
¿Cultivar abonos verdes en macetas o contenedores: ¿es posible o no?
Nuestros consejos para potenciar tu sustrato con abono verde
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¿Cultivas tu pequeño huerto en un balcón, una terraza o incluso en un pequeño patio, en macetas, contenedores o bancales? Lamentablemente, el sustrato se agota rápidamente y debes renovarlo temporada tras temporada. ¿Y si pruebas la siembra de abonos verdes? Estas plantas, fáciles y rápidas de cultivar, pueden mejorar la salud de tu suelo y la vitalidad de tus cultivos. De hecho, los abonos verdes son plantas que se siembran no para cosecharlas (aunque también se puede hacer), sino por los beneficios que aportan al suelo. Los abonos verdes enriquecen el sustrato, mejoran su estructura y preparan el terreno para los cultivos siguientes. Una manera muy sencilla de mantener un suelo vivo, incluso en un espacio muy reducido.
Descubre las ventajas de cultivar abonos verdes, incluso en contenedores, macetas o bancales, qué especies elegir y, sobre todo, nuestros consejos para utilizarlos correctamente una vez finalizado su crecimiento.
¿Por qué cultivar abonos verdes en macetas o contenedores?
Una planta, ya sea ornamental o de huerto, necesita agua y nutrientes para crecer. Nutrientes que obtiene del suelo. Una planta cultivada en macetas, contenedores o huertos en cuadros se beneficia de reservas nutritivas bastante limitadas, ya que, con el paso de las estaciones, el sustrato se agota. Por eso es esencial alimentar este suelo. Entre las diferentes formas de enriquecer el suelo, los abonos verdes son sin duda los más completos, ya que no se limitan únicamente a su efecto fertilizante.
La primera función de los abonos verdes es liberar elementos minerales como el nitrógeno mediante su descomposición, elementos que serán utilizados más tarde por las plantas o los vegetales sembrados. Esto es cierto en terreno abierto, en el huerto o en los macizos, pero también lo es en todos los recipientes utilizados para el cultivo de plantas, hortalizas o pequeños frutos en cultivo sin suelo. Asimismo, cuando los abonos verdes se descomponen, su materia orgánica se restituye al sustrato y produce humus a largo plazo.

En las macetas, contenedores o huertos en cuadros, el sustrato se agota. De ahí la utilidad de los abonos verdes para enriquecer el suelo
Pero el papel de los abonos verdes no termina ahí. Sembrados entre dos cultivos, evitan que el sustrato quede desnudo:
- Ocupan las macetas y contenedores entre dos cultivos, limitando así la proliferación de malas hierbas.
- Reducen la erosión, especialmente en invierno.
- Mejoran la estructura del sustrato gracias a su sistema radicular que divide las partículas.
- Estimulan la actividad biológica del sustrato.
- Favorecen la biodiversidad con su floración a menudo melífera y nectarífera, atrayendo y alimentando a los insectos polinizadores y a los insectos auxiliares.
¿Qué especies de abonos verdes elegir para un cultivo en maceta?
Existen varias especies de abonos verdes que desempeñarán un papel diferente.
Las fabáceas
Las fabáceas, comúnmente llamadas leguminosas, enriquecen el suelo con nitrógeno. De hecho, gracias a una simbiosis con una bacteria del género Rhizobium, los nódulos de las raíces tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico y restituirlo al suelo. Las fabáceas más comúnmente cultivadas son las habas, los guisantes verdes y los frijoles, que pueden servir como abonos verdes. Pero también se puede sembrar:
- La esparceta, ideal para sustratos secos, resiste perfectamente al frío. Sus flores son muy melíferas.
- El trébol blanco enano, violeta o encarnado es muy interesante al pie de un pequeño frutal cultivado en macetas. A menudo se asocia con una poácea.
- La veza de primavera o de invierno cuenta con un crecimiento muy rápido, una vegetación densa y cubriente.
