
Taro: plantar, cultivar y cuidar
Contenido
El Taro en pocas palabras
- El Taro ofrece un follaje exuberante y espectacular, a menudo en tonos muy hermosos
- Es perfecto para dar un estilo exótico a jardines y terrazas
- ¡Es una planta robusta y vigorosa, que crece rápidamente!
- Apreciando los terrenos húmedos, es ideal para vegetalizar las orillas de una charca
- Puede plantarse en macetas y cultivarse en interior
- Aunque se trata de una planta tropical, algunas variedades son sorprendentemente resistentes, ¡soportando hasta -15°C!
La palabra de nuestra Experta
También llamado Oreja de elefante, Taro o Col de las Antillas, el colocasia es una planta exótica que nos impresiona por su follaje ancho y majestuoso, a menudo con tonalidades espectaculares. Aunque en algunas regiones del mundo se cultiva principalmente por su tubérculo comestible una vez cocido, en el jardín apreciamos los colocasias por el aspecto exótico y exuberante que aportan. Sus hojas pueden ser verdes, negras, abigarradas, con nervaduras muy marcadas, a menudo de un tono diferente. Descubre el colocasia ‘Black Magic’, con follaje muy oscuro, ‘Pink China’, con peciolo rosa, o el Colocasia gigantea, ¡de gran envergadura! Estas plantas aportan volumen y rápidamente se convierten en un punto focal en un macizo.
El colocasia es una planta robusta y vigorosa, de crecimiento rápido. Aprecia el calor y la humedad, y disfrutará en las orillas de una charca, o en otro lugar donde el suelo esté húmedo. ¡Hay que evitar que la tierra se seque! Puede plantarse en terreno abierto en el jardín, o en macetas y así ser resguardado si es necesario durante el invierno. También se adapta a un cultivo en interior o en invernadero cálido. En cuanto al mantenimiento, el colocasia necesita ser regado en verano, fertilizado de vez en cuando, y eventualmente protegido en invierno.
Botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Colocasia sp.
El colocasia es una planta vivácea herbácea cuyas enormes hojas le confieren un aspecto exótico. Se conocen ocho especies. La más común es la Colocasia esculenta, o Taro, cultivada frecuentemente por su tubérculo comestible una vez cocido. El colocasia proviene de las regiones tropicales húmedas del este asiático (Malasia, Birmania…). Crece de forma silvestre en prados húmedos, en las orillas de estanques o cursos de agua… lo que explica su preferencia por suelos frescos y su adaptación al borde de una charca. Asimismo, al proceder de regiones tropicales, en general los colocasias son bastante poco resistentes… con excepción de algunas variedades como ‘Pink China’ que soporta hasta -15 °C. La hibridación ha permitido obtener numerosas variedades con follajes originales, abigarrados, acanalados y con peciolos a veces coloreados.
El colocasia se clasifica entre las Aráceas, una familia que agrupa más de 3.000 plantas originarias de zonas tropicales y subtropicales… Incluyendo las plantas de interior más comunes: Monstera, Philodendron, Epipremnum aureum (Pothos), Dieffenbachia, Zamioculcas… Las Aráceas suelen tener floraciones muy sorprendentes, como las de los Amorphophallus, Arisaema o Dracunculus… Estas plantas también destacan por su follaje impresionante, muy verde pero a veces con hermosos matices. El colocasia se parece mucho a los alocasia y a los xanthosoma, dos géneros muy próximos, lo que genera cierta confusión.
El colocasia recibe muchos nombres comunes diferentes: Taro, Oreja de elefante, Col china, Col china, Madeira… El nombre Oreja de elefante se reserva más bien para el Alocasia macrorrhiza, en alusión a sus hojas gigantes, mientras que Taro designa más específicamente a la Colocasia esculenta. En latín, el nombre de especie, esculenta, significa comestible.
Los colocasias son plantas grandes que miden entre 70 cm y 2,50 m… ¡e incluso hasta 3 m de altura en el caso del Colocasia gigantea ‘Thailand Giant Strain’! Existen algunas variedades de tamaño reducido, más adaptadas a pequeños jardines, como el Colocasia ‘Madeira’, que no supera los 90 cm de altura. Los colocasias tienen un crecimiento muy rápido y forman una mata compuesta por grandes hojas sostenidas al extremo de largos peciolos.
El colocasia nos seduce especialmente por su follaje excepcional, que ofrece una gran diversidad de tonalidades. Sus hojas presentan amplias gamas de verde: desde el verde-amarillo, muy luminoso, hasta el verde oscuro, a menudo algo azulado. También pueden ser púrpuras e incluso casi negras (‘Black Magic’)… Las tonalidades son magníficas en el colocasia ‘Blue Hawai’; adquieren ricos matices de verde, amarillo y azul.
Las venas, así como el borde de la lámina foliar, suelen estar muy marcadas, con un color diferente (a menudo verde claro, más luminoso que el resto de la lámina), dibujando así motivos, como en ‘Emerald’ o ‘Imperial Gigante’. Algunas variedades tienen un efecto abigarrado muy sorprendente, como el Colocasia ‘Mojito’!
Las hojas tienen forma de corazón (cordiformes), incluso algo sagitadas (en forma de flecha). Son bastante gruesas, coriáceas, y miden entre 60-80 cm de largo por 50-60 cm de ancho… Pero alcanzan hasta 1,50 m de longitud en las variedades más grandes. El borde de la lámina foliar es ligeramente ondulado. Las hojas a veces están un poco plisadas, como en el Colocasia gigantea o el Colocasia ‘Black Stem’. Están inclinadas hacia el suelo, a diferencia de los alocasia que suelen tener las hojas erguidas hacia el cielo.


