Alocasia - Oreja de elefante: cultivo y cuidados

Alocasia - Oreja de elefante: cultivo y cuidados

Contenido

Modificado el miércoles, 21 de mayo de 2025  por Alexandra 15 min.

El Alocasia en pocas palabras

  • El Alocasia es una magnífica planta tropical con un follaje muy gráfico
  • Ofrece grandes hojas brillantes y bellamente veteadas
  • Existen numerosas variedades, ofreciendo una gran diversidad en formas y colores de hojas
  • El Alocasia necesita buena luminosidad y una atmósfera cálida y húmeda
  • Crea fácilmente un ambiente exótico y exuberante en una casa o apartamento
Dificultad

La palabra de nuestra experta

El Alocasia, también llamado «Oreja de elefante» por la forma imponente de sus hojas, es una planta tropical originaria de los bosques húmedos del sudeste asiático. Muy apreciada en interiores, presenta grandes hojas sagitadas, que adoptan diferentes tonalidades según la variedad, pudiendo ser verdes, púrpuras, negras, alquemila, jaspeadas de blanco… Sus hojas tienen nervaduras bien marcadas y contrastadas, lo que le da a la planta un estilo muy gráfico.

El Alocasia prospera en interiores luminosos, con una temperatura superior a 15°C y una atmósfera relativamente húmeda. Cuando se respetan sus necesidades, se revela como una magnífica planta de interior de crecimiento rápido, ideal para crear un ambiente exótico y exuberante en un salón, oficina o apartamento. Combina perfectamente con otras plantas de interior como los Monstera, Clorofito, Pothos o Calathea para recrear un efecto «jungla». Descubre todos nuestros consejos para cultivar con éxito el Alocasia, ¡incluyendo cómo plantarlo y cuidarlo!

Descripción y botánica

Documento de identidad

  • Nombre latino Alocasia sp.

La Alocasia es una planta tropical perteneciente a la familia de las Aráceas, la familia de los Arums, en la que encontramos numerosas plantas de interior con follaje exuberante, como los Spathiphyllum, Monstera, Anthurium, Dieffenbachia, PhilodendronOriginaria de los bosques húmedos del sudeste asiático, la Alocasia se desarrolla bien bajo el dosel arboeo, disfrutando de luz tamizada y una atmósfera cálida y húmeda. Adaptada al cultivo en interior, seduce por su silueta elegante y sus hojas imponentes que le valen el apodo de «oreja de elefante».

La Alocasia es muy similar al Taro, con el que a veces se confunde. Su follaje es muy parecido, sin embargo en el Taro, el peciolo se une a la lámina foliar hacia el centro de la hoja, y las hojas suelen estar orientadas hacia abajo, mientras que en la Alocasia, el peciolo está unido más cerca del borde de la lámina foliar.

Existen cerca de 80 especies de Alocasia. Las más frecuentemente cultivadas son la Alocasia macrorrhiza y la Alocasia zebrina, que han dado origen a numerosas variedades destacables por su follaje colorido y muy decorativo.

La Alocasia presenta un porte erecto y gráfico. Sus largos tallos esbeltos surgen directamente del rizoma subterráneo y portan hojas barnizadas y recorridas por venas marcadas. Las hojas suelen ser cordadas o sagitadas (en forma de flecha, con dos lóbulos en la base y terminadas en punta), pero también pueden estar profundamente lobuladas, con el borde de la lámina foliar irregularmente recortado, como en la Alocasia ‘Jacklyn’. También tienen una forma muy original en la Alocasia ‘Stingray’, anchas y aplanadas, cordadas en la base y terminadas por una punta muy afilada.

La Alocasia destaca por su follaje original. Sus hojas adoptan tonalidades muy diversas según las variedades: pueden ser verdes, negras (Alocasia ‘Black Velvet’…), grises o alquemila (‘Silver Dragon’, ‘Dragon Scale’, Alocasia melo…), púrpuras (Alocasia azlanii), jaspeadas de blanco (Alocasia ‘Frydek Variegata’)… Las hojas suelen tener venas muy contrastadas, dibujando motivos gráficos sobre la lámina foliar. Están sostenidas por largos peciolos, que también pueden estar bellamente coloreados (negros en la Alocasia ‘Black Stem’, rosados en ‘Pink Dragon’…). ¡La Alocasia zebrina incluso se distingue por sus peciolos rayados, verdes y negros!

