
Filipendula, Reina de los prados: plantar y cuidar
Contenido
La Reina de los prados en pocas palabras
- La Reina de los prados es la vivácea indispensable en suelo pesado y húmedo
- Produce una extraordinaria floración vaporosa en panículas de flores blancas o rosadas
- Majestuosas y aéreas, algunas Reinas de los prados alcanzan más de 2 metros de altura
- Muy resistente, se cultiva en las regiones más frías
- Es la vivácea emblemática de los bordes de charca, riberas y macizos silvestres y húmedos
La palabra de nuestra experta
La Filipendule, llamada también Reina de los prados (Filipendula ulmaria) es una hermosa vivácea de suelo húmedo cuya floración de verano vaporosa y melífera y el hermoso follaje dividido constituyen una bella alianza de exuberancia y ligereza, notable en un ambiente de bosque.
A la vez silvestre y elegante, se adapta a todo tipo de jardines siempre que el suelo permanezca húmedo en verano.
Ofrece en pleno verano, una extraordinaria floración en plumeros vaporosos de flores blancas, rojas o rosadas que alcanzan, en algunas filipendulas, hasta casi 2 m de altura.
Si la filipendula blanca es la más común, al igual que la Filipendula vulgaris, la Filipendula rubra ‘Venusta’ y la Filipendula purpurea ‘Elegans’, cautivan por su brillante color rosa.
Fácil de cultivar, nunca enferma, esta vigorosa vivácea con propiedades medicinales muy utilizadas en infusiones, solo pide una cosa: humedad.
La Filipendule se desarrolla bien al sol o a media sombra en todo tipo de suelos frescos a húmedos, en jardines pantanosos, al borde del agua y en los macizos naturalistas y los mixed-border que no se secan. Llena de matices y ligereza, requiriendo muy poco mantenimiento, encuentra su lugar en jardines de ambiente natural, iluminando cualquier rincón sombreado con una luminosidad sin igual.
Descubre ahora nuestra colección de Filipendulas, desde novedades hasta nuestras exclusividades, y adopta sin demora esta hermosa vivácea fácil de cuidar, indispensable en las orillas de una charca y en tierras frescas!
Descripción y botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Filipendula
Perteneciente a la gran familia de las rosáceas, la Reina de los prados, a menudo llamada Reina de los prados, es una vivácea rizomatosa resistente, originaria de las orillas de ríos y prados húmedos de América del Norte. Se ha aclimatado en todas nuestras regiones, excepto en el norte, donde crece naturalmente en zanjas, a orillas de cursos de agua, en prados o bosques húmedos.
El género comprende alrededor de 10 especies, entre ellas la Filipendula ulmaria que se presenta en numerosos cultivares como ‘Plena’ con flores dobles y ‘variegata’ con follaje abigarrado, la Filipendula palmata (reina de los prados palmeada) con grandes hojas palmeadas, la Filipendula purpurea, (la reina de los prados púrpura) con ‘Nana’, su forma enana, la muy resistente Filipendula vulgaris (o Reina de los prados), la Filipendula rubra o Reina de los prados roja y la Filipendula camtschatica que alcanza más de 2 metros de altura.
En primavera, la Reina de los prados presenta un porte en matas de tallos erectos, a veces un poco extendidos y muy arbustivos, más o menos aireados. Según las especies, la altura de las plantas varía, algunas como la Filipendula rubra ‘Venusta’ y la Filipendula palmata forman grandes arbustos estructurantes, pudiendo alcanzar 2 m de alto por 70 cm de ancho cuando están en flor. Otras son más modestas y no superarán los 40 cm.
Una vez bien enraizada, esta vivácea rizomatosa crece rápidamente para formar con el tiempo potentes tocones no rastreros que sin embargo pueden volverse un poco invasivos. También pueden producir siembras naturales. Es una hermosa planta colonizadora para dejar que se naturalice en un sotobosque o cerca de una charca. La Filipendula ulmaria participa en la vegetación de zonas ribereñas y en su mantenimiento.
De este tocón rizomatoso emergen en primavera múltiples tallos ramificados, a veces ligeramente teñidos de púrpura, lo suficientemente rígidos para prescindir de tutores. Portan grandes hojas brillantes, pinnadas, con superficie acanalada, dispuestas de manera alterna y sostenidas por un largo peciolo.
Largas de 10 a 45 cm, se dividen en folíolos terminales divididos en lóbulos irregulares más o menos profundos y presentan algunos folíolos laterales más pequeños, glabros o suaves al revés. Este follaje finamente dividido, está dentado como el de un helecho en la reina de los prados vulgar, en otras, recuerda al del ricino o a algunas peonías herbáceas; no carece ni de elegancia ni de ligereza. Se compone de hojas anchas palmeadas, profundamente divididas en la Filipendula palmata, o Reina de los prados palmeada.
Su color oscila entre el verde vivo y el verde oscuro. En la Filipendula rubra, las hojas jóvenes son púrpuras en primavera. En ‘Variegata’, el follaje verde, se abigarra de amarillo dorado en el centro de la hoja, en ‘Aurea’ pasa por numerosos tonos de verde tierno y verde limón a lo largo de la temporada. Filipendula ‘Red Umbrellas’ porta grandes hojas verdes recorridas por venas muy gráficas de color púrpura oscuro.
La Reina de los prados mantiene este hermoso follaje caduco hasta las primeras heladas.
De mayo a septiembre, la floración en penachos de flores brumosas se eleva por encima de este gran follaje dividido. En el extremo de los tallos rígidos, corimbos plumosos de 2 a 25 cm de diámetro formados por múltiples pequeñas flores en forma de estrella blancas, blanco amarillentas, rojas, rosa suave, rosa chicle (‘Venusta’) o rosa fucsia vivo (Filipendula purpurea), se abren en una bruma colorida. De cada flor emergen largos estambres salientes que confieren a la planta un aspecto cada vez más vaporoso a medida que se abren.
Esta delicada floración se prolonga durante varias semanas. Las inflorescencias marchitas se secan en tonos de marrón rojizo y permanecen decorativas durante mucho tiempo una vez pasadas, incluso bajo la escarcha.
Producen semillas que se siembran fácilmente.
Desprende un leve aroma dulce a almendra que atrae a los polinizadores, especialmente a las mariposas.


