
**Maranta - Planta de la oración: cultivo y cuidados**
Contenido
La maranta en pocas palabras
- La maranta, o planta de la oración, es una planta tropical con un follaje gráfico que se pliega por la noche gracias a la nictinastia.
- Prefieren luz indirecta, un sustrato bien drenado y alta humedad para desarrollarse correctamente.
- Su mantenimiento consiste en un riego moderado y una pulverización regular.
- Las marantas se multiplican fácilmente por división de matas.
- Perfectas para decoración, realzan interiores de estilo jungla, bohemio o minimalista.
La palabra de nuestro experto
Las marantas, o plantas de la oración, pertenecen a la familia de las Marantáceas y fascinan por su follaje con motivos gráficos y coloridos. Originarias de los bosques tropicales de América del Sur, deben su nombre a su movimiento nocturno único, la nictinastia, que hace que sus hojas se replieguen como manos unidas en oración. Adaptadas al cultivo en interiores gracias a su tolerancia a la luz tamizada y su amor por la humedad, aportan un toque de verdor elegante y purificador a cualquier espacio vital.
Fáciles de cuidar, las marantas requieren un sustrato ligero y bien drenado, un riego regular sin excesos y una humedad ambiental suficiente para mantener su brillo.
En cuanto a decoración, las marantas se integran perfectamente en un interior con ambiente de jungla urbana, bohemio o minimalista. Su porte ligeramente colgante se realza con macetas de cerámica colorida, ratán o terracota esmaltada, y combinan a la perfección con otras plantas tropicales como las calateas y los monsteras. Si buscas una planta original, fácil de cuidar y decorativa, la maranta es una elección ideal.

Existe una gran variedad de marantas. Una buena idea para coleccionar.
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Maranta sp.
Las marantas, también llamadas plantas de la oración, pertenecen a la familia de las Marantáceas (como las Calatheas), un género botánico que incluye varias especies tropicales de follaje ornamental. Su nombre genérico, Maranta, rinde homenaje al botánico y médico veneciano Bartolomeo Maranta, quien marcó el siglo XVI con sus estudios sobre plantas medicinales. En francés, suelen denominarse maranta, planta de la oración, planta que reza o, más raramente, hierba de flecha, debido a que sus hojas se pliegan verticalmente al anochecer, un fenómeno que evoca manos unidas en oración.
En su hábitat natural, las marantas prosperan en las selvas tropicales húmedas de América Central y del Sur, donde crecen bajo la densa sombra de los árboles, aprovechando un suelo rico y una atmósfera cálida y húmeda. Su capacidad para tolerar la baja luminosidad y su follaje de motivos espectaculares explican por qué se han convertido en plantas de interior muy apreciadas. Fáciles de cuidar, siempre que se respeten sus necesidades de humedad y luz filtrada, añaden un toque exótico y vivaz a cualquier espacio interior.
Entre las especies y variedades más cultivadas, Maranta leuconeura destaca por su follaje decorado con venas y manchas de colores. Esta especie incluye variedades populares como la ‘Fascinator’, con hojas venadas en rojo y manchas verde oscuro, o la ‘Kerchoveana’, apodada «maranta conejo» por sus manchas ovaladas de color marrón chocolate que recuerdan las huellas de un animal.
Las marantas tienen un porte bajo y extendido, a menudo rastrero o ligeramente arbustivo, lo que las convierte en plantas ideales para colgar o en macetas anchas donde puedan desplegar su follaje. Se desarrollan principalmente en matas compactas, con tallos finos y flexibles que se extienden horizontalmente más que en altura. Algunas variedades, como Maranta leuconeura ‘Fascinator’, muestran un porte ligeramente colgante.

El Maranta arundinacea ‘Variegata’ luce un follaje variegado.
Su sistema radicular es rizomatoso, caracterizado por raíces tuberosas que les permiten almacenar agua y nutrientes. Esta particularidad les otorga cierta resistencia a períodos de sequía relativa, aunque su necesidad de humedad sigue siendo importante para un buen desarrollo. Los rizomas también facilitan la multiplicación de la planta por división, un método de propagación común en cultivo.
Las marantas desarrollan tallos herbáceos, cortos y rastreros, que conectan directamente el sistema radicular con el follaje. Emergen en grupos desde la base de la planta, formando una mata densa que se extiende progresivamente.
El follaje es sin duda la característica más espectacular de las marantas. Sus hojas ovaladas a elípticas se sostienen sobre largos pecíolos y muestran motivos gráficos impresionantes. La textura del limbo suele ser ligeramente aterciopelada, con una cara superior decorada con venas marcadas y manchas contrastadas, mientras que la cara inferior suele teñirse de púrpura. Estas hojas también tienen la particularidad de plegarse hacia arriba al anochecer, un fenómeno vinculado a un mecanismo natural llamado nictinastia*.