Las hojas de la Alocasia suelen tener un aspecto barnizado, brillante, pero algunas variedades lucen una textura aterciopelada, suave y sedosa (‘Black Velvet’…). Esta diversidad de colores y aspectos hace que cada Alocasia sea única y le confiere un carácter ornamental excepcional.

Las dimensiones de la Alocasia son muy variables según las especies y variedades. Algunas se mantienen compactas y no superan los 40 cm, mientras que otras pueden alcanzar más de 2 metros de altura, creando una impresión de jungla exuberante en un interior.

El follaje de diferentes variedades de Alocasia

Alocasia ‘Silver Dragon’, Alocasia amazonica, Alocasia azlanii, Alocasia ‘Dragon Scale’, Alocasia ‘Jacklyn’, Alocasia micholitziana ‘Frydek’

Aunque la Alocasia es capaz de florecer, su floración sigue siendo rara en interior. Cuando ocurre, se manifiesta por una inflorescencia típica de las Aráceas, formada por una espata blanca o crema que rodea un espádice central. Sin embargo, estas flores suelen considerarse secundarias frente a la increíble presencia del follaje, y es frecuente que los jardineros las corten para que la planta conserve toda su energía para su desarrollo vegetativo. En la naturaleza, las flores de la Alocasia dan paso a bayas redondas, rojas o anaranjadas, agrupadas densamente sobre la espata. Esta fructificación, típica de las Aráceas, se parece mucho a los frutos del Arum maculatum que podemos observar en el bosque en nuestras latitudes.

La Alocasia es particularmente sensible a las condiciones climáticas y no soporta temperaturas inferiores a 15°C. En interior, prospera en un ambiente templado entre 18 y 25°C, pero teme las corrientes de aire y las bruscas variaciones de temperatura. Su necesidad constante de humedad la hace exigente en términos de riego y ubicación. Una atmósfera demasiado seca o, por el contrario, un exceso de agua puede provocar rápidamente un amarilleamiento de las hojas o un enlentecimiento del crecimiento.

La Alocasia experimenta un crecimiento rápido en época favorable, desarrollando nuevas hojas a un ritmo sostenido, pero su crecimiento se ralentiza naturalmente en invierno, y parte de su follaje puede caer en este periodo. Este fenómeno es normal y no debe ser motivo de preocupación: con la llegada de la primavera, la Alocasia generalmente retoma su crecimiento y recupera todo su esplendor.

Flores de Alocasia

La floración de la Alocasia reversa: ¡una inflorescencia en espata, típica de las aráceas!

Las principales variedades de Alocasia

La plantación del Alocasia

¿Dónde colocar el Alocasia?

En interior, el Alocasia necesita una luz brillante, pero indirecta. En su hábitat natural, crece bajo el dosel arbóreo, disfrutando de una luz tamizada. Por lo tanto, es esencial recrear estas condiciones colocándolo cerca de una ventana bien expuesta, pero sin sol directo, que podría quemar su follaje. Una exposición al este o al oeste es ideal, mientras que una orientación al sur requiere una cortina para filtrar los rayos demasiado intensos.

Si el interior es oscuro, el uso de una lámpara hortícola puede ser una solución para compensar la falta de luz y asegurar un crecimiento óptimo.

La humedad ambiental también juega un papel clave en su bienestar. El Alocasia prefiere una atmósfera húmeda, similar a la de los bosques tropicales. Una habitación con un nivel de humedad superior al 60% es ideal. En un interior demasiado seco, especialmente en invierno con la calefacción, se recomienda usar un humidificador, rociar su follaje o colocar una bandeja con agua y guijarros debajo de la maceta para mantener un buen nivel de humedad.

Por último, el Alocasia debe colocarse protegido de las corrientes de aire, que pueden estresar la planta y provocar un amarilleamiento del follaje. También hay que evitar colocarlo cerca de una fuente de calor directa como un radiador, ya que el aire caliente y seco puede perjudicar su desarrollo.

Dónde colocar el Alocasia

Instala el Alocasia en un lugar luminoso, idealmente detrás de una ventana

¿Cuándo plantarlo?

La mejor época para plantar o trasplantar un Alocasia es la primavera, cuando la planta está en plena fase de crecimiento. En esta época, se recupera más fácilmente del estrés del trasplante y desarrolla rápidamente nuevas raíces. El invierno es una temporada de periodo de latencia para el Alocasia; por lo tanto, es preferible evitar cualquier intervención importante en este período, excepto en caso de necesidad absoluta, como un problema de podredumbre de raíces.

