
Estrella de Navidad - Poinsettia: cultivo y cuidados
Contenido
La Flor de Pascua en pocas palabras
- El Poinsettia es una planta tropical de interior, famosa por sus brácteas coloridas en invierno.
- Le gusta la luz brillante sin sol directo, una temperatura de 18 a 22 °C y un aire moderadamente húmedo.
- Su sustrato debe ser ligero, rico y muy bien drenado.
- Un riego moderado y una poda después de la floración aseguran un hermoso crecimiento.
- Para «volver a florecer», necesita noches largas y oscuras en otoño.
La palabra de nuestro experto
El Poinsettia, también conocido como Estrella de Navidad, es una planta emblemática de las fiestas de fin de año. Originaria de México, Euphorbia pulcherrima pertenece a la familia de las Euforbiáceas y seducen por sus brácteas coloridas, a menudo rojas, blancas o rosadas, que rodean discretas flores centrales. En su hábitat natural, el Poinsettia crece como un arbusto que alcanza varios metros de altura, disfrutando de un clima cálido, luminoso y ligeramente húmedo.
En interiores, el Poinsettia es apreciado por su capacidad para alegrar el invierno gracias a su follaje decorativo y su floración invernal. Prefiere una exposición a la luz sin sol directo, una temperatura entre 18 y 22 °C y una atmósfera moderadamente húmeda. El sustrato debe ser ligero, bien drenado y rico, mientras que la maceta elegida debe ofrecer un buen drenaje del agua para proteger sus raíces sensibles al exceso de humedad.
En cuanto al cuidado, el Poinsettia requiere un riego regular, pero sin excesos, dejando secar ligeramente el sustrato entre dos aportes. Una fertilización ligera en primavera y verano favorece un hermoso crecimiento, mientras que una poda, justo después de la floración, permite mantener un porte denso y armonioso. Para volver a florecer el siguiente invierno, la planta requiere una gestión precisa de la luz otoñal con noches largas y oscuras durante varias semanas.
Decorativo y versátil, el Poinsettia se integra en numerosos estilos de interior, ya sea en una maceta de cerámica moderna, una cesta natural o un gran terrario abierto. Asociado con otras plantas como los fittonias o las hiedras, se convierte en el corazón vivo de una decoración festiva, simbolizando desde hace siglos la calidez, la prosperidad y la magia de la Navidad.
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Euphorbia pulcherrima
- Familia Euphorbiáceas
- Nombre común Poinsettia, Flor de Pascua
- Floración diciembre a febrero
- Altura 80 cm
- Tipo de suelo sustrato rico y ligero
- Rusticidad 10°C
El Poinsettia, más conocido como Flor de Pascua, pertenece a la familia de las Euphorbiáceas, una gran familia de plantas que incluye tanto especies tropicales como suculentas. Su nombre botánico, Euphorbia pulcherrima, significa literalmente «euforbia más bella», un homenaje a sus espectaculares brácteas coloreadas, a menudo confundidas con flores. El nombre del género Euphorbia proviene de Euphorbus, un médico griego del rey Juba II de Mauritania, que habría utilizado una planta de este grupo por sus propiedades medicinales.
En francés, se le llama comúnmente Flor de Pascua debido a la disposición en estrella de sus brácteas rojas (a veces rosas, blancas o abigarradas) y a su espectacular «floración» invernal, justo en época navideña. Otros nombres populares incluyen simplemente Poinsettia, en honor a Joel Poinsett, diplomático estadounidense que introdujo la planta en EE.UU. en el siglo XIX tras descubrirla en México.
En estado silvestre, el Poinsettia crece en zonas tropicales de México y Centroamérica, donde puede alcanzar varios metros de altura. Prospera en climas cálidos y húmedos, al borde de los bosques, disfrutando de buena luz solar pero protegido de los rayos directos e intensos.
Se ha convertido en una planta de interior imprescindible en invierno, pues aporta un toque de color vivo en una época en que pocas plantas florecen. Su capacidad para florecer naturalmente cuando los días se acortan refuerza su asociación con la Navidad. Además, los horticultores han logrado hacerla más compacta, colorida y adaptada al cultivo en macetas.
Entre las variedades comúnmente cultivadas encontramos clásicos como ‘Prestige Red’ por su rojo brillante, ‘Ice Punch’ con reflejos blanco crema, o ‘Pink Champagne’, una versión más suave y original. Todas estas variedades han sido seleccionadas por su comportamiento en maceta, la duración del color de las brácteas y su resistencia a las condiciones de cultivo en interior.