Aunque se cultivan principalmente por su follaje, las marantas también pueden florecer, aunque su floración es más discreta que en las calatheas. Producen pequeñas flores tubulares en tonos blancos, rosados o malva, agrupadas en inflorescencias poco densas en el extremo de tallos finos. En el caso de Maranta arundinacea, especie cultivada por su almidón alimentario (arrow-root), la floración es modesta y poco espectacular en comparación con el follaje. Excepcionalmente, algunas especies, como Maranta subterranea, poseen flores asimétricas, es decir, sin ninguna simetría.
En su entorno natural, las marantas pueden producir pequeños frutos capsulares, pero este fenómeno rara vez se observa en maceta, ya que las condiciones no siempre son ideales para completar este proceso.
*La nictinastia es un movimiento natural de las hojas en respuesta a las variaciones de luz, provocado por células situadas en la base del pecíolo que regulan la presión del agua. Esta nictinastia permite a las marantas reducir la pérdida de humedad nocturna al limitar la exposición de sus hojas al aire ambiente, algo especialmente útil en su hábitat tropical. También podría desempeñar un papel en la protección contra herbívoros nocturnos o favorecer el escurrimiento del agua de lluvia a lo largo de las hojas para evitar estancamientos y reducir el riesgo de enfermedades fúngicas.

La Maranta leuconeura ‘Fascinator’ despliega un follaje tricolor.
Ver también
Calathea: variedades, cultivo y cuidados¿Cuándo y cómo plantar una maranta en maceta para interiores?
¿Cuándo plantar una maranta?
La mejor época para plantar una maranta en maceta es en primavera o verano, cuando la planta está en pleno crecimiento y se adapta más fácilmente a su nuevo entorno. Evita el invierno, ya que la planta ralentiza su actividad y podría tener dificultades para recuperarse.
¿Qué sustrato utilizar?
Las marantas prefieren un suelo ligero, con buen drenaje y rico en materia orgánica. Lo ideal es mezclar:
- 1/3 de sustrato para plantas verdes para los nutrientes,
- 1/3 de turba o fibra de coco para retener la humedad,
- 1/3 de perlita o arena gruesa para asegurar un buen drenaje.
Un añadido de carbón activo también puede ser beneficioso para evitar mohos.
Si no, un buen sustrato especial para plantas de interior será suficiente.
¿Dónde colocar tu maranta?
- Exposición: aprecia una luz suave e indirecta. Colócala cerca de una ventana orientada al este o norte, o a unos metros de una ventana expuesta al sur u oeste, evitando el sol directo que podría quemar su follaje.
- Temperatura: entre 18 y 25°C, evitando corrientes de aire y temperaturas por debajo de 15°C.
- Humedad ambiental: adora un ambiente húmedo, alrededor del 60-70%. Si el aire es demasiado seco, coloca un humidificador, una bandeja con bolas de arcilla y agua bajo la maceta, o rocía sus hojas regularmente.

La maranta prefiere una luz tamizada.
¿Qué maceta elegir?
- Material: es raro que se recomiende esto, pero prioriza una maceta de plástico o de terracota esmaltada, ya que retienen mejor la humedad que una maceta de terracota sin esmaltar, en la que el sustrato se seca demasiado rápido.
- Tamaño: elige una maceta apenas más grande que el cepellón, ya que una maceta demasiado ancha retiene demasiada agua y favorece el riesgo de pudrición de raíces. Un diámetro de 2 a 3 cm más que el cepellón es suficiente. Asegúrate de que tenga agujeros de drenaje.
¿Cómo plantar una maranta en maceta?
- Prepara la maceta: coloca una capa de drenaje (bolas de arcilla o gravilla) en el fondo para evitar el exceso de agua.
- Añade sustrato: llena parcialmente la maceta con tu mezcla de sustrato-turba-perlita.
- Saca la planta de su maceta: retira con cuidado la maranta de su maceta original. Si las raíces están muy apretadas, desenrédalas suavemente.
- Coloca la planta: sitúa la maranta en el centro de la maceta y añade sustrato alrededor, apretando ligeramente para evitar bolsas de aire. Asegúrate de que la base de los tallos quede al mismo nivel que en la maceta anterior.
- Riega generosamente: justo después de la plantación, riega abundantemente para humedecer bien el sustrato y ayudar a que la planta se asiente.
- Coloca la planta en su ubicación definitiva y controla la humedad del sustrato en los días siguientes.
