Mantenimiento del césped: los errores más frecuentes

Mantenimiento del césped: los errores más frecuentes

Nuestros consejos para tener un césped bonito

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Creado el jueves, 22 de mayo de 2025  por Ingrid 5 min.

Tener un césped bonito, regular y bien verde es un objetivo compartido por muchos jardineros. Sin embargo, incluso con la mejor voluntad, algunos gestos mal dominados pueden comprometer el resultado. Además, un césped requiere cuidados adaptados según las estaciones. Para obtener un tapiz denso y resistente, primero hay que evitar ciertos errores comunes que debilitan la vitalidad del césped y la calidad del suelo.
Aquí tienes los malos hábitos que debes conocer – y corregir – para transformar tu césped en un hermoso tapiz verde.

Dificultad

Cortar el césped demasiado corto: un error clásico

Uno de los errores más comunes consiste en cortar el césped demasiado corto, a menudo con la idea de espaciar las siegas para facilitar el trabajo. Sin embargo, esto tiene un efecto contrario en la salud del césped. Un corte demasiado bajo:

  • Debilita la hierba, que ya no capta suficiente luz para crecer bien (la famosa fotosíntesis).
  • Expone el suelo al sol, favoreciendo la deshidratación del césped.
  • Reduce la resistencia del césped, que se vuelve vulnerable a enfermedades y plagas.
  • Deja espacio libre para la aparición de musgos y malas hierbas.

La altura de corte ideal está entre 4 y 5 cm en primavera y otoño, periodos en los que el crecimiento del césped es activo. En verano y durante las fuertes Calores, es mejor elevar el corte a 6 o 7 cm para limitar la desecación. A menudo se recomienda no cortar más de un tercio de la altura en cada siega.

¿Lo sabías? Durante los Periodos de sequía u olas de calor, la hierba deja de crecer Naturalmente debido a la Calor y la falta de agua. Así que no hace falta sacar la cortadora.

Para saber más, te invito a leer el artículo «¿Con qué frecuencia hay que cortar el césped?«.

corte de un césped

Descuidar el mantenimiento del cortacésped

El uso de una cortadora de césped mal mantenida también es perjudicial cuando se desea un césped hermoso. Cuando las cuchillas están desafiladas, no cortan limpiamente, sino que arrancan los tallos de hierba, lo que amarillea las puntas del césped. Además, este arranque abre la puerta a enfermedades.

Para un corte limpio y un césped saludable:

  • Afilar las cuchillas de la cortadora una o dos veces al año.
  • Limpiar la parte inferior de la cortadora para evitar acumulaciones de hierba y residuos.
  • Verificar el estado de las ruedas y el ajuste de la altura de corte (ver capítulo anterior).

Una cortadora bien mantenida garantiza un corte preciso y reduce el estrés infligido al césped.

un hombre limpia una cortadora de césped

Olvídate de la escarificación y aireación del césped

A lo largo de las estaciones, el suelo se compacta debido al pisoteo, los cortes repetidos y las precipitaciones. Paralelamente, una capa de restos vegetales, llamada «fieltro», se acumula gradualmente entre los tallos de hierba y el suelo. Este fieltro, compuesto de raíces muertas, restos de cortes y a veces musgo, asfixia el césped e impide que el aire, el agua y los nutrientes penetren bien hasta las raíces de la hierba.

Para devolverle vigor al césped, hay que adoptar dos acciones:

  • La escarificación, que consiste en rascar la superficie del suelo para eliminar el fieltro y airear los primeros centímetros. Se suele realizar al menos una vez al año: en primavera o en otoño.
  • La aireación, que consiste en perforar el suelo en profundidad (con un aireador de ruedas), favorece la circulación del aire y del agua (especialmente en terrenos arcillosos) y permite un mejor enraizamiento del césped. También aquí, una o dos pasadas al año son suficientes.

Combinando escarificación y aireación una o dos veces al año, se mantiene un suelo vivo y acogedor, capaz de sostener un césped denso y resistente.

Si deseas saber más, te invito a leer el artículo «Cómo airear el césped: paso a paso para un césped sano» y nuestro tutorial «¿Cómo escarificar el césped?«.

Escarificar el césped

Manejar mal el riego del césped

Uno de los gestos peor dominados es el riego del césped. Muchos creen hacerlo bien regando con regularidad en pequeñas cantidades, pero esto anima a las raíces a permanecer en la superficie, haciendo que el césped sea más sensible al calor y al pisoteo.

En realidad, en regiones templadas o húmedas, un césped bien establecido puede prescindir totalmente del riego, incluso en verano. A veces se vuelve ligeramente amarillo en la superficie, pero simplemente entra en reposo ante el calor. Volverá a reverdecer de forma natural con el regreso de las lluvias otoñales.

