
Arce japonés: plantar, podar y cuidar
Contenido
El Arce Japonés en pocas palabras
- El arce japonés es un arbusto elegante, con una arquitectura perfecta y un grafismo increíble.
- Su follaje, finamente recortado, adquiere tonos espectaculares en otoño.
- Es un elemento clave en los jardines japoneses o jardines zen.
- Los arces japoneses son perfectos para pequeños jardines, ¡e incluso se pueden cultivar en macetas!
- Son muy hermosos aislados, para resaltar su impecable silueta.
- Prefieren la media sombra, suelos frescos y drenantes, y deben protegerse del viento.
La palabra de nuestra Experta
Los arces japoneses son pequeños árboles o arbustos cuyo follaje, palmeado y dividido, cambia de color a lo largo de las estaciones, adquiriendo magníficos tonos en otoño. Principalmente incluyen los Acer palmatum y Acer japonicum, así como las numerosas variedades derivadas de ellos. ¡Es posible cultivarlos en macetas e incluso podarlos para convertirlos en bonsáis! Poseen un follaje que nos sorprende por su increíble finura y que, a menudo, se enciende en otoño, justo antes de desaparecer en invierno. Sus colores, generalmente púrpura, rojo o naranja, atraen la mirada en el jardín. Iluminan los rincones sombríos y juegan con la luz. Cuando se planta aislado, su silueta gráfica nos impresiona al revelar una verdadera elegancia natural. Las diferentes variedades tienen follajes cada vez más hermosos, ofreciendo una auténtica diversidad en formas y colores.
Los arces japoneses son arbustos bastante exigentes que necesitan cultivarse en condiciones ideales para revelar todo su potencial: media sombra, suelo imprescindiblemente fresco y drenante, poroso, sustrato ligeramente ácido… Una vez establecidos, el mantenimiento se limitará a algunos riegos en época de sequía (excepto en el caso de cultivo en maceta, donde los riegos deberán ser más regulares), y a aportar de vez en cuando compost y acolchado a sus pies. Especialmente hay que estar atentos a enfermedades como la verticilosis, que pueden causar graves daños. A menos que se desee un manejo particular, como en bonsái o niwaki, el arce japonés puede prescindir perfectamente de la poda. Son árboles pequeños que crecen lentamente, por lo que son especialmente adecuados para pequeños jardines o cultivo en contenedores. Este arbusto, ideal para jardines urbanos, combina a la perfección con helechos y gramíneas. Encaja perfectamente en la composición de un jardín zen de inspiración japonesa.
Botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Acer palmatum, Acer japonicum
Los arces japoneses son magníficos árboles o arbustos de follaje caduco. En Francia, se cuentan 9 especies de arces, pero existen entre 110 y 160 en el mundo. Los arces japoneses reúnen principalmente las especies Acer palmatum, Acer japonicum y Acer shirasawanum, así como las cientos de variedades que derivan de ellas. El Acer palmatum procede de China, Corea, Japón y Taiwán, mientras que el Acer japonicum y el Acer shirasawanum provienen esencialmente de Japón. Se encuentra el Acer palmatum hasta los 1.000 metros de altitud, principalmente en bosques y zonas arboladas.
Los arces pertenecen hoy a la familia de las Sapindaceae, pero antes tenían su propia familia, la de las Aceraceae. Las Sapindaceae agrupan miles de especies (sobre todo árboles y arbustos), entre las que se encuentran los Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum) o los Lichis.
Los Arces Japoneses tienen una arquitectura muy bella, más bien redondeada, pero siempre extremadamente gráfica. Crecen lentamente, lo que los hace aptos para pequeños jardines o para cultivo en maceta, pero no obstante pueden llegar a ser bastante grandes. La mayoría de los arces japoneses pueden alcanzar como máximo 10 metros de altura y envergadura. Algunos, sin embargo, miden hasta 15 metros de altura en estado natural. Su tronco suele estar ramificado desde la base. Su crecimiento lento y su magnífica arquitectura los convierten en buenos sujetos para formarlos como bonsáis. Las ramas son flexibles, a veces colgantes, lo que les da un porte casi llorón, o en forma de cúpula, como en el caso del Acer palmatum ‘Dissectum Garnet’. El Acer palmatum ‘Sangokaku’ nos sorprende con sus magníficas ramillas, de color rojo vivo.
Los Arces Japoneses poseen un follaje excepcional, que ofrece infinitos matices, tanto en las formas como en los colores. Evoluciona a lo largo de las estaciones, adquiriendo magníficos tonos en otoño. Es caduco, y por tanto desaparece en invierno. Las hojas son opuestas, dispuestas una frente a otra en las ramillas.
El follaje de los arces es palmeado. Es precisamente esto lo que le ha dado su nombre de especie al Acer palmatum. El Acer shirasawanum tiene hojas de contornos muy redondeados. El follaje es siempre muy gráfico, y a veces está recortado de forma extremadamente delicada. El Acer palmatum ‘Dissectum’ es sin duda el que tiene las hojas más finas.
Las hojas de los arces japoneses suelen medir entre 5 y 10 centímetros de largo, pero, según las variedades, pueden tomar proporciones diferentes. Así, el Acer palmatum ‘Butterfly’ posee hojas pequeñas que miden solo entre 3 y 5 centímetros de longitud, mientras que las de la variedad ‘Osakazuki’ son mucho más grandes, alcanzando entre 10 y 15 centímetros de largo.
Los arces ofrecen una gran variabilidad en cuanto al recorte de las hojas: desde el follaje simplemente lobulado del Acer shirasawanum ‘Aureum’ hasta el follaje finamente cincelado del Acer palmatum ‘Dissectum’, pasando por el Arce de hojas de Acónito (Acer japonicum ‘Aconitifolium’). Las hojas tienen un número impar de lóbulos, a menudo entre cinco y siete, pero a veces hasta once, especialmente en los Acer japonicum o los Acer shirasawanum.
En cuanto a los colores, la diversidad es igualmente excepcional: desde follajes dorados como el del Acer shirasawanum ‘Aureum’ hasta los follajes más oscuros, como el de la variedad ‘Bloodgood’, pasando por tonos muy vivos y ácidos: ‘Orange Dream’ o ‘Sangokaku’… Incluso se encuentra un arce de follaje abigarrado, marginado de blanco crema o rosa: Acer palmatum ‘Butterfly’. ¡Es raro que árboles o arbustos ofrezcan tal diversidad en los colores de su follaje!
Los follajes de los arces japoneses tienen la ventaja de cambiar de color a lo largo de las estaciones. A menudo adquieren tonos bastante suaves, a veces ácidos en primavera (verde claro, rosa, naranja, amarillo limón), para volverse un poco más oscuros en verano, y finalmente ¡arder literalmente en otoño! Los arces japoneses ofrecen un arcoíris de colores, sin dejar lugar a la monotonía.


