
Dypsis - Palmera Areca: cultivo y cuidados
Contenido
El Dypsis en pocas palabras
- El Dypsis o Areca es una elegante palmera tropical, originaria de Madagascar, ideal para interiores.
- Aprecia la luz brillante pero indirecta, un riego moderado y un ambiente ligeramente húmedo.
- Su mantenimiento es fácil, con un trasplante cada 2-3 años y una Fertilización ligera en el Periodo de crecimiento.
- Combina perfectamente con macetas de terracota, mimbre o hormigón para un toque decorativo Natural.
La palabra de nuestro experto
El Dypsis, majestuosa palmera de la familia de las Arecaceae, seduce por su follaje elegante y su silueta tropical. Originario de los bosques húmedos de Madagascar, se adapta perfectamente al cultivo en interior, donde aporta un toque exótico y relajante. Entre las variedades más apreciadas, encontramos el famoso Dypsis lutescens, a veces llamado palmera Areca, Areca o Palmiste multiplicante, y el gráfico Dypsis decaryi, reconocible por su único tronco triangular.
Fácil de cuidar, el Dypsis aprecia una luz brillante pero filtrada, un riego moderado y una atmósfera ligeramente húmeda para preservar la frescura de sus hojas. Su sustrato debe ser bien drenante, y un trasplante cada dos o tres años le asegura un buen desarrollo.
Su propagación se realiza principalmente por siembra, aunque algunas especies cespitosas como el Dypsis lutescens puedan dividirse. En interior, encuentra fácilmente su lugar en decoraciones bohemias, contemporáneas o minimalistas, realzado por una maceta de terracota, mimbre o hormigón.
Elegante y purificador, el Dypsis es una elección ideal para quienes desean una palmera a la vez estética y fácil de cuidar. Ya sea en solitario en un gran salón o en asociación con otras plantas tropicales, crea una atmósfera exuberante y refinada, transformando cualquier interior en un verdadero oasis de verdor.
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Dypsis sp.
El Dypsis pertenece a la familia botánica de las Aracáceas, una familia muy conocida, ya que agrupa a todas las palmeras. Su nombre de género, Dypsis, tiene su origen en una antigua clasificación botánica malgache, aunque su etimología exacta sigue siendo incierta. Lo que sí es seguro, en cambio, es que esta planta es un verdadero emblema de la isla de Madagascar, de donde es originaria en su mayoría. En francés, a menudo se le llama palmera Dypsis o, según las especies, palmera triángulo para Dypsis decaryi, una de las variedades más apreciadas.
Plantar un Dypsis en terreno abierto en Francia solo es posible en regiones con clima muy suave, como la Costa Azul o algunas zonas del litoral atlántico, donde las temperaturas invernales no bajan de los 5°C. En otros lugares, es preferible cultivarlo en macetas para poder resguardarlo en invierno, ya que no soporta ni las heladas ni los fríos prolongados.
En su hábitat natural, el Dypsis evoluciona bajo un clima tropical y subtropical, principalmente en bosques húmedos o zonas costeras. Algunas especies, como Dypsis lutescens, más conocido como palmera areca, crecen en matas densas, mientras que otras adoptan un porte más esbelto y majestuoso.
Precisamente esta diversidad de formas, unida a una notable adaptación a los interiores, ha convertido al Dypsis en una de las plantas de interior más populares. Su tolerancia a la luz tamizada, su facilidad de cuidado y su follaje elegante lo convierten en una estrella de oficinas y salones.
Entre las especies y variedades más comúnmente cultivadas, Dypsis decaryi destaca por su tronco de forma triangular única y su apariencia gráfica. Dypsis lutescens, por su parte, es una de las palmeras más extendidas en interiores, con sus tallos finos arqueados y sus hojas ligeras. Otras especies como Dypsis madagascariensis o Dypsis baronii también seducen a los amantes de las palmeras exóticas, ofreciendo alternativas interesantes para quienes buscan un toque tropical en su decoración.