En caso de sequía prolongada o en regiones más cálidas, puede ser necesario un riego puntual para sostener el césped, especialmente si ha sido sembrado recientemente o si el suelo tiende a permanecer seco demasiado tiempo. En este caso, es mejor regar una o dos veces por semana, en grandes cantidades, para humedecer la tierra en profundidad, en lugar de hacerlo con frecuencia en pequeñas cantidades.

Regar temprano por la mañana o al atardecer limita las pérdidas por evaporación debido al sol y permite una mejor absorción del agua por las raíces.

Para saber más, te invito a leer el artículo: «Mantener el césped en caso de ola de calor«.

el riego del césped

Un riego bien controlado permite obtener un césped bonito

Fertilizar mal o fertilizar en el momento equivocado tu césped

Una fertilización mal adaptada puede perjudicar el equilibrio natural del césped. Demasiado fertilizante, especialmente rico en nitrógeno, estimula un retoño rápido pero frágil, que hace que el césped sea más vulnerable a enfermedades. Por el contrario, un césped carente (nunca fertilizado) crece lentamente, se vuelve amarillo y cede más fácilmente el paso a las malas hierbas.

Si el suelo de tu jardín es pobre o si el césped muestra signos de fatiga, un aporte específico puede ser útil:

  • En primavera, aporta un fertilizante para césped, rico en nitrógeno, para relanzar el crecimiento.
  • En otoño, fertiliza el césped con un fertilizante rico en potasa para ayudar a las raíces a enfrentar el invierno.

Dato útil:

  • No todos los céspedes necesitan ser fertilizados sistemáticamente para mantenerse bonitos. En un suelo rico, por ejemplo, los aportes son innecesarios.
  • Como alternativa a los fertilizantes, puedes esparcir regularmente compost sobre el césped o practicar el mulching (dejando los restos de corte en el lugar) o el corte diferenciado (dejando zonas sin cortar).

Consejo: un análisis del suelo también permite ajustar mejor los aportes de fertilizante, identificando posibles carencias o desequilibrios en tu suelo o pH. Esto evita fertilizar a ciegas y desequilibrar la flora del suelo.

Para saber más, te invito a leer los artículos «Todo sobre el mulching, otra forma de cortar el césped» y «El corte diferenciado: un pequeño paso para el jardinero, un gran paso para la biodiversidad«.

fertilizar el césped

Olvidar la siembra excesiva

Con el tiempo, algunas zonas del césped pueden empobrecerse o quedar despobladas, especialmente después de un verano seco, una enfermedad o un período de tránsito intenso. Dejar estos huecos sin tratar favorece la aparición de musgo o malas hierbas.

La «resembra» consiste en sembrar nuevas semillas de césped directamente sobre el césped existente, para rellenar las zonas despobladas y estimular el rebrote.

Idealmente, la resembra se realiza en primavera o a principios de otoño, sobre un suelo ligeramente rastrillado o escarificado. Es importante elegir una mezcla adaptada al clima y al uso del césped (césped ornamental, césped deportivo, tránsito frecuente, etc.). Después de la siembra, riega ligeramente las primeras semanas para favorecer la germinación de las semillas.

Este gesto, repetido una vez al año o cada dos años según el estado del césped, permite mantener un césped homogéneo, denso y resistente con el tiempo.

la resembra de césped

Dejar que las malas hierbas se instalen

Las «malas hierbas» (o mejor dicho, las hierbas indeseables) aparecen con frecuencia cuando el césped está ralo, debilitado o mal cuidado. Aprovechan el más mínimo espacio libre para instalarse y desarrollarse más rápido que las gramíneas que componen nuestro césped.

Pero su presencia no es una fatalidad. Un césped denso y bien enraizado limita naturalmente su avance. La mejor manera de combatir estas hierbas indeseables sigue siendo la prevención.

Un corte regular a buena altura, la escarificación, aportes de materia orgánica, un suelo vivo y resiembras puntuales permiten mantener un césped cubriente, que compite naturalmente con las indeseables.

Si plantas como el diente de león, el trébol o el llantén aparecen ocasionalmente, no es necesario arrancarlas todas ni tratarlas químicamente. Una intervención localizada (como un arranque manual), donde resulte invasivo, suele ser suficiente. Y en algunos casos, estas plantas también contribuyen a la diversidad del jardín y alimentan a los insectos beneficiosos del jardín.

Para saber más, te invito a leer el artículo lleno de humor de Olivier: «10 buenas razones para dejar crecer las malas hierbas«.

Arrancar las malas hierbas

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