
Areca: cultivo, plantación y cuidados de la palmera de interior
Contenido
La Areca en pocas palabras
- El Areca es una elegante y fácil palmera de interior
- Es apreciado por su follaje exuberante y su crecimiento rápido
- Sus largas hojas pinnadas, ligeramente arqueadas, son de un verde luminoso
- Es relativamente fácil de cuidar, necesita luz brillante indirecta, humedad ambiental y riego regular
- Ayuda a purificar el aire ambiente y mejora la calidad del aire interior
La palabra de nuestra experta
El Areca es sin duda la palmera de interior más popular! Su porte elegante y su follaje exuberante lo convierten en una elección ideal para aportar un toque exótico a nuestros interiores. Sin embargo, la planta que encontramos bajo este nombre en los centros de jardinería es en realidad Dypsis lutescens, a menudo llamada «Areca» por abuso de lenguaje. Esta palmera, apreciada por sus largas hojas arqueadas de un verde brillante y su crecimiento rápido, es fácil de cultivar y se adapta bien a la vida en interior con luz brillante indirecta, algo de humedad y riegos regulares.
Poco exigente y reconocido por su capacidad para purificar el aire, el Areca – o más bien Dypsis lutescens – se ha convertido en un imprescindible de los interiores modernos, ya sea en un salón, un vestíbulo, una oficina o incluso un baño luminoso. Aporta inmediatamente una sensación de frescura y evasión tropical.
Descubre todos nuestros consejos para lograr el cultivo, la plantación y el cuidado de esta palmera de interior imprescindible!
Botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Areca
Lo que comúnmente llamamos ‘Areca’ en interior es en realidad Dypsis lutescens, una palmera muy apreciada por su follaje ligero y su porte gracioso. Sin embargo, aunque este nombre comercial sea ampliamente utilizado, no se trata de un verdadero Areca en el sentido botánico del término.
El nombre Areca se usa comúnmente para referirse en realidad al Dypsis lutescens, una palmera muy apreciada en interior. Los Dypsis, cercanos a los Areca, son palmeras de interior que adoramos por su apariencia esbelta y su follaje dividido. Sin embargo, esta denominación es incorrecta desde un punto de vista botánico, ya que Dypsis lutescens no pertenece al género Areca, aunque forme parte de la misma familia de las Arecaceae que agrupa palmeras tropicales y subtropicales. Esta confusión tiene su origen en el uso comercial del término «Areca», que se ha impuesto en el lenguaje común, así como en el parecido morfológico entre Dypsis lutescens y algunas palmeras del género Areca. Históricamente, las clasificaciones botánicas también han evolucionado, lo que ha contribuido a mantener la ambigüedad.
En realidad, Dypsis lutescens, originario de Madagascar, se distingue por sus tallos múltiples y su crecimiento rápido, lo que lo hace apto para el cultivo en interior. Los verdaderos Areca, como Areca catechu, son menos comunes en interior y tienen exigencias de cultivo más tropicales. Así, aunque la denominación «Areca» siga siendo ampliamente utilizada, es más correcto hablar de Dypsis lutescens para referirse a esta palmera de interior tan popular.
El verdadero género Areca agrupa alrededor de 50 a 60 especies de palmeras tropicales, principalmente originarias del sudeste asiático y las islas del Pacífico. Estas palmeras crecen naturalmente en bosques tropicales húmedos, especialmente en India y hasta las islas del Pacífico. Aprecian los climas cálidos y húmedos, evolucionando en entornos sombreados y bien drenados, donde el calor y la humedad favorecen su desarrollo exuberante. El género Areca (verdaderos Areca) incluye especies, como Areca catechu, la palmera de betel, que es especialmente conocida por sus semillas utilizadas en medicina tradicional y para la masticación en Asia. También encontramos la Areca triandra (Aréca de tres estambres), más compacta, rechaza en la base y es un poco más adaptada al cultivo en interior y la Areca vestiaria (Aréca naranja), muy decorativa con sus estípites naranja brillante, pero que requiere una alta humedad. Los «verdaderos» Areca son menos frecuentes en interior porque necesitan condiciones más tropicales. A diferencia de Dypsis lutescens, que se adapta bien a nuestros interiores, los verdaderos Areca son más exigentes y se encuentran principalmente en entornos tropicales.
Estas especies son más exigentes que Dypsis lutescens, lo que explica por qué este último se ha convertido en la palmera de interior por excelencia, aunque su nombre científico no sea Areca.
En los trópicos, Dypsis lutescens es apodado “Palmera multiplicadora” debido a su capacidad para producir numerosos rechazos que forman una mata densa. Sus estípites finos y dorados portan largas hojas arqueadas de un verde vivo, lo que también le vale el apodo de “palmera bambú”. Esta palmera seduce por su porte elegante y su facilidad de cultivo, lo que explica por qué es ampliamente comercializada bajo el nombre de «aréca» para el cultivo en interior.