Dypsis lutescens, Dypsis baronii y Dypsis decaryi (© Forest and Kim Starr)
El Dypsis se caracteriza por una silueta esbelta y grácil, a menudo marcada por un porte arqueado o erguido según la especie. Su sistema radicular, fibroso y denso, se extiende en profundidad para asegurar una buena estabilidad, aunque es relativamente sensible a los excesos de agua. El «tronco» (en realidad un estípite), a veces solitario como en Dypsis decaryi, a veces múltiple como en Dypsis lutescens, presenta una superficie lisa o anillada, mostrando tonalidades que varían del verde al gris, a veces ligeramente cerosas.
Carece de ramas verdaderas, desarrollando directamente desde la base o la corona un follaje exuberante compuesto de largas hojas pinnadas, a menudo flexibles y colgantes, que confieren a la planta un aspecto ligero y elegante. Cada hoja se divide en finos folíolos, de un verde vivo o ligeramente dorado según la exposición y la especie.

Follaje del Dypsis lutescens en su medio natural
La floración, discreta y rara en interior, pero más marcada en su medio natural, se presenta en forma de inflorescencias colgantes, ubicadas en las axilas foliares, portando pequeñas flores crema o amarillentas. Cuando las condiciones son favorables, puede aparecer una fructificación, ofreciendo pequeños frutos ovoides, generalmente de color naranja a negro en la madurez, que atraen a la fauna local, pero rara vez son viables en cultivo de interior.
Dato interesante: El Dypsis lutescens (palmera areca), es reconocido por sus virtudes depurativas, ayudando a filtrar ciertos contaminantes del aire como el formaldehído, el xileno y el tolueno.
Plantación del Dypsis en macetas: ¿dónde, cuándo, cómo?
La mejor época para plantar un Dypsis en macetas es la primavera, cuando las temperaturas empiezan a subir y la planta puede beneficiarse de un crecimiento activo.
El sustrato adecuado
Un Dypsis necesita un suelo bien drenante para evitar la asfixia de las raíces. Una mezcla compuesta de sustrato para plantas verdes, arena gruesa o perlita y un puñado de fibras de coco o corteza de pino es ideal para reproducir su entorno natural. Añadir un poco de compost bien descompuesto puede enriquecer el suelo, pero hay que evitar mezclas demasiado ricas que podrían favorecer un crecimiento desequilibrado.
La ubicación ideal
Esta planta aprecia una luz brillante pero indirecta, como cerca de una ventana orientada al este o al oeste. Una exposición sur puede ser adecuada si la luz se filtra con una cortina ligera. Tolera una sombra parcial, pero la falta de luz ralentizará su crecimiento y provocará tallos largos y débiles en su follaje. En cuanto a la temperatura, al Dypsis le gusta el calor: entre 18 y 24°C durante el día, con una humedad ambiental alrededor del 50 al 70% para evitar que las puntas de las hojas se pongan marrones. Lejos de corrientes de aire frío y fuentes de calor directas como radiadores, prosperará mucho mejor.

Dale luz a tu Dypsis
La maceta adecuada
La elección de la maceta es crucial: debe estar perforada en la base para asegurar un buen drenaje y limitar cualquier riesgo de estancamiento de agua. Las macetas de barro son recomendables para favorecer la evaporación de la humedad, aunque una maceta de plástico también puede ser adecuada siempre que esté bien drenada. En cuanto al tamaño, hay que optar por un contenedor de 2 a 3 cm más ancho que el cepellón, sin excederse, para evitar un exceso de humedad estancada.
Pasos para la plantación
- Preparar la maceta colocando una capa de drenaje en el fondo, como bolas de arcilla o grava, de aproximadamente 3 a 5 cm de grosor.
- Rellenar parcialmente la maceta con el sustrato preparado.
- Sacar con cuidado el Dypsis asegurándose de no perturbar demasiado sus raíces, especialmente si son frágiles.
- Colocar el cepellón en el centro de la maceta, ajustando la altura para que la base del tronco quede justo al nivel del borde superior de la maceta.
- Completar con sustrato, apretando ligeramente sin compactar demasiado para permitir la circulación del aire.
- Regar generosamente después de la plantación, luego esperar a que el sustrato se seque ligeramente en la superficie antes de volver a regar.
Trasplante: ¿cuándo y cómo?