Algunos cultivares con colores variados: Filipendula ulmaria, Filipendula palmata, Filipendula purpurea, Filipendula ‘Red Umbrellas’, Filipendula ulmaria ‘Plena’.
Es una planta poco exigente, resistente hasta -15 °C, que crece en ambientes de sotobosque frescos y sombreados. Es indispensable para tierras arcillosas, pesadas, húmedas.
Fácil de cultivar una vez bien establecida, aprecia un suelo rico, fresco a húmedo, y tanto las exposiciones soleadas como la media sombra.
Es ideal a orillas de charcas o estanques, en compañía de otras plantas de zona húmeda, en macizo bien regado o en jardín silvestre fresco.
También tiene propiedades depuradoras para las aguas en las que crece. Se utiliza frecuentemente en sistemas de fitodepuración para filtrar extensiones de agua.
La Reina de los Prados o Filipendula ulmaria es una planta utilizada desde siglos en la farmacopea natural por sus numerosas virtudes. Aromáticas, perfuma infusiones y bebidas y medicinales mientras que sus yemas florales contienen propiedades analgésicas, antiinflamatorias, diuréticas, astringentes y tónicas.


Los follajes de las reinas de los prados son muy decorativos: Filipendula purpurea ‘Alba’, Filipendula ulmaria ‘Variegata’, Filipendula vulgaris, Filipendula ulmaria ‘Aurea’, Filipendula ‘Red Umbrellas’.
Principales especies y variedades
El género comprende una decena de especies, entre ellas la Filipendula ulmaria o Reina de los prados, que cuenta con numerosos cultivares interesantes como ‘Plena’, que posee flores dobles, y ‘Variegata’, con un follaje variegado en tonos amarillo-dorado y verde.
Las diferentes especies permiten variar las alturas (desde 40 cm hasta casi 2 m de alto) y los colores de los corimbos plumosos (blancos, rosados o rojos).
Espectacular por su tamaño, la Filipendula camtschatica puede alcanzar en buenas condiciones 2 m de altura, mientras que la Filipendula palmata ‘Nana’ no superará los 40 cm de alto en su madurez.

Filipendula ulmaria - Reina de los prados
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 1,20 m

Filipendula Kahome
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 40 cm

Filipendula palmata Nana
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 40 cm

Filipendula rubra Venusta
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 1,80 m

Filipendula ulmaria Variegata
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 60 cm

Filipendula ulmaria Plena
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 1 m

Filipendula camtschatica
- Periodo de floración Agosto hasta Octubre
- Altura en la madurez 2,50 m

Filipendula palmata
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 1 m

Filipendula purpurea Elegans
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 70 cm

Filipendula Red Umbrellas
- Periodo de floración Julio, Agosto
- Altura en la madurez 70 cm
Más información Filipendulas - Reina de los prados
Plantación
¿Dónde plantar la Reina de los prados?
Resistente hasta -15°C, la Filipendula se adapta a casi toda Francia: su único requisito es un suelo húmedo, no tolera la falta de agua ni los suelos secos. Soporta el calor estival en regiones cálidas, siempre que la tierra permanezca fresca, nunca encharcada. Un suelo fresco le permite desarrollarse con vigor.