En su hábitat natural, la Euphorbia pulcherrima crece como un arbusto que puede alcanzar dos a cuatro metros de altura, con un porte más bien aireado y arbustivo. Cultivado en maceta, se mantiene compacto gracias a podas regulares que estimulan su ramificación. Sus raíces son fibrosas, bastante densas pero poco profundas; aprecian un sustrato bien drenado para evitar excesos de humedad, perjudiciales para este delicado sistema radicular.
El tronco, leñoso en la base con el tiempo, conserva flexibilidad en sus ramas jóvenes. No es especialmente grueso, pero es robusto y soporta sin problemas el follaje y las inflorescencias. Las ramas suelen crecer en ángulo abierto, dando a la planta ese aspecto de pequeño árbol estrellado cuando está bien estructurada. En algunas variedades enanas de cultivo, la ramificación es más densa, acentuando su efecto decorativo.
Las hojas, por su parte, son alternas, de forma ovalada a lanceolada, con base más o menos redondeada y punta afilada. Su borde puede ser ligeramente dentado o liso, según la variedad. Son de un verde oscuro intenso, a veces tirando a púrpura en algunas selecciones, y su lámina foliar presenta una vena bien marcada. Es este follaje el que realza las famosas brácteas, estas hojas modificadas que se colorean al acercarse la floración.
La floración es en realidad bastante discreta. En el centro de las brácteas coloreadas se encuentran las verdaderas flores: pequeñas estructuras amarillo-verdes llamadas ciatos, típicos de las Euphorbias. Cada ciato contiene órganos machos y una flor femenina, pero pasan casi desapercibidos ante el llamativo color de las brácteas. En Euphorbia pulcherrima, es esta sincronización entre la formación de brácteas coloreadas y ciatos lo que marca el culmen de su belleza.
En cuanto a la fructificación, es muy rara en cultivo de interior. Cuando ocurre, produce pequeñas cápsulas trilobadas, características de las Euphorbiáceas. Pero se necesita buena luz solar y a menudo polinización manual para esperar verlas aparecer. En la naturaleza mexicana, sin embargo, estos frutos participan en el ciclo reproductivo de la planta, aunque el Poinsettia se propaga mayormente por esquejes en horticultura.
¿Sabías que? Originaria de México, el Poinsettia ya era venerado por los aztecas, que usaban sus hojas rojas para hacer tintes y sus jugos para preparaciones medicinales. Su vínculo con la Navidad se remonta al siglo XVI, cuando una leyenda mexicana cuenta que una joven, sin nada que ofrecer en la iglesia para Navidad, presentó simples hierbas silvestres que se transformaron milagrosamente en magníficas estrellas rojas. Introducido en EE.UU. en el siglo XIX por Joel Poinsett, embajador y apasionado de botánica, se convirtió progresivamente en un símbolo imprescindible de las fiestas navideñas, asociado a prosperidad, renacimiento y esperanza.
¿Cómo plantar el Poinsettia?
¿Cuándo plantar?
La plantación de un Poinsettia en maceta se realiza preferentemente en primavera. El sustrato ideal debe ser ligero, drenante y rico en materia orgánica; una mezcla compuesto de tierra para plantas floridas con perlita o arena gruesa ofrece un buen equilibrio entre retención de agua y aireación de las raíces.
¿En qué maceta plantar tu Poinsettia?
La elección de la maceta es importante: debe ser ligeramente más ancha que el cepellón, con un diámetro superior de unos dos a tres centímetros. Una maceta de barro es a menudo preferida, ya que favorece la evaporación del exceso de humedad, pero una maceta de plástico de buena calidad, provista de un drenaje eficaz, también es muy adecuada. En cualquier caso, un agujero de drenaje es indispensable para evitar el estancamiento de agua en el fondo de la maceta.
¿Dónde colocar la maceta?
El Poinsettia debe colocarse en un lugar luminoso sin sol directo, especialmente en verano, ya que sus hojas son sensibles a las quemaduras. Una exposición a la luz brillante pero tamizada es ideal. En el interior, una habitación bien iluminada orientada al este o al oeste es perfecta. La temperatura ambiente ideal ronda los 18 a 22 °C; por debajo de 15 °C, la planta puede sufrir. Un aire ligeramente húmedo es apreciado, pero sin exceso; un nivel de humedad del 50 al 60 % es suficiente, y es preferible evitar las corrientes de aire frío o los cambios bruscos de temperatura.
¿Cómo plantar una estrella de Navidad?
- Elegir una maceta limpia y colocar en el fondo una capa de drenaje compuesto de bolas de arcilla o grava.
- Colocar un poco de sustrato sobre esta capa.
- La planta se saca con cuidado de su contenedor original; es útil desenredar ligeramente las raíces si forman un ovillo apretado.
- Colocar la planta en el centro de la nueva maceta, de manera que la parte superior del cepellón quede justo por debajo del borde de la maceta.