El trasplante
Un trasplante es necesario cada 2 o 3 años, en primavera, cuando las raíces llenan completamente la maceta y empiezan a salir. También es una oportunidad para renovar el sustrato, dividir la planta si está demasiado densa y eliminar raíces dañadas.
El entutorado con un soporte
Algunas variedades, como la Maranta leuconeura ‘Fascinator’, pueden tener un crecimiento ligeramente colgante o disperso. Si deseas darles una forma más vertical y ordenada, utiliza un soporte de musgo o bambú. Sujeta con cuidado los tallos con ataduras flexibles, sin apretar demasiado para no dañarlos. Este entutorado también permite optimizar la exposición de cada hoja a la luz y añadir un toque estético adicional a la planta.
Cultivo y cuidado de las plantas de oración
Riego: mantener una humedad constante sin excesos
Las marantas prefieren un sustrato siempre ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. Un riego demasiado frecuente puede provocar la pudrición de las raíces, mientras que la falta de agua causa el secado de las hojas.
- Frecuencia: riega aproximadamente 1 a 2 veces por semana en primavera y verano, y reduce en invierno a cada 10 a 15 días según la temperatura ambiente.
- Calidad del agua: utiliza agua no calcárea (agua de lluvia, filtrada o reposada 24 horas) para evitar el amarilleamiento de las hojas.
- Método: riega directamente en el sustrato hasta que el agua salga por el fondo de la maceta. Evita dejar agua estancada en el plato.
Además, rocía regularmente las hojas con agua tibia para mantener una buena humedad, especialmente si el ambiente es seco.
Fertilización: un aporte moderado pero regular
- Periodo: fertiliza desde primavera hasta otoño, cada dos semanas.
- Tipo de fertilizante: un fertilizante líquido para plantas verdes, rico en nitrógeno (N) y potasio (K), favorece un follaje denso y colorido.
- Dosis: puedes diluir el fertilizante a la mitad de la dosis recomendada por el fabricante para evitar un exceso de sales minerales, que podrían quemar las raíces.
En invierno, detén o espacia la fertilización, ya que la planta entra en un periodo de reposo y consume menos nutrientes.
Poda: un mantenimiento mínimo
La poda de las marantas rara vez es necesaria, pero puede ayudar a mantener una planta vigorosa y bien formada.
- Retirar hojas dañadas: si algunas hojas se amarillean o secan, córtalas desde la base con tijeras limpias para estimular el crecimiento de nuevos brotes.
- Favorecer la ramificación: para obtener una planta más densa, puedes pellizcar las puntas de los tallos, lo que fomenta la producción de nuevos brotes laterales.
Precauciones para un crecimiento óptimo
- Evita corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura, que estresan la planta y pueden provocar que las hojas se replieguen durante el día.
- Protege la planta del calcio: un riego con agua demasiado dura puede causar manchas marrones y una clorosis (amarilleamiento de las hojas).
- Vigila los signos de estrés: bordes de hojas marrones indican aire demasiado seco, un marchitamiento puede señalar exceso o falta de agua, y hojas que pierden color pueden ser señal de falta de luz o fertilizante.
Plagas y enfermedades posibles en las marantas
Plagas frecuentes
-
Las arañas rojas: estos pequeños ácaros aparecen cuando el aire es demasiado seco. Se detectan por la presencia de finas telarañas bajo las hojas y un amarilleamiento progresivo del follaje. Para evitarlos, mantén una buena humedad rociando la planta regularmente. En caso de infestación, usa un chorro de agua tibia, jabón negro diluido o un acaricida natural.
-
Las cochinillas: se manifiestan como pequeñas protuberancias blancas algodonosas o caparazones marrones adheridos a tallos y hojas. Debilitan la planta al succionar su savia. Un tratamiento con un bastoncillo de algodón empapado en alcohol de 70°, jabón negro o aceite de neem ayuda a eliminarlas gradualmente.
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Los trips: estos pequeños insectos negros o marrones dejan marcas plateadas en el follaje y provocan un debilitamiento general de la planta. Para limitar su propagación, aumenta la humedad y usa trampas amarillas adhesivas o un insecticida biológico en caso de ataque severo.
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Los pulgones: menos frecuentes, a veces se instalan en brotes jóvenes y chupan la savia, deformando las hojas. Un enjuague con agua seguido de un tratamiento con jabón negro suele ser suficiente para eliminarlos.