Se recomienda un trasplante cada uno o dos años, dependiendo del crecimiento de la planta. Si las raíces comienzan a salir por los agujeros de drenaje de la maceta o el sustrato se compacta demasiado, esto indica que es hora de ofrecerle un nuevo espacio.

¿Cómo plantarlo o trasplantarlo?

La elección de la maceta es crucial para la buena salud del Alocasia. Es imprescindible que tenga agujeros de drenaje para evitar cualquier acumulación de agua estancada, que podría provocar la podredumbre de las raíces. Te aconsejamos elegir una maceta de barro cocido, ya que permite una mejor aireación del sustrato y evita el exceso de humedad.

En cuanto al sustrato, el Alocasia necesita una mezcla bien drenante, ligera y rica en nutrientes. Una mezcla compuesta de tierra para plantas de interior, perlita y corteza de pino es ideal. La perlita favorece un buen drenaje, mientras que la corteza de pino mejora la aireación del suelo y limita la compactación.

Sigue estos pasos para plantar tu Alocasia en maceta:

  1. Coloca una capa de bolas de arcilla o grava en el fondo de la maceta para mejorar el drenaje.
  2. Luego coloca el sustrato en la maceta.
  3. Saca con cuidado el Alocasia de su antigua maceta.
  4. Coloca la planta en el centro y añade gradualmente el sustrato alrededor de las raíces, asegurándote de no apisonar demasiado la tierra.
  5. Riega ligeramente después de la plantación, solo lo suficiente para humedecer el suelo sin encharcar las raíces.
  6. Coloca la maceta en un lugar luminoso, sin sol directo.

Después del trasplante, el Alocasia puede mostrar signos de estrés, como hojas que se marchitan temporalmente. Esto es normal y la planta generalmente recupera su vigor después de unos días de adaptación.

Cómo plantar el Alocasia en maceta

Planta tu Alocasia en una maceta ligeramente más grande que el cepellón

¿Cómo cuidar el Alocasia?

El Alocasia es una planta exigente que requiere cuidados adecuados para mantener su follaje espectacular y su vitalidad. En interiores, es esencial proporcionarle condiciones cercanas a su hábitat tropical, con un buen manejo del riego, la humedad y la luz. Un mantenimiento riguroso permitirá evitar problemas frecuentes como el amarilleamiento de las hojas o la caída del follaje.

Riego

Uno de los aspectos más delicados del cuidado del Alocasia es el manejo del riego. Al Alocasia le gusta la humedad, pero teme el exceso de agua que puede provocar la pudrición de las raíces. La frecuencia de riego depende de varios factores como la temperatura ambiente, la humedad del aire y el tamaño de la maceta.

Como regla general, hay que regar cuando la parte superior del sustrato está seca a unos 2-3 cm. En verano, esto puede significar un riego una o dos veces por semana, mientras que en invierno, un riego cada dos semanas puede ser suficiente. Riega con agua no calcárea (idealmente agua de lluvia o agua filtrada), a temperatura ambiente. Después del riego, es importante vaciar el exceso de agua presente en el platillo para maceta para evitar cualquier riesgo de estancamiento.

El Alocasia, al ser una planta tropical, aprecia una humedad ambiental elevada, alrededor del 60-70%. En un interior seco, especialmente en invierno con la calefacción, es crucial aumentar la humedad para evitar que las hojas se sequen. Para ello, existen varias soluciones:

  • Colocar un humidificador cerca de la planta.
  • Instalar una bandeja con bolas de arcilla y agua debajo de la maceta, sin que las raíces queden sumergidas en el agua.
  • Pulverizar agua sobre las hojas, pero con moderación para evitar riesgos de enfermedades fúngicas.
El mantenimiento del Alocasia - pulverización de agua en el follaje

No dudes en rociar el follaje del Alocasia de vez en cuando

Limpieza y poda de las hojas

Las hojas del Alocasia, a menudo grandes y barnizadas, acumulan polvo rápidamente, lo que puede limitar su capacidad para captar la luz. Una limpieza regular con un paño húmedo permite mantener su brillo y favorecer la fotosíntesis.

También es normal que algunas hojas se amarilleen con el tiempo. Las hojas más viejas acaban marchitándose de forma natural para dar paso a nuevos brotes. Cuando una hoja se amarillea por completo, puede ser cortada en la base con unas tijeras de podar limpias para evitar que consuma energía innecesariamente de la planta.