Las fabáceas son abonos verdes ricos en nitrógeno
Las poáceas
Las poáceas proporcionan un follaje abundante que constituye una biomasa de calidad. Asimismo, su sistema radicular profundo airea el suelo. Por último, las poáceas no pertenecen a la misma familia que algunos de los vegetales cultivados en macetas, lo que limita la propagación de enfermedades y parásitos. Por ello, la rotación de cultivos es perfecta. Se puede sembrar:
- El centeno, que se siembra solo o en mezcla con una leguminosa.
- La avena, que cuenta con un denso sistema radicular rico en nutrientes. Se adapta a todos los climas.
El centeno y la avena son abonos verdes para cultivar en macetas.
Las crucíferas
Entre las brasicáceas, la mostaza blanca es el principal abono verde. Tiene la ventaja de crecer muy rápido y trabajar el suelo en profundidad gracias a su raíz primaria. Hay que evitar sembrarla después de vegetales de la misma familia, como coles, nabos, rábanos o rúcula.
Otros abonos verdes
Entre otras plantas comúnmente utilizadas como abonos verdes, también se puede mencionar la facelia de la familia de las Boragináceas, que combina varias ventajas: tiene un crecimiento rápido, resiste al frío, produce mucha biomasa e inhibe la germinación de malas hierbas. También crea una ruptura en la rotación de cultivos, ya que su familia botánica es diferente de las otras familias de vegetales. Por último, su floración melífera se extiende durante varias semanas.

La facelia es un abono verde muy melífero
También se puede sembrar el alforfón, de la familia de las Polygonáceas, con cualidades similares a las de la facelia. Pertenece a una familia botánica diferente a la de los vegetales comunes, crece rápido, es gelificante en invierno por lo que desaparece solo, y sus pequeñas flores atraen a numerosos insectos.
¿Cómo y cuándo cultivar estos abonos verdes en macetas?
Cultivar abonos verdes en recipientes no es complicado, siempre que se respeten algunas reglas básicas. Aunque las macetas ofrecen menos profundidad que un suelo en terreno abierto, muchas especies se adaptan muy bien.
El sustrato se trabajará ligeramente en la superficie para aflojarlo. Luego, la siembra se realiza «al voleo». Las semillas se cubren ligeramente, se compactan bien y se riegan en forma de lluvia. El riego continúa si es necesario. Y eso es todo.
El período de siembra depende de las especies de abono verde y del efecto deseado. Se pueden sembrar abonos verdes entre finales del invierno y principios de la primavera, justo antes de la plantación de ciertas hortalizas exigentes, como el tomate, la calabaza y el calabacín, la pimienta… Estos abonos verdes tendrán tiempo de desarrollarse bien en dos meses, para luego plantar las hortalizas a finales de abril o principios de mayo. En primavera, se siembra principalmente mostaza india, alforfón, veza de primavera, facelia…
Al sembrar abonos verdes a finales del verano, ocuparán el sustrato de las macetas y contenedores para evitar el crecimiento de malas hierbas. A finales de agosto o principios de septiembre, se puede sembrar mostaza india, esparceta, alfalfa roja, veza de invierno, centeno y alforfón.
¿Cómo utilizar los abonos verdes en macetas o contenedores?
Una vez que los abonos verdes han crecido bien y alcanzado el inicio de su floración, es el momento de cortarlos e integrarlos al sustrato.
El corte se realiza antes de que produzcan semillas, porque una vez con semillas, algunas plantas pueden volverse invasoras, especialmente en macetas. Además, es justo antes de la floración cuando las plantas han acumulado la mayor cantidad de nutrientes. Puedes cortarlas a mano, con una podadora o incluso con tijeras, según el tamaño del contenedor.
Luego, tienes dos opciones. La primera es dejarlas en la superficie, como un mantillo. Esto protege el suelo, limita la evaporación del agua y alimenta suavemente a los microorganismos.
La segunda opción es incorporar los residuos a la tierra. Se cortan finamente y luego se mezclan ligeramente con el primer tercio del suelo usando una pequeña garra de jardín. Después de esto, es mejor dejar el contenedor en reposo durante dos o tres semanas antes de volver a plantar. Este es el tiempo necesario para que la materia orgánica comience a descomponerse sin interferir con las futuras plantaciones.
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