¡Las hojas de los Arces Japoneses ofrecen una hermosa paleta de colores! De izquierda a derecha: Acer shirasawanum (foto André Abrahami), Acer palmatum ‘Orange Marmalade’, Acer palmatum ‘Red Pygmy’, Acer palmatum ‘Atropurpureum’ y Acer japonicum ‘Aconitifolium’
A veces poseen cortezas muy bellas, como es el caso del Acer palmatum ‘Sangokaku’ y su madera de color rojo vivo.
El arce japonés florece entre abril y junio. Las flores son rojo púrpura y se agrupan en corimbos colgantes (excepto en el Acer shirasawanum, donde están erectos). Son bastante discretas, ya que son muy pequeñas.
A finales de verano, los arces japoneses portan frutos decorativos de color rojo, las sámaras. También se les llama disámaras ya que se trata de dos semillas pegadas una contra la otra, cada una con un ala. Este conjunto de dos semillas y dos alas puede así recorrer grandes distancias al volar con el viento.
El arce japonés tiene raíces fibrosas y más bien superficiales. Tienden a quedarse en la superficie, y no aprecian la competencia con otras plantas. Debe tener espacio a su alrededor, y el suelo debe trabajarse en una buena anchura. Para cultivo en maceta, habrá que tomar un contenedor de tres a cuatro veces el ancho del cepellón.
Las principales variedades de Arces Japoneses

Arce japonés Orange Dream - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 2 m

Arce japonés Osakazuki - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 4 m

Arce japonés Dissectum - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 1,60 m

Arce japonés Sangokaku - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 3 m

Arce de Shirasawa Autumn Moon - Acer shirasawanum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 3 m

Arce japonés Butterfly- Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 2,50 m

Arce japonés - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 6 m

Arce japonés Aconitifolium
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 3 m

Arce de Shirasawa Aureum - Acer shirasawanum
- Periodo de floración Julio, Agosto
- Altura en la madurez 4 m