Crece en zonas húmedas a pleno sol si el suelo permanece fresco o a media sombra en clima cálido, bajo la protección de árboles o arbustos caducos.
Tolerante, se adapta a suelos ordinarios, neutros o ácidos, incluso pesados. Pero es en suelos ricos y húmedos donde alcanza su máximo esplendor, volviéndose más alta y florífera.
Brilla especialmente en los bordes de bosques húmedos, en las orillas de una charca o estanque, iluminando el entorno con su floración luminosa. Es ideal para naturalizar en sotobosques. Resulta espectacular plantada en grupos.
Las variedades más altas (Filipendula rubra, Filipendula camtschatica) forman grandes arbustos estructurales al fondo de los macizos. Las de menor tamaño (‘Kahome’, ‘Nana’) son perfectas para pequeños jardines y aportan ligereza a macizos y bordillos.
¿Cuándo plantar la Filipendula?
Planta la Filipendula en primavera de febrero a abril, cuando ya no haya heladas, o en otoño de septiembre a octubre, tras los calores intensos.
¿Cómo plantar una Reina de los prados?
En terreno abierto
Planta de 3 a 5 pies por m², separados al menos 30-50 cm para un buen desarrollo. Para un efecto bonito junto a un estanque, opta por grupos pequeños.
- Cava un hoyo 2-3 veces más ancho que el cepellón
- En suelos pobres, añade compost maduro en el fondo
- Planta el cepellón a nivel del collar, que quede al ras del suelo
- Rellena con tierra, aprieta bien
- Riega abundantemente y con regularidad en verano para favorecer el arraigo
- Mantén el suelo fresco con acolchado orgánico en verano
Cultivar Filipendula en macetas
Elige variedades pequeñas como ‘Nana’. Más aún que en suelo, la Reina de los prados necesitará mucha agua. Plántala en contenedores grandes, con mezcla de sustrato y compost húmedo. Coloca una capa de drenaje (gravilla o arcilla expandida) en el fondo. Acolcha y riega con frecuencia, sin dejar que el sustrato se seque. Abona regularmente con abono orgánico durante la floración.
Mantenimiento, poda y cuidados
La Reina de los prados es una vivácea poco exigente siempre que no le falte agua. Crece mejor en suelo fresco: los primeros años en primavera y verano, ofrécele riegos abundantes. En veranos especialmente secos, riega a diario pero sin encharcar. Si está junto a un estanque, no necesitarás regarla. Coloca un buen acolchado orgánico alrededor del pie, para limitar la evaporación.
En otoño, aporta una o dos paladas de compost al pie del tocón sobre los rizomas en reposo.
Elimina regularmente las flores marchitas al ras del follaje para prolongar la floración o déjalas secar en la planta para conservarlas todo el invierno.
A finales de invierno o en otoño, corta las matas al ras del suelo. Si tu Reina de los prados se vuelve invasora, limita su expansión cortando los rizomas.
Cosecha de flores
Deliciosa y terapéutica en infusiones, puedes cosechar las flores de la Reina de los prados (Filipendula ulmaria) justo en el momento de su apertura si lo deseas.
Sécalas a la sombra y al abrigo del sol. Guárdalas luego en una bolsa de papel o en un tarro.