El mantenimiento del Alocasia - Podar las hojas muertas

Cuando veas hojas amarillas y secas, córtalas en la base

Fertilización

El Alocasia, al ser una planta de crecimiento rápido, requiere un aporte de nutrientes para favorecer un follaje denso y vigoroso. Durante el periodo de crecimiento, desde primavera hasta verano, se recomienda aplicar un abono líquido equilibrado, rico en nitrógeno, cada dos o tres semanas.

En otoño e invierno, la planta entra en reposo vegetativo y su crecimiento se ralentiza. Por lo tanto, el aporte de abono debe reducirse o incluso suspenderse por completo hasta la llegada de la primavera.

Trasplante

Un trasplante es necesario cada uno o dos años, cuando el Alocasia comienza a sentirse apretado en su maceta o cuando el sustrato se compacta demasiado. Esta operación se realiza preferiblemente en primavera, eligiendo una maceta ligeramente más grande con un sustrato fresco y bien drenante. Un buen drenaje es esencial para evitar el estancamiento del agua, que es la principal causa de pudrición de raíces.

Periodo de latencia

Con la llegada del invierno, es frecuente que el Alocasia ralentice su crecimiento y pierda algunas hojas. Este fenómeno de latencia invernal es completamente normal. Durante este periodo, se recomienda reducir los riegos, suspender los aportes de abono y evitar cualquier trasplante o cambio brusco de entorno. Cuando las temperaturas y la luminosidad aumentan en primavera, la planta retoma naturalmente su crecimiento.

Las enfermedades y parásitos

Aunque el Alocasia es una planta resistente cuando disfruta de condiciones óptimas, puede ser susceptible a diversos problemas relacionados con la humedad, la luz o la presencia de parásitos. Una buena observación y un mantenimiento regular permiten prevenir la mayoría de las enfermedades y evitar infestaciones de insectos dañinos.

Enfermedades comunes

Uno de los problemas más frecuentes en el Alocasia es la pudrición de las raíces, generalmente causada por un exceso de riego o un mal drenaje del sustrato. Cuando las raíces están constantemente sumergidas en agua, comienzan a pudrirse, lo que provoca un hundimiento de las hojas y un amarilleamiento generalizado. Para evitar este problema, es esencial utilizar una maceta con agujeros de drenaje, un sustrato bien aireado y no regar en exceso. Si se detecta la pudrición, hay que trasplantar inmediatamente la planta, eliminando las raíces afectadas y utilizando tierra seca y sana.

Otra enfermedad frecuente es el oídio, un hongo que se manifiesta con un depósito blanco y polvoriento en las hojas. Este problema suele estar relacionado con un ambiente demasiado húmedo y mal ventilado. Para eliminarlo, basta con mejorar la circulación del aire alrededor de la planta y tratar las hojas afectadas con un fungicida natural, como azufre o una decocción de cola de caballo.

Parásitos y plagas

El Alocasia a veces es atacado por cochinillas, pequeños insectos blancos y algodonosos que se instalan en la base de las hojas y los tallos para alimentarse de la savia. Su presencia debilita la planta y puede ralentizar su crecimiento. Para eliminarlas, es posible limpiar las partes infestadas con un algodón empapado en alcohol al 70% o pulverizar una mezcla de agua y jabón negro.

Las arañas rojas también son un enemigo temible, especialmente en periodos de sequía o en invierno cuando el aire interior es demasiado seco. Estos diminutos ácaros chupan la savia de las hojas, dejando tras de sí manchas amarillas y un aspecto descolorido. Un buen método de prevención es mantener un alto nivel de humedad alrededor de la planta, ya que estos parásitos se desarrollan bien principalmente en ambientes secos. En caso de infestación, se recomienda pulverizar la planta con agua o utilizar un acaricida natural a base de aceite de cinamomo.

Alocasia con follaje negro vetado de blanco

Alocasia reginula ‘Black Velvet’

¿Cómo multiplicar el Alocasia?

El Alocasia puede multiplicarse por división de rizomas. A diferencia de otras plantas de interior, no se puede propagar mediante esquejes de hojas o tallos simples, y la siembra rara vez se practica en interiores debido a la dificultad de germinación. La división de rizomas es el método más eficaz y permite obtener nuevas plantas saludables, idénticas a la planta madre.

¿Cuándo multiplicar el Alocasia?

El mejor momento para multiplicar un Alocasia es en primavera o a principios de verano, cuando la planta entra en fase de crecimiento activo. En este momento, podrá recuperarse rápidamente del estrés causado por la separación y desarrollar nuevas hojas en pocas semanas. El invierno, periodo de reposo vegetativo, no es recomendable para esta operación, ya que la planta tardaría más en adaptarse y podría marchitarse.