- Rellenar el espacio alrededor del cepellón con el sustrato preparado, apretando ligeramente con la mano para sujetar bien la planta.
- Un riego generoso sigue inmediatamente a la plantación para humedecer uniformemente la tierra.
El trasplante se realiza generalmente cada año en primavera para las plantas vigorosas o cada dos años si el crecimiento es más lento. Permite renovar el sustrato empobrecido, verificar el estado de las raíces y ofrecer un espacio más adecuado a la planta. Durante el trasplante, es posible aprovechar la ocasión para podar ligeramente las ramas para fomentar una bonita ramificación para la siguiente temporada.
¿Cómo cuidar una poinsettia?
Riego
El riego debe ser regular, pero moderado. Es importante dejar secar ligeramente la superficie del sustrato entre dos riegos. Un exceso de agua es mucho más perjudicial que una ligera falta, ya que favorece la pudrición de las raíces. Es mejor regar a temperatura ambiente, evitando que el agua se estanque en el platillo para maceta; a menudo se recomienda retirar el exceso de agua unos quince minutos después del riego.
Fertilización
La fertilización es útil principalmente en primavera y verano, cuando el Poinsettia está en periodo de crecimiento activo. Una aplicación de abono líquido equilibrado para plantas de flor, aproximadamente una vez cada tres semanas, estimula la producción de hojas y prepara la planta para una futura floración. Durante el otoño y el invierno, cuando el Poinsettia está en fase de floración o reposo, no es necesario fertilizar.
Podar
En cuanto a la poda, no es obligatoria, pero se recomienda encarecidamente para mantener un porte compacto y armonioso. Después de la floración, hacia finales del invierno o principios de la primavera, se aconseja podar los tallos a unos diez o quince centímetros de la base. Esto favorece la aparición de nuevos brotes y permite obtener una planta más tupida para la próxima temporada. Durante la temporada cálida, también se pueden realizar pequeñas podas de mantenimiento para fomentar la ramificación.
Precauciones eventuales
Se deben tomar algunas precauciones para mantener un Poinsettia saludable. Esta planta es sensible a las corrientes de aire frío, que pueden provocar la caída rápida de las hojas. No le gustan las atmósferas demasiado secas, frecuentes en interiores con calefacción en invierno; colocar un humidificador cerca o poner la maceta sobre un lecho de bolitas de arcilla mantenidas húmedas mejora su bienestar. También hay que evitar mover frecuentemente la planta, especialmente en periodo de floración, ya que puede estresarla y provocar una defoliación prematura.
Por último, aunque el Poinsettia a menudo se considera una planta desechable después de las fiestas, es perfectamente posible conservarlo de un año para otro, siempre que se respeten sus necesidades naturales de fotoperiodo si se desea que vuelva a florecer. Esto implica ofrecerle noches largas (14 horas de oscuridad total) durante varias semanas en otoño.
¿Cómo hacer que un poinsettia vuelva a florecer?
Tras la floración invernal, la planta entra naturalmente en una fase de reposo en primavera. Es entonces cuando conviene reducir los riegos, dejar secar más el sustrato y detener toda fertilización. En primavera, se realiza una poda severa para acortar los tallos a unos diez centímetros. Esto estimula la aparición de nuevos retoños vigorosos. Luego, la planta retoma gradualmente un riego regular y una fertilización cada dos o tres semanas.
Durante todo el verano, el Poinsettia disfruta de luz brillante, sin sol abrasador, y de una temperatura suave, entre 18 y 25 °C. Puede sacarse al exterior, en un lugar ligeramente sombreado, siempre que las noches sean lo suficientemente cálidas.
El secreto de la refloración comienza a finales de septiembre o principios de octubre. El Poinsettia necesita un fotoperíodo corto para iniciar la formación de sus brácteas coloridas. Esto significa que debe beneficiarse de 14 a 16 horas de oscuridad total al día durante aproximadamente ocho semanas. La más mínima exposición a luz artificial puede comprometer este proceso. Por lo tanto, se recomienda cubrir la planta cada noche con una caja de cartón o colocarla en un armario oscuro, y luego sacarla por la mañana para que pueda disfrutar de la luz del día. Durante este período, la temperatura debe mantenerse estable, idealmente entre 18 y 20 °C, y el riego debe ser moderado, sin dejar que el cepellón se seque por completo.
Si todo se respeta correctamente, las brácteas coloridas comienzan a aparecer después de seis a ocho semanas, justo a tiempo para las fiestas de fin de año. Es un proceso que requiere rigor, pero la satisfacción de ver un Poinsettia florecer de nuevo de forma natural es muy gratificante.