El Areca tiene grandes hojas finamente divididas, unidas a estípites finos, de color verde claro a amarillo pálido
El Areca se distingue por su apariencia elegante y grácil. Forma generalmente una mata de varios estípites (troncos) finos y lisos, de color verde claro a amarillento. Estos estípites se parecen a tallos de bambú, lo que a veces le vale el apodo de «Palmera bambú». El Areca produce naturalmente rechazos en la base de sus estípites. Estos rechazos son brotes jóvenes que emergen del pie de la planta y contribuyen a su porte tupido y denso. El Areca puede alcanzar en la naturaleza hasta 10 m de altura. En maceta, mantendrá dimensiones mucho más modestas, sin superar los 2 a 3 m de altura.
Su sistema radicular es fasciculado, compuesto por numerosas raíces pequeñas y finas que se extienden horizontalmente cerca de la superficie. Esta red densa asegura una buena estabilidad y facilita la absorción rápida del agua, pero es poco profunda, lo que hace a la planta sensible al exceso de agua.
El follaje del Areca es característico de la especie. Está compuesto por largas hojas pinnadas, ligeramente arqueadas y de un verde luminoso. Estas hojas, sostenidas por un raquis central, están divididas en numerosas pínnulas estrechas y regulares. Estas hojas pueden medir hasta dos metros de largo. Crecen en penacho en la cima de los estípites, acentuando el aspecto plumoso y exuberante de la planta.
En interior, es raro verlo florecer. Pero en su medio natural o cuando se cultiva en condiciones óptimas, el Areca produce racimos de pequeñas flores discretas, de color crema a amarillo pálido. Estas flores se agrupan en panículas que emergen en las axilas foliares. En algunas especies como la Areca catechu, estas flores evolucionan luego en frutos ovoides, anaranjados a rojos en la madurez, conteniendo las famosas nueces de betel. Sin embargo, en cultivo de interior, el Areca rara vez florece, ya que necesita condiciones muy cercanas a su hábitat natural para desarrollar sus inflorescencias.
El Areca es reconocido por su capacidad para purificar el aire ambiente al absorber ciertas toxinas presentes en nuestros interiores. Es un verdadero aliado para mejorar la calidad del aire. Estudios, especialmente los realizados por la NASA sobre plantas depurativas, han demostrado que ciertas plantas de interior, entre ellas el Areca (Dypsis lutescens), pueden absorber contaminantes atmosféricos como el formaldehído, el xileno y el tolueno, presentes en nuestras casas y oficinas.

¡El Areca aporta un ambiente muy gráfico a nuestros interiores, además de purificar el aire!
Plantación del Areca
¿Dónde colocar un areca?
Al Areca le gustan los ambientes cálidos y luminosos, lo que lo convierte en una planta ideal para interiores. En la naturaleza, sin embargo, ha desarrollado una sorprendente capacidad para prosperar en condiciones de poca luz, lo que le permite prosperar en lugares donde otras plantas sufrirían. Para instalarlo correctamente, elige un lugar luminoso, pero sin sol directo, ya que sus delicadas hojas podrían quemarse. Una habitación con luz filtrada, un lugar cerca de una ventana con cortinas orientada al este o noreste, le vendrá perfectamente. Evita las corrientes de aire y las zonas demasiado frías, ya que prefiere temperaturas entre 18 y 24 °C.

Lo ideal es colocar el Areca en un lugar luminoso pero protegido del sol directo, por ejemplo detrás de una ventana o una cristalera con cortinas
¿Cuándo plantar un Areca de interior?
El periodo ideal para plantar o trasplantar el Areca es la primavera, para instalarlo en condiciones ideales para su periodo de crecimiento. No obstante, es posible plantarlo durante todo el año.
¿Cómo plantar el Areca paso a paso?
Asegúrate de que el sustrato sea ligero y aireado para permitir que las raíces respiren. Esta palmera tropical aprecia los entornos luminosos, cálidos y bien drenados.
- Opta por una maceta o contenedor con agujeros, un poco más grande que el tamaño del cepellón, para permitir que las raíces se desarrollen bien.
- Coloca una capa de drenaje en el fondo de la maceta con bolas de arcilla, grava o trozos de macetas de barro rotas. Esto evitará el exceso de agua responsable de la pudrición de las raíces.
- Planta delicadamente tu Areca en una mezcla compuesta por un 50 % de tierra franca, un 25 % de compost o humus, y un 25% de arena, o elige un sustrato ligero para plantas de interior.
- Asegúrate de que el collar (zona de transición entre las raíces y los tallos) quede al nivel del suelo. No debe estar ni demasiado enterrado ni demasiado expuesto.
- Añade el resto de la mezcla alrededor del cepellón y aprieta ligeramente para estabilizar bien la planta.
- Riega en varias veces para humedecer bien todo el sustrato y eliminar las bolsas de aire.
- Coloca tu Areca en un lugar luminoso, pero sin sol directo que pueda quemar sus hojas. Una habitación con luz filtrada será ideal.

