Androsace: cultivo, plantación, cuidados

Androsace: cultivo, plantación, cuidados

Contenido

Modificado el miércoles, 21 de mayo de 2025  por Arthur 7 min.

La Androsace en pocas palabras

  • La Androsace es una planta de montaña ideal para rocallas y bordillos no demasiado secos
  • En primavera, ofrece una floración blanca o rosada
  • Presenta un bonito follaje en rosetas persistente en invierno
  • Prospera en suelo bien drenado, calcáreo y pedregoso, pero fresco
  • Rústica y frugal, solo teme a los terrenos demasiado húmedos en invierno
Dificultad

La palabra de nuestra experta

Originaria de nuestras montañas alpinas, la Androsace es una pequeña planta de montaña a menudo llamada «la joya de las rocas». Sabe abrirse camino en las condiciones más duras, creciendo en las grietas de las rocas y los pedregales. En nuestros jardines, este primo cercano de las prímulas encuentra perfectamente su lugar en las rocallas, bordillos o muros de piedra seca, donde aporta un toque de sencillez y elegancia natural. A finales de primavera, de mayo a junio, se adorna con encantadoras umbelas de flores blancas o rosas, que se alzan sobre rosetas de hojas persistentes. Forma pequeñas matas tapizantes, que no superan los 30 cm de altura ni de envergadura. Un poco delicada de cultivar, esta planta exige condiciones típicamente montañosas para prosperar. Aprecia los suelos muy drenantes, incluso calcáreos, aunque no demasiado áridos, que reproduzcan su hábitat natural, además de necesitar cierta frescura en verano para desarrollarse bien. No necesita mucha tierra para ser cultivada y estará feliz entre grandes piedras.

Descubre esta pequeña vivácea emblemática de las rocallas, ¡tan resistente como modesta!

Descripción y botánica

Documento de identidad

  • Nombre latino Androsace sp.

Las Androsaces, pertenecientes a la familia de las primuláceas, son primos cercanos de las prímulas. Estas pequeñas plantas alpinas originarias del noroeste del Himalaya forman un grupo bastante diversificado. El género agrupa una treintena de especies viváceas, bienales o anuales, que crecen en la naturaleza hasta más de 4.000 m de altitud, sobre la roca o en pedregales, pedregales, céspedes secos y rocallas, acostumbradas a condiciones extremas, como la Androsace de los Alpes (Androsace alpina), especie endémica de nuestras montañas alpinas y protegida. Entre las especies más cultivadas en nuestros jardines, encontramos la Androsace sarmentosa que se caracteriza por sus rosetas plateadas cubiertas de pelos blancos, la A. septentrionalis, y su cultivar ‘Star Dust’, apreciado por sus pequeñas flores blancas que aparecen en abundancia en primavera, como una constelación, o también la A. sempervivoides que se asemeja a la siempreviva, con su follaje grueso y carnoso, dispuesto en rosetas compactas.

De crecimiento bastante lento, las androsaces forman, según las especies, pequeñas matas compactas, erectas o rastreras, que no superan los 25 cm de altura y de 20 a 30 cm de envergadura. Se extienden lentamente en cojines bajos, enraizando en las más mínimas grietas. El follaje ofrece una gran diversidad tanto en formas como en tonalidades. En las viváceas, es sempervirente, persistente durante todo el año, tanto en verano como en invierno. Se presenta desde el verde azulado hasta el plateado. Puede adoptar la forma de rosetas casi suculentas, que enraízan al contacto con el suelo, como las siemprevivas, parecidas a pequeñas alcachofas o, por el contrario, de hojas basales lanceoladas y dentadas.

Las hojas de las Androsaces, imbricadas en rosetas

El follaje de las androsaces puede adoptar formas muy variadas según las especies. Androsace vandellii y Androsace sarmentosa ‘Chumbyi’ (fotos: Ghislain118).