¡El follaje de los colocasias! De izquierda a derecha, las variedades ‘Black Magic’, ‘Imperial Gigante’, ‘Mojito’ y ‘Pink China’
Cuando las gotas de agua caen sobre las hojas del colocasia, perlanean, no se extienden sino que mantienen una forma esférica, como en el loto. No se adhieren a la superficie sino que resbalan, arrastrando consigo el polvo y la suciedad. La superficie foliar se denomina hidrófoba.
Las hojas se unen a la mata mediante un peciolo largo y grueso, que puede medir hasta 1 m de longitud. Es envainado, lo que significa que envuelve la base de los demás peciolos. A veces adquiere colores magníficos: es rosa en la variedad ‘Pink China’, y se adorna con un hermoso tono negro en la variedad ‘Black Stem’, ofreciendo un bonito contraste con la hoja más clara.
El follaje es persistente en clima cálido, pero caduco cuando las temperaturas son frescas (en este caso, las partes aéreas desaparecen pero la planta permanece bajo tierra, en periodo de latencia, en forma de tubérculo). Depende por tanto de tu modo de cultivo, según si lo conservas en exterior, en veranda o en invernadero cálido… La temperatura mínima debe ser de 15 o 20°C para que el follaje persista en invierno.
El colocasia posee rizomas (tallos subterráneos), que se engrosan y forman tubérculos (órganos de reserva), facilitando su propagación. Los tubérculos del taro, Colocasia esculenta, son comestibles cocidos. El colocasia también tiene la particularidad de emitir estolones.
Es bastante raro que el colocasia florezca cuando se cultiva en nuestros jardines. Cuando se tiene la suerte de verla, se puede observar una floración muy característica de las Aráceas, que aparece en verano, hacia los meses de agosto y septiembre. Las flores son diminutas y se agrupan en una espiga (espádice), envuelta por una bráctea (espata), exactamente como en los Arums. Las flores femeninas se sitúan en la base de la espiga, y las flores masculinas en la parte superior de esta. Las inflorescencias tienen un tono amarillo crema, bastante pálido, y forma de cucurucho. Se encuentran en las axilas foliares, entre los peciolos.
Los frutos del colocasia son pequeñas bayas que aparecen en la parte inferior de la espiga floral, una vez que esta se ha marchitado.
Las principales variedades de Taro

Colocasia Black magic
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 1,60 m

Colocasia Pink China
- Periodo de floración Junio hasta Noviembre
- Altura en la madurez 1,25 m