Elige una maceta adecuada al tamaño de tu Areca, ligeramente más grande que el cepellón
Cómo cuidar una palmera multiplicadora
El mantenimiento del Areca es bastante sencillo, lo que lo convierte en una planta ideal para interiores. El Areca aprecia la humedad, pero teme el exceso de agua. Por lo tanto, es esencial encontrar el medio justo. Riega regularmente con agua no calcárea, pero deja que el sustrato se seque ligeramente en la superficie entre riegos. En verano, las necesidades de agua son mayores que en invierno. Para comprobar si tu Areca necesita agua, introduce el dedo en la tierra: si está seca unos centímetros, es el momento de regar.
Originario de los bosques tropicales, el Areca aprecia un ambiente húmedo. Pulveriza regularmente su follaje con agua no calcárea, especialmente en invierno cuando la calefacción seca el aire. También puedes colocar la maceta sobre un lecho de bolas de arcilla humedecidas.
El Areca no requiere una poda regular. Simplemente puedes eliminar las hojas secas o dañadas con unas tijeras de podar desinfectadas.
Durante el periodo de crecimiento, es decir, en primavera y verano, aporta a tu Areca un abono especial para palmeras, una vez al mes.
Trasplántalo cada 2 o 3 años, a una maceta ligeramente más grande, preferiblemente en primavera, cuando sus raíces empiezan a estar apretadas.

El Areca agradecerá que pulverices su follaje de vez en cuando
Enfermedades y posibles plagas
El Areca es relativamente resistente a enfermedades y parásitos. Sin embargo, puede ser sensible a la podredumbre de las raíces provocada por un exceso de agua o un mal drenaje. Esto provoca un amarilleamiento de las hojas y un debilitamiento de la planta. Reduce los riegos, verifica que la maceta esté bien drenada y trasplántala con sustrato fresco si es necesario.
También puede ser atacado por cochinillas o arañas rojas en caso de aire demasiado seco. Aumenta la humedad ambiental alrededor de tu Areca pulverizándolo regularmente con agua, ya que las cochinillas y las arañas rojas detestan la humedad. Limpia las hojas con un paño humedecido en agua jabonosa o alcohol a 70°C, y trata con un insecticida natural (aceite de cinamomo).
→ Lee nuestros artículos para saber más sobre los tratamientos adecuados para las cochinillas y las arañas rojas.
Propagación del Areca
Los rechazos pueden ser dejados en su lugar para mantener una planta bien frondosa, o bien ser extraídos en primavera para multiplicar la planta. Para ello, basta con esperar a que un rechazo esté bien desarrollado, con algunas raíces. Como no fructifica en nuestras latitudes, la extracción de los rechazos es la técnica más adecuada. Es importante no retirar demasiados rechazos a la vez para no debilitar la planta madre.
- Con un cuchillo afilado y desinfectado, separa los rechazos del pie madre cuidando de no dañar las raíces. Cada rechazo debe tener algunas raíces.
- Planta cada rechazo en una maceta individual llena de sustrato fresco y bien drenado.
- Riega generosamente para favorecer el arraigo.
¡Areca: la planta de interior de moda!
El Areca es un verdadero activo decorativo gracias a su follaje ligero y elegante que aporta un toque tropical y relajante a cualquier interior. Su porte grácil y su silueta aérea le permiten integrarse armoniosamente en varios estilos de decoración.
¿Qué tipo de interior para el Areca?
- Estilo bohème: Con sus hojas plumosas y su lado natural, el Areca encuentra perfectamente su lugar en una decoración bohemia, rodeado de materiales naturales como el ratán, el lino o el macramé.
- Estilo tropical/jungla urbana: Es la planta ideal para crear un rincón exótico combinándola con otras plantas verdes como el Monstera, el Philodendron o la palmera Kentia.
- Estilo contemporáneo y minimalista: En un interior depurado, el Areca aporta un toque de verdor sin sobrecargar el espacio gracias a su porte ligero y esbelto.
- Oficina: El Areca se utiliza a menudo en oficinas o vestíbulos para crear un ambiente acogedor y relajado.
Recursos útiles
Preguntas frecuentes
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¿Por qué se secan las hojas de mi areca?
El aire ambiente demasiado seco es una de las causas más frecuentes. El Areca, originario de regiones tropicales, aprecia un entorno húmedo. La calefacción central en invierno o una ubicación demasiado alejada de una fuente de humedad pueden secar el aire, haciendo que las puntas de las hojas se pongan marrones y se sequen. Solución: Rocía sus hojas con agua no calcárea 2 a 3 veces por semana. También puedes colocar un humidificador o poner la maceta sobre un lecho de bolitas de arcilla con agua.
Un riego inadecuado también puede ser la causa. Un exceso de agua provoca la pudrición de las raíces y conlleva el amarilleamiento y luego el secado de las hojas. Por el contrario, la falta de agua provoca el marchitado y el pardeamiento de las hojas. La falta de luz puede ralentizar el crecimiento de tu Areca y provocar el amarilleamiento y luego el secado de las hojas más bajas. Sin embargo, evita la exposición directa al sol, que podría quemar el follaje.
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