Un Dypsis en maceta no necesita ser trasplantado con demasiada frecuencia, ya que le gusta estar ligeramente apretado. Un trasplante cada 2 o 3 años es suficiente, generalmente en primavera, cuando las raíces empiezan a salir de la maceta o el crecimiento se ralentiza. La técnica es la misma que para la plantación, con una maceta ligeramente más grande y sustrato fresco. Entre trasplantes, un reemplazo superficial anual (sustitución de los primeros 3-4 cm de sustrato) permite mantener un buen nivel de nutrientes sin perturbar demasiado la planta.
En terreno abierto
En terreno abierto, el Dypsis necesita un suelo ligero, rico y bien drenante, idealmente una mezcla de tierra de jardín, compost y arena para evitar el exceso de humedad. Debe plantarse a pleno sol o media sombra, protegido de los vientos fríos, en un clima donde las temperaturas se mantengan suaves todo el año.

Dypsis lutescens plantado en terreno abierto, en situación protegida
Cultivo y cuidado del Dypsis
Riego
La palmera areca necesita un sustrato ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. En el periodo de crecimiento, desde primavera hasta otoño, se recomienda regar aproximadamente una vez por semana, dejando secar ligeramente la superficie del sustrato entre riegos. En invierno, cuando la planta entra en reposo vegetativo, la frecuencia debe reducirse a cada 10 o 15 días, o incluso más si el ambiente es fresco.
El agua utilizada debe estar a temperatura ambiente y preferiblemente no calcárea, ya que un agua demasiado dura puede provocar manchas blanquecinas en las hojas. Un truco consiste en dejar reposar el agua del grifo 24 horas antes de regar o utilizar agua de lluvia.
Fertilización
Para un follaje vigoroso y un bonito color verde, se recomienda aportar abono desde primavera hasta otoño, aproximadamente cada 3 o 4 semanas. Un abono líquido para plantas de interior, rico en nitrógeno (N) y potasio (K), es ideal. Sin embargo, hay que evitar los excesos, ya que un Dypsis sobrealimentado puede producir un follaje demasiado frágil o quemar sus raíces. En invierno, el aporte de abono es innecesario, ya que la planta tiene un crecimiento más lento.
Poda y mantenimiento del follaje
El Dypsis no requiere poda estructural, pero un mantenimiento regular es importante para mantener su aspecto cuidado. Las hojas secas o amarillentas deben cortarse desde su base con unas tijeras de podar limpias y desinfectadas, sin tocar el resto del follaje sano. Para evitar la acumulación de polvo, que puede limitar la fotosíntesis, también se recomienda limpiar regularmente sus hojas con un paño húmedo o dándole una ducha tibia bajo el cabezal de la ducha.
Precauciones y puntos de atención
Como toda palmera, el Dypsis es sensible a ciertas condiciones que pueden afectar su salud. Hay que evitar especialmente las corrientes de aire frío, que pueden hacer que las puntas de las hojas se pongan marrones. El aire seco de los interiores calefaccionados en invierno también puede ser un problema: en este caso, se recomienda pulverizar ligeramente el follaje o colocar la planta sobre una bandeja con bolitas de arcilla húmedas para mantener un buen nivel de humedad.
→ Leer también Areca: ¿qué cuidados necesita a lo largo de las estaciones?
Plagas y enfermedades del Dypsis: prevención y tratamiento
El Dypsis es una planta robusta, pero puede ser susceptible a algunos parásitos y enfermedades, especialmente si su entorno no es el óptimo. Una buena prevención pasa por un mantenimiento regular y una vigilancia atenta del follaje y las raíces.
Los parásitos más frecuentes
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Las arañas rojas: estos diminutos ácaros proliferan en atmósferas secas y cálidas, dejando un follaje descolorido y a veces cubierto de finas telarañas. Para eliminarlos, se recomienda aumentar la humedad ambiental pulverizando agua sobre el follaje y, en caso de fuerte infestación, usar un tratamiento a base de jabón negro diluido.
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Las cochinillas: estos pequeños insectos, a menudo visibles en forma de bolas algodonosas (cochinillas) o pequeños escudos marrones (cochinillas con caparazón), se adhieren a los tallos y al revés de las hojas para chupar la savia. Pasar un algodón empapado en alcohol de 70° o una pulverización de jabón negro permiten acabar con ellas.