Enfermedades posibles
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El botrytis (o podredumbre gris): causada por exceso de humedad y mala ventilación, esta enfermedad fúngica se manifiesta con manchas marrones y aterciopeladas en las hojas. Para evitarlo, asegúrate de que el aire circule bien alrededor de la planta y reduce los riegos. En caso de ataque, retira las partes afectadas y aplica un fungicida natural a base de cobre o bicarbonato de sodio.
-
La podredumbre de raíces: resultado de un exceso de riego o mal drenaje, provoca un ennegrecimiento de las raíces y un debilitamiento general de la planta. Si las raíces están blandas y marrones, trasplanta urgentemente a un sustrato seco y bien drenado tras cortar las partes podridas.
-
Las manchas foliares: a menudo causadas por un hongo, aparecen como marcas marrones o negras en las hojas. Evita mojar el follaje al regar y trata con un fungicida natural si es necesario.
¿Cómo multiplicar las marantas?
División de matas (método más rápido)
Es el método más eficaz y más utilizado, durante el trasplante en primavera.
Pasos:
- Sacar la planta de la maceta: extrae con cuidado el maranta de su maceta y sacude ligeramente el cepellón para liberar las raíces.
- Separar las matas: identifica las diferentes secciones naturales con raíces bien formadas y sepáralas suavemente con las manos o con un cuchillo limpio y bien afilado.
- Trasplantar las nuevas plantas: coloca cada división en una maceta ligeramente más grande que su cepellón, llena de un sustrato ligero y con buen drenaje (tierra para plantas verdes, turba y perlita).
- Regar y colocar en sombra: humedece bien el sustrato después de la plantación y mantén la planta en un lugar luminoso, pero sin sol directo.
Ventaja: este método proporciona plantas ya maduras y autónomas, que retoman rápidamente su crecimiento.
Esquejes de tallos (más lento, pero eficaz)
El esquejado es otra opción para multiplicar los marantas, aunque un poco más lenta que la división.
Pasos:
- Elegir un tallo sano: selecciona un tallo vigoroso con al menos 2 a 3 hojas y un nudo (zona de donde salen las hojas).
- Cortar limpiamente: con unas tijeras de podar limpias, corta justo debajo de un nudo.
- Colocar en agua: introduce el esqueje en un vaso de agua, asegurándote de que el nudo quede sumergido, pero no las hojas. Cambia el agua cada 2 o 3 días para evitar mohos.
- Esperar la aparición de raíces: después de 2 a 4 semanas, las raíces comienzan a desarrollarse.
- Plantar en tierra: una vez que las raíces midan al menos 2-3 cm, trasplanta el esqueje a una maceta con un sustrato ligero y bien drenado.
- Controlar la humedad: riega ligeramente y coloca la joven planta bajo una luz tamizada y en una atmósfera húmeda (puedes colocar temporalmente una bolsa de plástico transparente para aumentar la humedad).

Este brote joven de maranta está listo para ser plantado en maceta.
¿Cómo resaltar adecuadamente una planta de oración?
¿En qué tipo de interior se sienten cómodas las marantas?
- Estilo jungla urbana: combinadas con otras plantas tropicales como calatheas, monsteras o philodendros, crean un efecto exuberante y relajante, ideal para un salón o dormitorio.
- Ambiente bohemio y acogedor: su follaje colgante combina bien con cestas de mimbre, macramés y muebles de madera clara.
- Decoración minimalista y moderna: en un interior depurado, una maranta en una maceta de diseño (blanca, negra, de hormigón o cerámica lisa) aporta un toque de suavidad y sofisticación con su follaje texturizado.
- Estilo tropical chic o vintage: con muebles de ratán, detalles de latón y colores cálidos (terracota, verde bosque, ocre), complementa perfectamente una decoración inspirada en los años 70 o exótica.
¿Qué tipo de maceta realza una maranta?
La elección de la maceta influye en la estética general de la planta y su entorno.
- Macetas de cerámica texturizada o esmaltada: ideales para añadir un toque elegante y colorido, especialmente en tonos verdes, azules o terracota que evocan la naturaleza.
- Macetas de terracota vidriada: conservan la humedad del sustrato y añaden un aspecto artesanal y cálido.
- Maceteros de ratán o mimbre: perfectos para reforzar un ambiente bohemio y natural, jugando con materiales vegetales.
- Macetas colgantes o con pedestal: para destacar el porte ligeramente colgante de algunas variedades (Maranta leuconeura ‘Fascinator’), creando un efecto cascada muy estético.
Truco de decoración: combina la maranta con plantas de diferentes alturas y texturas para un efecto jungla armonioso. Una iluminación tenue cerca de la planta también resaltará sus patrones y hermosos colores.

A la derecha Maranta leuconeura – A la izquierda Maranta leuconeura ‘Tricolor’
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