Enfermedades, parásitos y posibles problemas de cultivo
Parásitos
Entre los enemigos más frecuentes de la flor de pascua, las moscas blancas son particularmente temibles. Estos pequeños insectos se refugian bajo las hojas y chupan la savia, provocando un debilitamiento general de la planta. Las cochinillas, en forma de pequeñas masas algodonosas o cortezas marrones, también se instalan en los tallos y el revés de las hojas. Menos frecuentes, los ácaros y los trips también pueden atacar, especialmente en ambientes muy secos.
Para combatirlos, se recomienda actuar rápidamente. Un primer gesto sencillo consiste en ducharla con agua tibia para desalojar mecánicamente los insectos. Luego, la aplicación de un insecticida natural a base de jabón negro o aceite de cinamomo, bien diluido, permite controlar las infestaciones leves. En caso de un ataque importante, puede ser necesario repetir los tratamientos con unos días de intervalo.
Enfermedades
En cuanto a las enfermedades, la flor de pascua puede sufrir podredumbre de raíz, sobre todo si el riego es excesivo o si el drenaje es insuficiente. Las hojas se ablandan, amarillean y luego caen bruscamente. Para prevenirlo, es esencial no dejar nunca agua estancada en el platillo para maceta y utilizar un sustrato bien drenante.
Problemas de cultivo
El amarillamiento de las hojas suele estar relacionado con un exceso de agua, falta de luz o una carencia nutricional. Reducir los riegos, colocar la planta en un lugar más luminoso y retomar una fertilización adecuada suele ser suficiente para corregir la situación.
La caída repentina de las hojas es un síntoma clásico de estrés: cambio brusco de temperatura, corriente de aire frío o desplazamiento frecuente de la planta. Por tanto, es importante mantener una temperatura estable, evitar zonas de paso y dejar tranquila la flor de pascua una vez que ha encontrado su lugar.
Otra anomalía observada a veces es el marchitado rápido de las hojas, aunque la tierra parezca húmeda. Esto puede indicar un inicio de podredumbre de raíz o un problema de saturación de agua; entonces se vuelve urgente dejar secar completamente el sustrato antes de regar de nuevo.
¿Cómo multiplicar una estrella de Navidad?
La propagación del Poinsettia se realiza principalmente mediante esquejes de tallos, en primavera o verano, cuando la planta está en pleno crecimiento. Basta con tomar esquejes de 8 a 10 centímetros de longitud, eligiendo ramas sanas y no lignificadas. Cada esqueje debe tener al menos dos o tres hojas. Después del corte, se recomienda dejar fluir la savia lechosa, característica de las Euphorbias, sumergiendo rápidamente la base del esqueje en agua tibia para detener el flujo.
Los esquejes se plantan luego en una mezcla ligera y muy drenante, a base de sustrato y perlita o arena. Una atmósfera cálida (alrededor de 22 a 24 °C) y húmeda es esencial: por lo tanto, se recomienda cubrir la maceta con una bolsa de plástico transparente o colocar los esquejes en un mini invernadero para mantener una alta humedad mientras se asegura una buena ventilación.
El enraizamiento tarda aproximadamente de tres a cuatro semanas. Una vez que los esquejes muestran nuevos brotes, señal de que las raíces se han formado bien, pueden trasplantarse a macetas individuales. A partir de ahí, el joven Poinsettia se cuida como una planta adulta, con un riego moderado y exposición a la luz sin sol directo.
Cómo integrar una flor de pascua en tu interior
En un interior moderno o contemporáneo, con líneas depuradas y colores sobrios, un Poinsettia rojo vibrante crea un contraste impactante. Quedará perfectamente realzado en una maceta de cerámica blanca, negra o gris, con acabado mate o satinado, que reforzará la elegancia minimalista del conjunto. Una versión con brácteas blancas o rosadas también encajará muy bien en un decorado escandinavo, donde predominan los tonos suaves y naturales.
En un interior más clásico o rústico, donde la madera natural y los materiales naturales son protagonistas, el Poinsettia lucirá espléndido en un cubremaceta de mimbre, de terracota rústica o de cerámica artesanal en tonos cálidos. Esto recordará sus orígenes mexicanos mientras crea un ambiente acogedor y cálido.
También es totalmente posible colocar un Poinsettia en un gran terrario abierto de estilo «jardín de invierno», siempre que el aire circule libremente para evitar la humedad estancada. Así, puede combinarse con otras plantas que disfruten de condiciones luminosas y templadas, como los helechos o los fittonias, para una composición vegetal festiva y duradera.
Para acompañar un Poinsettia, plantas como la hiedra colgante, los fittonias o los helechos aportan ligereza y un bonito contraste de follaje. Durante las fiestas de fin de año, algunas ramas de abeto, piñas o eucalipto dispuestas alrededor de la maceta refuerzan el espíritu festivo manteniendo un toque natural.
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