Las flores de las Androsaces, generalmente blancas o rosadas, a veces violetas, rojo oscuro, más raramente amarillas, emergen en primavera por encima del follaje. A veces están sostenidas por un bohordo floral que puede alcanzar hasta 20 cm de altura. Dispuestas en ramilletes o umbelas, en la cima de tallos cortos, suelen tener forma estrellada y se componen de cinco pétalos con cinco lóbulos bien definidos que se despliegan alrededor de un centro amarillo o rojo. La delicadeza de sus pétalos, a menudo ligeramente perfumados, contrasta con la robustez de las hojas basales.

Los matices de blanco y rosa de las flores varían según las especies, ofreciendo una paleta de colores sutiles. Por ejemplo, la Androsace septentrionalis ‘Star Dust’ se adorna con pequeñas flores blancas que parecen flotar sobre la roseta plateada, mientras que la Androsace sarmentosa presenta florecillas rosa malva que forman un bonito contraste con su follaje plateado.

La floración de las Androsaces no es solo un placer para los ojos, también atrae a polinizadores como abejas y mariposas.

Las flores blancas de una Androsace

Androsace hirtella

Tras la floración, las flores se transforman en pequeñas cápsulas secas, que se abren al alcanzar la madurez para liberar las semillas, permitiendo así la dispersión y reproducción de la Androsace. Las semillas son pequeñas y ligeras, adaptadas para propagarse en los difíciles entornos montañosos donde prosperan las Androsaces.

Principales especies y variedades

Androsace septentrionalis Star Dust

Androsace septentrionalis Star Dust

Una encantadora variedad de flores blancas que luce maravillosamente en las rocallas alpinas y en los muros de piedra seca.
  • Période de floraison Mayo hasta Julio
  • Hauteur à maturité 25 cm
Androsace sarmentosa - Androsela

Androsace sarmentosa - Androsela

Esta especie forma un cojín muy bajo y porte un follaje muy bonito cubierto de pelos blancos, que persiste en invierno.
  • Période de floraison Julio, Agosto
  • Hauteur à maturité 15 cm
Androsace sempervivoides - Androsela

Androsace sempervivoides - Androsela

Una especie cercana a la Androsace sarmentosa, con la que comparte una bonita floración rosa-malva.
  • Période de floraison Mayo, Junio
  • Hauteur à maturité 7 cm

Plantación de la Androsace

¿Dónde plantar la Androsace?

Planta montañosa por excelencia, la Androsace es capaz de resistir condiciones climáticas rigurosas (hasta -25 °C) y suelos pobres. Su adaptación a entornos alpinos le permite sobrevivir en condiciones extremas y soportar vientos fríos y nieve. Esta rusticidad la hace especialmente adecuada para rocallas donde las condiciones pueden variar. Puede cultivarse incluso en regiones bastante frías. La Androsace teme especialmente los suelos demasiado húmedos en invierno y los suelos pesados que pueden retener agua y provocar podredumbre de raíces, así como el calor extremo y las situaciones demasiado secas en verano. Por tanto, si vives en una región lluviosa, puede necesitar protección en invierno, resguardada de la lluvia y la humedad estancada.

La Androsace requiere un suelo bien drenado para evitar el exceso de humedad, que podría ser fatal. Una mezcla de tierra, arena y grava es ideal para imitar su hábitat natural en las rocas. Crece idealmente en un suelo que permanece fresco y aprecia los suelos calizos y pedregosos. Esta vivácea colonizará mejor las rocallas no demasiado secas, no siendo la más adaptada a condiciones áridas. Una tierra ordinaria dispuesta entre piedras grandes es perfecta. Prefiere una exposición soleada o ligeramente sombreada, especialmente en regiones más cálidas, para evitar un excesivo resecamiento en verano.

La Androsace es especialmente adecuada para rocallas debido a su capacidad para crecer en condiciones difíciles y en suelos bien drenados. Su porte compacto y sus rosetas de hojas forman tapices densos que rellenan con elegancia los intersticios entre piedras. También encuentra su lugar en macizos elevados, sobre muros o en taludes. Pero cuidado, se desarrolla enraizando mediante largos estolones y no aprecia la competencia radicular.