El follaje dorado de la Filipendula ulmaria ‘Aurea’ permite iluminar un rincón sombreado del jardín.
Enfermedades y posibles plagas
Nunca enferma, la Reina de los prados es una planta robusta que no es propensa a ninguna enfermedad ni ningún parásito. Es la vivácea perfecta para jardineros principiantes.
Propagación
La Reina de los prados se multiplica muy fácilmente por división de las matas, al cabo de 3 a 5 años, cuando la planta está bien establecida pero el tocón aún no es demasiado difícil de manipular.
- En marzo, con una pala, desentierra algunos rizomas provistos de al menos un ojo antes de que reaparezcan las hojas
- Vuelve a plantar inmediatamente estos fragmentos en el jardín en un suelo bien mullido y fresco, el arraigo es fácil
Asociar
El Reina de los prados es la vivácea aérea imprescindible para iluminar las zonas frescas en un ambiente exuberante. Su silueta elegante y plumosa, su follaje opulento muy recortado, sus inflorescencias rosa pastel, blanco-crema o rosa chicle, aportan mucha ligereza cerca de una charca, en una platabanda húmeda o en un macizo fresco. Es el encanto de los jardines difusos con aires campestres o de estilo pradera a los que ofrece aire, luminosidad y color.


Un ejemplo de asociación natural: Monarda ‘Scorpion’, Deschampsia cespitosa, Veronicastrum virginicum ‘Fascination’, Euphorbia waldsteinii ‘Betten’, Filipendula palmata.
Ya sea alta de casi 2 m (Filipendula camtschatica o F. rubra ‘Venusta’) o de tamaño más modesto (‘Nana’, F. vulgaris ‘Kahome’), se integra en todos los decorados sombreados y frescos, y puede desempeñar tanto el papel deslumbrante en el fondo del macizo creando una niebla de color como de masa aérea florífera para los bordillos de un macizo húmedo en compañía de Geranios vivaces, de polygonums plantas cubresuelos que aprecian la humedad y de Coralitos.
En los bordes de una charca o de una orilla, combinará con vivaces de orillas húmedas, como los lirios japoneses, las Barbas de cabra, los eupatorios, la lisimaque de China, los petasites, las polígonas.
En un jardín silvestre al fondo de un macizo, sus corimbos aéreos rosa o blanco se combinarán felizmente con el malva, el lila, el lavanda, el violáceo y otros tonos fríos de los Astilbes y las salicarias.


Una idea de asociación en tierra siempre fresca: Filipendula rubra ‘Venusta’, Iris hollandica ‘Blue Magic’, Astilbe simplicifolia ‘Pink Lightning’, Astilbe simplicifolia ‘Hennie Graafland’ y Primula bulleyana.
Si bien armoniza con las formas cercanas a los astilbes, contrasta con los contornos más marcados de un Hosta Sun Power o con las hojas gráficas de los carex y los helechos.
Se asocia fácilmente con las bergamotas silvestres y con otras vivaces de follajes generosos como el Acanto mollis, o incluso la Ruibarbo palmeado.
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