Colocasia Madeira
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 90 cm

Colocasia esculenta Black Stem
- Periodo de floración Julio, Agosto
- Altura en la madurez 1,80 m

Colocasia esculenta
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 1,50 m

Colocasia Sangria
- Altura en la madurez 1,25 m

Colocasia Dragon Heart Giant
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 2 m

Colocasia Imperial Gigante
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 2 m
Más información Vivaces perennes de la A a la Z
Plantación
¿Dónde plantar?
Lo ideal es instalar el Taro bajo una sombra ligera. Evita colocarlo bajo un sol abrasador; apreciará un poco de sombra durante las horas más calurosas de la tarde. También te recomendamos plantarlo en un lugar protegido de los vientos fuertes, que podrían dañar las hojas.
El Taro se sentirá a gusto en un terreno húmedo, o al menos fresco. No dudes en instalar las variedades resistentes en las orillas de una charca.
El sustrato debe ser rico en humus, fértil. Puedes añadir al sustrato un poco de compost bien descompuesto antes de la plantación, y luego aportar fertilizante durante el cultivo.
El Taro no aprecia mucho los suelos calizos, preferirá un sustrato ligeramente ácido (con un pH entre 5,5 y 7).
Como el Taro aprecia el calor y no siempre es muy resistente (a menos que elijas una variedad como ‘Pink China’), puede plantarse en macetas y cultivarse en interior, en un apartamento, invernadero o bajo una veranda, idealmente con una temperatura entre 18 y 25 °C. Colócalo en un lugar luminoso pero protegido del sol directo que podría quemar su follaje. El problema del cultivo en interior es que el aire a veces es demasiado seco. Por lo tanto, es preferible usar un humidificador para aumentar la humedad del aire.
Incluso si lo cultivas en exterior, dejarlo en maceta te permitirá resguardarlo bajo cubierta durante el invierno, protegiéndolo así del frío.
El Taro es una planta de gran envergadura, prevé suficiente espacio a su alrededor para que se desarrolle bien. Ten en cuenta que podría dar algo de sombra a otras plantas cercanas.
¿Cuándo plantar?
El Taro se planta preferentemente en primavera, después de las últimas heladas, hacia los meses de abril o mayo.
¿Cómo plantar?
La savia del alocasia puede irritar la piel, es preferible usar guantes antes de manipular la planta.
- La planta puede presentarse de dos formas: directamente en maceta, o solo como tubérculo. Si está en maceta, coloca el cepellón en un recipiente lleno de agua.
- Prepara el suelo para aflojarlo. Elimina las malas hierbas, deshaz los terrones grandes de tierra y añade compost bien descompuesto o tierra de hoja para macetas.
- Cava un hoyo de plantación.
- Planta el tubérculo entre 5 y 10 cm de profundidad. Si tu planta está en maceta, saca el cepellón y colócalo en el hoyo de plantación.
- Vuelve a colocar la tierra y aprieta suavemente para asegurar un buen contacto entre el sustrato y las raíces.
- Riega abundantemente.
Te recomendamos colocar un acolchado en su base para mantener la humedad del suelo por más tiempo. Riega regularmente durante las primeras semanas, hasta que la planta se establezca y desarrolle su sistema radicular.
También puedes instalar tu tubérculo de Taro en maceta. Elige un contenedor bastante grande y planta en una mezcla de tierra de jardín, compost bien descompuesto y sustrato.
→ Más información en nuestra ficha consejo: ¿Cómo cultivar un Alocasia o Taro en interior?
Mantenimiento
El Taro necesita humedad, asegúrate de que el sustrato permanezca fresco. Si la tierra se seca demasiado tiempo, el follaje podría marchitarse. No dudes en regar con frecuencia durante el verano, preferiblemente con agua no calcárea. Reduce los riegos (y el aporte de fertilizante) en invierno.
El Taro es una planta bastante exigente: fertilízala regularmente durante su crecimiento. Te recomendamos aportarle un fertilizante rico en nitrógeno, cada dos o tres semanas, especialmente si lo cultivas en macetas; esto le ayudará a producir una vegetación grande y hermosa.