Su hábitat preferido, compuesto por suelos pedregosos y bien drenados, se presta perfectamente a la creación de rocallas en miniatura que recuerdan las laderas alpinas.

Androsace alpina (foto: John Game)

¿Cuándo plantar?

Puedes plantar la Androsace a principios de primavera, de marzo a abril, o en otoño, de septiembre a noviembre. Evita periodos de heladas.

¿Cómo plantar la Androsace?

Al plantar, asegúrate de preparar una mezcla de suelo bien drenado, añadiendo grava o arena. Un suelo calizo y pedregoso es ideal, pues reproduce las condiciones naturales de su hábitat montañoso. Puedes colocarla entre piedras para crear un microclima favorable y garantizar protección adicional contra la humedad excesiva. Si tu suelo es naturalmente pesado o arcilloso, añade más arena y grava para mejorar la permeabilidad.

  • Cava un hoyo profundo, tres veces más ancho que el cepellón
  • Planta la Androsace sin enterrar el collar
  • Separa cada planta 40 cm para evitar competencia con otras plantas
  • Rellena con la tierra extraída y aprieta ligeramente
  • Riega generosamente

Continúa luego regando de forma regular para asegurar el arraigo.

Cuidado y mantenimiento

Realmente poco exigente, la Androsace crece sola, sin mantenimiento, y no requiere riego una vez bien enraizada. Necesita riegos regulares al inicio del cultivo, luego ya no será necesario, excepto en periodos de sequía, pero evita el exceso de humedad. Elimina las inflorescencias marchitas, y las rosetas dañadas o secas de vez en cuando. Retira las malas hierbas alrededor de las plantas para reducir la competencia de otras especies.

Cada dos o tres años, divide las matas para devolverles vigor.

En cuanto a enfermedades, la Androsace solo teme aquellas relacionadas con el exceso de humedad. Por eso es importante plantarla en un sustrato bien drenante. Si vives en una región lluviosa, es preferible disponer una capa de grava o piedras alrededor de las rosetas para evitar que el agua se estanque y las pudra. Las variedades pubescentes, como la Androsace sarmentosa, son más sensibles que otras a la humedad invernal.

Propagación

La división de las matas en primavera, en ejemplares bien establecidos, sigue siendo el método más sencillo y rápido para multiplicar la Androsace.

  • Levanta el cepellón con una pala de mano pequeña o plantador.
  • Con un cuchillo bien afilado, separa algunos fragmentos de las matas asegurándote de que cada división tenga varias rosetas y una buena porción de estolones adheridos.
  • Vuelve a plantar estos fragmentos sin demora en el jardín o en macetas, en un sustrato bien drenante.
  • Riega ligeramente.

Asociación en el jardín

Las Androsáceas son imprescindibles en los jardines alpinos donde forman durante todo el año hermosos tapices en bordillos, sobre un murete o en rocallas. Puedes instalarlas fácilmente con otras plantas alpinas y viváceas de rocalla que no sean demasiado vigorosas y que aprecien los sustratos drenantes. Las Saxífragas, con su follaje denso y sus pequeñas flores estrelladas, son excelentes compañeras para la Androsácea. Las gencianas, con sus flores de azul intenso, comparten con la Androsácea una preferencia por los suelos calizos y bien drenados, así como una buena rusticidad. Con su tolerancia a las condiciones difíciles, la Flor de las nieves es un compañero perfecto, al igual que las Pulsatillas, el Erino alpino, las Campanillas de muro y los Heliántemos.

En bordillos, considera plantar Sedums tapisantes, Siemprevivas, Erodios, la Armeria o Césped de España, o el Tomillo, colocándolos a suficiente distancia para evitar que la ahoguen.

Ideas de asociaciones con la Androsácea

Combina la Androsácea con otras pequeñas viváceas alpinas! Androsace helvetica (foto: Ghislain118), Draba aizoides (foto: Björn S.), Gentiana acaulis, Erinus alpinus ‘Dr Hälne’ y Sempervivum arachnoideum.

Recursos útiles

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flores de Androsace