Arce japonés Dissectum Garnet - Acer palmatum
- Periodo de floración Mayo, Junio
- Altura en la madurez 3 m
Más información Arces japoneses
La plantación del Arce Japonés
¿Dónde plantar?
Te recomendamos instalar tu arce japonés a media sombra. El pleno sol podría provocar quemaduras en su follaje en verano, mientras que una sombra demasiado densa haría que sus colores sean más apagados, menos espectaculares en otoño.
Plántalo en un suelo fresco, pero imprescindiblemente drenado. Un suelo que retiene agua favorece la aparición de enfermedades criptogámicas, como la verticilosis. Si tu terreno es pesado, arcilloso, deberás trabajar el drenaje aportando gravilla o arena gruesa durante la plantación. No dudes tampoco en plantarlo sobre un montículo o en un terreno en pendiente, para favorecer el desagüe del agua.
El arce japonés aprecia los terrenos ligeramente ácidos. Puedes instalarlo con otras plantas de tierra de brezo, como las azaleas, la andrómeda del Japón (Pieris japonica) o los dafnes.
Encuéntrale un emplazamiento protegido de los vientos fríos o secantes. Evita también plantarlo demasiado cerca de otros árboles o arbustos: no le gusta mucho la competencia a nivel de raíz…
Aprecia los suelos ricos en materia orgánica. Te recomendamos aportar compost bien descompuesto durante la plantación.
Es muy importante encontrar el emplazamiento ideal para tu arce japonés. Es una planta delicada, que será más fácilmente afectada por enfermedades o plagas si las condiciones no le convienen. Si tu terreno no está adaptado a su cultivo, puedes también instalarlo en maceta y colocarlo por ejemplo en tu terraza o en un patio.