También considera trasplantar tus Taros de vez en cuando, idealmente una vez al año, a finales del invierno o principios de la primavera.
Invernada:
Existen diferentes técnicas para proteger el Taro del frío en invierno. Todo depende de la región donde vivas y de la rusticidad de tu variedad.
Si lo cultivas al aire libre, en terreno abierto, y se trata de una variedad relativamente resistente, puedes instalar simplemente una capa gruesa de acolchado en la base para protegerlo del frío.
Si vives en una región fría, o si tu Taro es poco resistente, también puedes desenterrar los tubérculos para guardarlos a resguardo. Corta las hojas aproximadamente 2 cm por encima del tubérculo, luego deja los tubérculos al aire libre, al menos durante un día, para que se sequen un poco. Guárdalos en un lugar seco, en turba, arena o aserrín. La temperatura no debe bajar de los 7°C, siendo ideal mantenerlos entre 10 y 15°C. Revisa periódicamente el estado de los tubérculos. Podrás replantarlos en primavera.
También es posible desenterrar el Taro para plantarlo temporalmente en maceta y guardarlo durante el invierno. Luego podrás volver a plantarlo en terreno abierto en primavera.
Si cultivas tu Taro en maceta, basta con que lo guardes bajo una veranda, un invernadero o dentro de tu casa, a una temperatura entre 10 y 15°C y en un lugar luminoso.
Enfermedades y plagas:
El Taro es una planta robusta y vigorosa, pocas enfermedades y plagas la afectan. Sin embargo, puedes encontrarte con problemas de arañas rojas, especialmente si el aire es seco. Evitarás este problema manteniendo una buena humedad en el aire, rociando el follaje. A veces son los trips los que atacan al Taro, pequeños insectos que pican los tejidos para extraer la savia de la planta. También puede ocurrir que caracoles y babosas consuman las hojas (especialmente en primavera).
En invierno, el tubérculo puede pudrirse, de ahí la importancia de reducir los riegos en esta época o de almacenar los tubérculos en un lugar seco.
Propagación
Aunque es posible sembrarlo, el Taro se multiplica principalmente por división de los tubérculos o extracción de rechazos emitidos por los estolones. Esto te permitirá regenerar tus plantas.
División de los tubérculos
La división evita que las matas se vuelvan demasiado densas, al mismo tiempo que regenera tus plantas, y te permitirá instalarlo en otro lugar del jardín. El Taro a veces emite pequeños tubérculos al lado del tubérculo principal. Solo tienes que separarlos. Actúa a finales del invierno, hacia el mes de marzo.
- Desentierra el Taro con cuidado, cavando alrededor si está en terreno abierto, o sácalo de su maceta.
- Retira parte del sustrato para que los tubérculos sean bien visibles. Puedes pasarlos bajo el agua si es necesario.
- Divide separando los tubérculos.
- Vuelve a plantarlos en macetas llenas de tierra y riega.
Acodo de estolones
Al igual que la fresa, el Taro a veces emite largos estolones que corren por la superficie del suelo. Se trata de tallos horizontales que dan lugar a nuevas matas. Por lo tanto, puedes separarlos fácilmente de la planta original y luego replantar los brotes jóvenes en macetas o en un nuevo lugar.
Si ves aparecer estos tallos horizontales, cúbrelos con un poco de tierra para permitirles enraizar y desarrollar una nueva plántula. Una vez que esta tenga varias hojas, puedes separarla de la planta madre cortando el estolón que las une. Replanta en maceta y riega.
Asociación
La mejor forma de combinar el taro es integrarlo en un jardín exótico, acompañado de otras plantas con vegetación exuberante. Plántalo, por ejemplo, con gunneras, helechos arborescentes, bananeros, cordilines o phormiums… ¡Y quizás con algunas palmeras! En cuanto a las flores, elige plantas que ofrezcan grandes flores en tonos cálidos: canna, chispa, lirio de arroyo, watsonia o kniphofia… Puedes añadir calas (Zantedeschia)… ¡Obtendrás un jardín muy evocador!