Enfermedades y trastornos fisiológicos
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Podredumbre de las raíces: un exceso de agua y un mal drenaje son las principales causas de este problema, que se manifiesta con un marchitado del follaje y raíces que se vuelven negras y blandas. Para salvar la planta, hay que trasplantarla en un sustrato bien drenante, eliminar las raíces dañadas y espaciar los riegos.
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Manchas marrones en las hojas: generalmente causadas por una humedad insuficiente o quemaduras por el sol directo. Basta con ajustar el riego y colocar el Dypsis en una luz más tamizada para evitar el problema.
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Amarilleamiento de las hojas: un signo frecuente de carencia de nutrientes, riego inadecuado o aire demasiado seco. Un aporte de fertilizante equilibrado y un buen seguimiento de la humedad del sustrato permiten corregir el problema.
Propagación del Dypsis: métodos y consejos
Multiplicar un Dypsis no siempre es fácil, ya que esta palmera no produce rechazos como otras especies. Existen dos métodos principales: la siembra y, en raros casos, la división de las matas para especies con múltiples troncos como Dypsis lutescens.
La siembra: el método más común
La siembra es la principal técnica para multiplicar un Dypsis, aunque la germinación suele ser lenta y requiere alegría de la casa.
Pasos para la siembra:
- Recolección de semillas: si tienes un Dypsis en exterior que fructifica, puedes recolectar sus semillas. Para recolectarlas, espera a que los frutos maduros pasen de verdes a naranjas o negros, luego córtalos y retira la pulpa frotándolos bajo agua. También puedes comprar semillas frescas, ya que su viabilidad disminuye rápidamente.
- Preparación de las semillas: límpialas y remójalas 24 a 48 horas en agua tibia para ablandar la cáscara y estimular la germinación.
- Sustrato adecuado: una mezcla ligera y drenante es ideal, como sustrato para siembra, arena y perlita.
- Plantación: entierra las semillas a 1 cm de profundidad en una maceta o mini invernadero.
- Condiciones de germinación: el calor es esencial. Mantén una temperatura constante de 25 a 30°C y alta humedad cubriendo la maceta con plástico o usando un invernadero.
- Paciencia y seguimiento: la germinación puede tardar entre uno y seis meses, o más según la especie. Mantén el sustrato ligeramente húmedo, nunca encharcado.
Cuando las plántulas estén suficientemente desarrolladas, podrás trasplantarlas a macetas individuales y cultivarlas como plantas adultas.
División de las matas: solo para ciertas especies
Para Dypsis cespitosos como Dypsis lutescens, que forman varios troncos desde la base, a veces es posible dividir la planta. Sin embargo, esta técnica es delicada porque las raíces suelen estar muy anidadas.
Pasos para dividir:
- Saca la planta de la maceta con cuidado para no dañar las raíces.
- Separa suavemente los rechazos, asegurando que cada nueva planta conserve suficientes raíces.
- Trasplanta inmediatamente las divisiones en un sustrato ligero y bien drenado.
- Riega ligeramente y mantén una humedad moderada para favorecer el enraizamiento.
Este método no es adecuado para especies de tronco único como Dypsis decaryi, que solo pueden multiplicarse por siembra.
¿Cómo realzar un palmera Areca?
El Dypsis se integra perfectamente en interiores luminosos y espaciosos, aportando un toque exótico y un ambiente tropical relajante. Se adapta especialmente bien a decoraciones bohemias, escandinavas, modernas o de jungla urbana, donde su follaje aéreo suaviza las líneas y estructura los espacios.
Para realzarlo, una maceta de terracota cruda le dará un carpe natural y auténtico, mientras que un cubremaceta de mimbre, ratán o yute reforzará un ambiente bohemio. Para un interior más contemporáneo, una maceta de hormigón, cerámica minimalista o metal dorado sublimará su apariencia elegante y depurada. En un espacio minimalista o industrial, una maceta grande de fibras negras o gris antracita aportará un contraste chic y gráfico.

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