¿Cómo dividir el Alocasia?

Antes de proceder a la división, es importante asegurarse de que el Alocasia es lo suficientemente maduro y que tiene varios rechazos bien desarrollados. Un rechazo es un retoño joven que se forma en la base de la planta madre, con sus propias raíces.

  1. Saca con cuidado la planta de la maceta: Es preferible humedecer ligeramente el sustrato el día anterior para facilitar la extracción y evitar dañar las raíces.
  2. Libera las raíces y localiza los rechazos: Con los dedos o un palito, retira suavemente el exceso de tierra alrededor de las raíces para distinguir mejor las diferentes partes del rizoma.
  3. Separa los rechazos: Con un cuchillo bien afilado y desinfectado, corta los rechazos asegurándote de que cada sección tenga al menos una hoja y algunas raíces. Si es posible, prioriza los rechazos que se desprenden naturalmente.
  4. Deja secar las heridas: Para evitar infecciones fúngicas, se recomienda dejar secar las partes cortadas durante unas horas antes de replantar. Aplicar un poco de canela en polvo sobre las heridas también puede ayudar en la cicatrización.
  5. Replanta cada rechazo en una maceta adecuada: Usa un sustrato ligero y bien drenante, compuesto de tierra para plantas tropicales, perlita y corteza de pino. Coloca el rechazo en una maceta con agujeros de drenaje y entiérralo ligeramente, sin apisonar demasiado la tierra.
  6. Riega moderadamente: Después de la plantación, un riego ligero es suficiente para humedecer el sustrato sin encharcarlo. Es importante mantener una atmósfera húmeda alrededor de los planteros sin ahogarlos.

Después de la división, las nuevas plantas pueden tardar algunas semanas en adaptarse y producir nuevas hojas. Durante este periodo, hay que evitar la exposición directa al sol, mantener una temperatura estable entre 20 y 25 °C y asegurar un buen nivel de humedad. Una ubicación luminosa, pero con luz filtrada, es ideal para facilitar el enraizamiento.

El riego debe ser moderado: es preferible esperar a que el sustrato se seque ligeramente en la superficie antes de volver a regar. Un exceso de agua podría debilitar las raíces jóvenes y favorecer el desarrollo de hongos.

¿Cómo combinar el Alocasia?

Para un efecto de jungla exuberante, el Alocasia puede combinarse con otras plantas tropicales de follaje exuberante. Los Philodendros y Monstera, con sus grandes hojas recortadas, ofrecen un contraste interesante compartiendo las mismas necesidades de luz y humedad. Las Calateas y Marantas, apreciadas por su follaje colorido y móvil, complementan perfectamente al Alocasia añadiendo texturas y motivos variados al conjunto.

Alocasia cultivado con otras plantas de interior

El Alocasia se combina a la perfección con el follaje exuberante del Monstera

Los helechos tropicales como el Nephrolepis o el Asplenium también son buenas compañeras. Crean un sotobosque frondoso que recuerda a los bosques húmedos donde crece naturalmente el Alocasia. Además de aportar un efecto denso y natural, contribuyen a aumentar la humedad ambiental, beneficiosa para todas las plantas del conjunto.

El Alocasia se distingue por su follaje a menudo brillante y acanalado. Para acentuar su brillo, es interesante asociarlo con plantas de follaje mate o con pelusa. El Alocasia ‘Black Velvet’, por ejemplo, con su follaje oscuro y aterciopelado, se combina muy bien con un Begonia maculata, cuyas hojas están moteadas de blanco y son ligeramente translúcidas.

Alocasia y plantas de interior

Combina el Alocasia con otras plantas de interior como el Monstera karstenianum, el Ficus elastica, el Ficus lyrata, el Sanseveria cylindrica

No dudes en jugar con las alturas y volúmenes, para resaltar el porte esbelto y gráfico del Alocasia. Como fondo de decoración, puede acompañarse de grandes vegetales como la Strelitzia nicolai o el Ficus lyrata, que aportan verticalidad. Por el contrario, para llenar el espacio al pie del Alocasia, plantas rastreras como el Pothos o el Peperomia prostrata pueden colocarse en macetas colgantes o cerca para caer naturalmente.

Combinar el Taro

Alocasia ‘Polly’, Clorofito comosum y Pothos Epipremnum ‘Happy Leaf’

Recursos útiles

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