¡Los taros son perfectos en un jardín de estilo exótico! Gunnera tinctoria (foto Drew Avery), Colocasia esculenta (foto Dalgial), Kniphofia ‘Fiery Fred’, Hedychium coccineum (Swati Sidhu), Phormium ‘Pink Panther’ y el bananero Musa basjoo
Como es una planta que aprecia la frescura y los suelos húmedos, no dudes en plantar el taro en las orillas de una charca, con gunneras, helechos, Iris pseudacorus o prímulas candelabro… ¡para un jardín fresco y natural, ideal para relajarse!
También puedes crear una bonita escena estival con tonos cálidos, especialmente con bulbos de verano, como dalias, gladiolos, fresias o lirios… flores generosas y coloridas. ¡Aprovecha también la espectacular floración azul de los lirios africanos!
Los taros ofrecen hojas de diversos tonos; por lo tanto, puedes jugar con los colores para crear contrastes o efectos particulares. Combina, por ejemplo, los taros con follajes casi negros (‘Black Magic’, ‘Dragon Heart Giant’…) con algunas plantas en los mismos tonos, como el Sambucus ‘Black Lace’, el Albizia ‘Summer Chocolate’, el Cotinus coggygria ‘Royal Purple’, las dalias de follaje oscuro o la gramínea Pennisetum setaceum ‘Rubrum’… Sin embargo, no abuses de estos tonos, ya que podrías obtener un macizo visualmente «pesado». La idea es más bien crear contrastes. Puedes añadir follajes luminosos, dorados, como el del Hakonechloa macra ‘Aureola’, el Physocarpus ‘Dart’s Gold’ o la Lysimachia nummularia ‘Aurea’.
El taro puede tener su lugar en un invernadero cálido, con otras plantas exóticas o tropicales. También es perfecto en un patio, un jardín interior, acompañado de helechos, hostas, bambúes o Fatsia japonica… ¡para un jardín moderno y gráfico!
→ Descubre más ideas para combinar el Taro en nuestra ficha consejo.
¿Lo sabías?
- El taro, una planta comestible
Cultivado en Asia desde hace varios miles de años, el taro, Colocasia esculenta, posee tubérculos comestibles una vez cocidos (¡pero tóxicos cuando están crudos!), de hecho esto le dio su nombre de especie, ya que esculenta significa comestible. Los tubérculos son particularmente ricos en almidón y minerales (hierro, calcio, vitaminas…). A veces se encuentran en tiendas asiáticas. Las hojas también pueden consumirse después de cocinarlas. Hay que tomar precauciones para cocinarlo correctamente y no intoxicarse.
- Colocasia, Alocasia o Xanthosoma… ¿Qué diferencias hay?
Estos tres géneros botánicos son muy similares, ¡hasta el punto de que a menudo se confunden! En las colocasias, la lámina foliar está más bien dirigida hacia el suelo, mientras que en las alocasias generalmente está erguida hacia el cielo. Además, en las alocasias y colocasias tiene forma de corazón, mientras que en los xanthosomas es más bien sagitada, tomando la forma de una flecha, con los dos lóbulos de la base bastante puntiagudos. Del mismo modo, el peciolo se conecta a la hoja de manera diferente: en la alocasia, se une al borde de la lámina foliar de manera bastante ordinaria, de modo que la vena central está realmente en la prolongación de la lámina, manteniendo la hoja erguida hacia arriba. En la colocasia, el peciolo se une a la hoja por debajo (hoja peltada), un poco en el medio de la superficie foliar, permitiéndole formar un ángulo e inclinarse hacia el suelo.
- Hojas hidrofóbicas
La lámina foliar de las colocasias tiene la particularidad de ser hidrofóbica, como en el loto: el agua forma gotas y se desliza sobre la hoja, ¡sin extenderse! Así, el follaje no se moja realmente. Las gotas de agua mantienen una forma esférica y fluyen llevándose consigo la suciedad y el polvo…


Las gotas de agua se deslizan sobre las hojas de la colocasia, sin extenderse y manteniendo una forma esférica… (foto Rameshng)
Recursos útiles
- ¡Descubre nuestra gama de Taro!
- Un artículo de Ingrid en nuestro blog – 10 plantas exóticas y rústicas para un jardín Jungle
- Para más ideas e inspiración – Ambiente exótico
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