Crocus kotschyanus - Croco de otoño

El Croco de Kotschy es una especie botánica originaria de Turquía, el Cáucaso y Líbano que florece a principios de otoño, generalmente en octubre. Sus flores no son muy grandes, pero la planta se multiplica con facilidad y su cultivo no presenta dificultad particular en suelo bien drenado, más bien seco en verano. Esta especie, a menudo confundida con el Croco karduchorum, se caracteriza por flores de color más o menos malva a rosa claro con garganta rodeada de amarillo. Se puede plantar en una rocalla, un jardín de grava, un macizo elevado, al pie de arbustos caducos o en una jardinera.

El Crocus kotschyanus, antiguamente llamado Crocus zonatus, pertenece a la familia de las Iridáceas como todos los crocus. Su área de repartición natural abarca desde el centro hasta el sur y noroeste de Turquía, pasando por Siria hasta el norte y centro de Líbano. Esta especie ha obtenido un Award of Garden Merit de la R.H.S. Se siembra de manera natural y se multiplica espontáneamente mediante la producción de bulbos hijos.

En cultivo, este Croco de Kotschy florece en octubre. Produce flores de 10-12 cm de altura que emergen solas de la tierra, mientras que las hojas se desarrollan a finales del invierno. Las flores, en forma de copa alargada, están compuestas por 6 pétalos cuyo color puede variar entre el malva lila pálido y el rosa malva claro, finamente veteados de violeta claro. Se abren en forma de estrella, mostrando una garganta rodeada de amarillo. El centro de la flor está ocupado por un estilo blanco, dividido en filamentos amarillos muy finos. Este estilo domina sobre estambres amarillos con anteras blancas. Las flores se cierran por la noche y con mal tiempo para abrirse ampliamente al sol. El follaje está compuesto por finas hojas lineares, simples y alternas, de un verde medio, atravesadas por una línea blanca. Los "bulbos" son en realidad cormos cubiertos por una túnica fibrosa con fibras paralelas. Un cormo es, en morfología vegetal, un órgano de reserva subterráneo con aspecto de bulbo, pero formado por un tallo engrosado rodeado aquí por una túnica fibrosa.

El Crocus kotschyanus aporta un toque de color a principios de otoño. Se planta en rocallas, al pie de árboles o arbustos caducos. Se desarrolla bien y se naturaliza rápidamente en cualquier suelo bien drenado, incluso pedregoso. Combina los crocus de otoño con sus primos primaverales para disfrutar de varias flores al año. Algunas ideas de asociación: con ciclamenes, narcisos botánicos y otros pequeños bulbos de primavera como los tulipanes botánicos y los muscaris.

Un truco de los crocus: sus raíces tienen la particularidad de poder contraerse como un resorte, permitiendo que la planta se fije a la profundidad ideal.