sumergido.
- En terreno abierto:
**Mantenimiento del Juncus**
Riego
Los juncos necesitan un suelo constantemente húmedo para desarrollarse bien, especialmente en terreno abierto. Si la planta está en terreno abierto, pero alejada de una fuente de agua, asegúrate de regarla regularmente para mantener el suelo húmedo, en particular durante los períodos cálidos o secos. Para los juncos cultivados en una charca o en una maceta parcialmente sumergida, verifica con frecuencia el nivel del agua para que nunca les falte humedad.
Poda
Los juncos requieren poca poda, pero puede ser útil eliminar los tallos secos, amarillentos o dañados al inicio de la primavera para favorecer un crecimiento vigoroso y mantener una apariencia cuidada. Utiliza unas tijeras o una podadora limpia para cortar estos tallos desde la base. Esta poda ligera también ayuda a airear la mata y prevenir la acumulación de restos.
Algunas variedades de juncos pueden ser invasoras en zonas húmedas, como el Juncus effusus o el Juncus inflexus. Para limitar su expansión, retira los brotes nuevos que se alejen de la mata principal. Si los cultivas en una maceta sumergida, esto limita su crecimiento natural y evita que colonicen el espacio circundante.
Plagas y enfermedades
Los juncos son plantas generalmente muy resistentes a enfermedades y plagas, pero ciertas condiciones ambientales pueden hacerlas vulnerables.
Los juncos pueden ser susceptibles a la roya, una enfermedad fúngica que provoca manchas anaranjadas a marrones en los tallos y las hojas. Aunque poco frecuente, la roya puede propagarse rápidamente en condiciones de alta humedad y calor. Retira las partes afectadas y asegura una buena circulación de aire alrededor de las plantas para reducir la humedad.
Los caracoles y babosas pueden ocasionalmente mordisquear los tallos tiernos de los juncos jóvenes, especialmente en primavera.
Multiplicar el junco
En la naturaleza, los juncos se propagan por siembra y por desarrollo del rizoma. En el jardín, multiplicaremos nuestros juncos por división de las matas. La propagación por división de las matas se realiza preferentemente en primavera o en otoño, cuando la planta está en periodo de crecimiento activo, pero las temperaturas no son demasiado extremas. Esto permite que el junco se recupere más fácilmente después de la división.
- Preparación de la planta: riega bien el pie de la planta para facilitar la extracción. Luego, desentierra con cuidado la mata de junco con una pala o una horquilla, teniendo cuidado de no dañar las raíces.
- División: con tus manos o una herramienta afilada, divide la mata en varias secciones, cada una con una buena porción de raíces y algunos tallos. Asegúrate de que cada división tenga suficientes raíces para establecerse rápidamente después del trasplante.
- Replanta inmediatamente las divisiones en un suelo húmedo, en el lugar deseado (en terreno abierto o en macetas). Cava agujeros de la misma profundidad que las divisiones, coloca las matas y cúbrelas con tierra sin apisonar demasiado. Si las plantas en una charca, coloca cada división en una cesta de plantación adecuada, lastrada si es necesario para evitar que flote.
- Riego y seguimiento: riega bien después de la plantación para ayudar a que las raíces se establezcan y mantén un nivel de humedad constante para favorecer el arraigo. Durante las primeras semanas, verifica que el suelo permanezca húmedo y que las nuevas matas muestren signos de crecimiento.
Associación
Para vegetalizar una zona húmeda, vamos a componer una escena natural y vibrante, jugando con las alturas, los colores y las formas de las plantas adaptadas a suelos encharcados.
Comencemos por estructurar la base de esta zona húmeda con Juncus effusus ‘Spiralis’. Sus tallos erguidos y en forma de «tirabuzón» aportan un aspecto gráfico y depurado, perfecto para crear un fondo. Colócalos en matas en las partes más húmedas del suelo, donde contribuirán a estabilizar las orillas y a filtrar el agua. Su color verde vivo contrasta elegantemente con las flores más coloridas.
Para añadir un toque de verticalidad e intensidad floral, introduce la Lobelia cardinalis, o Lobelia cardinal. Sus flores rojo vivo atraen inmediatamente la mirada. Plántalas cerca de los juncos, donde la humedad es constante pero las raíces pueden respirar.
Añadamos luego un ambiente acuático y poético con las diferentes especies de iris. El clásico Iris pseudacorus, con sus grandes flores amarillas brillantes, y el Iris versicolor ‘Variegata’, con sus tonos azules y violetas (¡y su follaje variegado!), aportan un encanto salvaje y refinado. Estos iris prosperan especialmente en suelos empapados y combinan perfectamente con los juncos y las lobelias.
Las Asclepias incarnata, o Algodoncillo de México, enriquecen esta paleta con sus umbelas rosa suave. Plántalas en pequeñas matas para añadir toques de dulzura entre los follajes más rígidos.
Finalmente, para vestir los bordillos y aportar una textura más densa al suelo, añade algunos carex de zonas húmedas, como los Carex riparia. Sus matas herbáceas y su follaje perenne verde brillante crean una transición fluida entre las plantas floridas y el suelo. Su capacidad para extenderse rápidamente los convierte en excelentes plantas cubresuelos que unifican el conjunto.

Iris versicolor, Juncus effusus ‘Spiralis’, Carex riparia, Lobelia, Algodoncillo de México e Iris pseudacorus
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