Instala tus arces japoneses a media sombra. Aquí, Acer japonicum ‘Aconitifolium’ (foto Jean-Pol Grandmont)
¿Cuándo plantar?
Planta tu arce japonés preferentemente en otoño, para dejarle tiempo a instalarse bien. En las regiones húmedas sin embargo, prioriza una plantación en primavera entre marzo-abril.
¿Cómo plantar?
- Coloca el cepellón en una charca llena de agua, durante unos 15 minutos.
- Cava un hoyo de plantación, de tres a cuatro veces el ancho del cepellón, pues el sistema radicular de los arces es superficial y tiende a extenderse fácilmente en anchura.
- Aporta compost bien descompuesto, un poco de tierra de brezo, y gravilla o arena gruesa para el drenaje.
- Planta tu arce japonés a nivel del collar cuidando de no enterrar el punto de injerto bajo la tierra.
- Reemplaza la tierra alrededor del cepellón y aprieta delicadamente.
- Riega copiosamente.
- Coloca a sus pies un acolchado para conservar la frescura del suelo en verano.
No dudes en cultivar tu arce japonés en maceta, eligiendo un contenedor bastante ancho. Dispon en el fondo una capa de gravilla o trozos de maceta para permitir el drenaje. Luego instala un sustrato constituido por una mezcla de tierra de jardín, compost bien descompuesto, cortezas de pino y bolas de arcilla. Planta el arbusto, reemplaza el sustrato, luego aprieta y riega. Habrá que estar atento a los riegos, pues en maceta el sustrato se seca mucho más rápido que en terreno abierto.
Para plantar bien el Arce japonés, en el jardín o en maceta, descubre nuestras fichas: «Arce japonés: cómo lograr su plantación» y «Arce japonés en maceta: elección, plantación y mantenimiento» y ¿Qué arces japoneses se pueden cultivar en maceta?
Mantenimiento
El arce japonés es un árbol delicado que es fácilmente afectado por enfermedades si no se planta en buenas condiciones. Hay que estar atentos para poder conservarlo durante mucho tiempo. Como le gustan los suelos ricos y ligeros, agradecerá un aporte de compost bien descompuesto una vez al año. Las hojas de los arces a veces se queman por el sol en verano o por las heladas tardías en primavera. En las regiones más frías, puedes colocar una capa de acolchado al pie de tus arces en otoño para protegerlos del frío y, si se cultivan en macetas, envolverlos con una manta de invernada. También te aconsejamos trasplantar tus arces japoneses cada dos o cuatro años. Hazlo a finales del invierno, justo antes de la vegetación inicial.
Los arces japoneses necesitan frescor, por eso es importante regar durante el verano y en cada período de sequía. Sin embargo, el arce japonés teme el exceso de humedad, hay que encontrar el justo medio y dejar que la tierra se seque entre riegos. Tendrás que estar aún más atento a la falta de agua si los cultivas en contenedores. Puedes instalar un acolchado para mantener el suelo fresco. Necesitan agua, especialmente durante los primeros años. Se vuelven más resistentes con la edad. Evita usar agua calcárea y prefiere el agua de lluvia. En verano, te recomendamos rociar el follaje de tu arce japonés al final del día. Esto ayuda a refrescarlo y al mismo tiempo previene la aparición de arañas rojas.
Los arces japoneses son muy sensibles a la verticilosis, una enfermedad causada por un hongo que se desarrolla en suelos pesados y húmedos. Las hojas se marchitan, las ramas se secan poco a poco y el árbol a menudo termina muriendo. No hay tratamiento, solo medidas preventivas, comenzando por el drenaje. Para más información, consulta nuestro artículo Arces japoneses, ¡cuidado con la verticilosis!
El arce japonés a veces es afectado por el hongo coralino (Nectria cinnabarina), un hongo que se propaga y hace morir las ramas. Se caracteriza por la presencia de pústulas anaranjadas en las ramas. Corta las partes afectadas para limitar la extensión de la enfermedad.
El arce japonés también es sensible al armillaria color de miel, Armillaria mellea, o pudrición de raíces. Se trata también de un hongo. Hace que las raíces y la base del tronco se pudran, provocando el marchitamiento rápido de las hojas y la muerte de las ramas.
Para todas estas enfermedades causadas por hongos, hay que podar las ramas afectadas y quemarlas para limitar su expansión. Recuerda siempre desinfectar bien tus herramientas de corte.
En cuanto a las plagas, el arce japonés a veces es atacado por orugas defoliadoras, que se comen sus hojas, lo que lo debilita mucho. Corta y quema las partes afectadas. En caso de un ataque importante, puedes preparar y aplicar una decocción de ajo o tratar con un producto a base de Bacillus thuringiensis. El arce japonés también puede ser infestado por cochinillas, reconocibles por su aspecto blanco y algodonoso, así como por pulgones (especialmente en primavera, en las hojas más jóvenes). Las cochinillas y los pulgones debilitan el árbol al extraer la savia y secretan una melaza que favorece el desarrollo de hongos, como la fumagina. Si detectas estos insectos en tu arce, trata con una mezcla de jabón negro, aceite de colza y alcohol de 90° diluidos en agua. Contra los pulgones, también puedes usar purín de ortiga. También puede ocurrir que los arces sean objetivo de arañas rojas. Puedes evitarlas rociando regularmente el follaje de tu arce, algo que él agradecerá especialmente.
Para identificar, prevenir y tratar enfermedades y plagas, descubre nuestra ficha consejo: «Arces japoneses: enfermedades y plagas»
Si tus arces japoneses no están afectados por ninguna enfermedad, es preferible no podarlos. Esto los debilita y las heridas son puertas de entrada para enfermedades como la verticilosis. Los arces japoneses son arbustos de crecimiento lento: podarlos podría ralentizar aún más su crecimiento. Evita intervenir en ejemplares jóvenes, deja que tu arbusto crezca de forma natural al menos durante los primeros años. Si deseas intervenir en tu arce para equilibrarlo o darle una bonita forma, hazlo en invierno (entre noviembre y febrero), cuando el arbusto está en reposo vegetativo, fuera de los períodos de heladas. Una excepción: puedes podar durante el período de vegetación para eliminar ramas muertas, ya que son más fáciles de identificar. Desinfecta tus herramientas para evitar transmitir enfermedades. También te aconsejamos aplicar masilla cicatrizante en las heridas.
Para saber todo sobre la poda del Arce japonés, sigue nuestros consejos: «Arce japonés: poda de mantenimiento, en bonsái o niwaki»
Propagación
Es posible multiplicar los arces japoneses por siembra, por esquejes o por injerto. Te recomendamos el esqueje, lo que te asegurará obtener una planta idéntica a la variedad original. Sin embargo, algunas variedades son difíciles de multiplicar con esta técnica.
La siembra
Las semillas de arce japonés necesitan un periodo de frío para romper su periodo de latencia y así poder germinar en primavera. Por lo tanto, hay que estratificarlas pasándolas por el refrigerador durante algunos meses antes de poder plantarlas en macetas. Prioriza la siembra para las especies tipo, como el Acer palmatum.
- Recoge las semillas en otoño
- Las semillas están unidas a un ala. Puedes separarla para sembrarlas más fácilmente.
- Llena una bandeja con arena húmeda y mezcla las semillas con la arena. Cierra la bandeja en una bolsa de plástico y colócala en el cajón de las verduras del refrigerador durante al menos tres meses. También puedes usar directamente un recipiente hermético en lugar de la bandeja y la bolsa de plástico.
- Cuando las semillas hayan empezado a germinar, sácalas poco a poco para trasplantarlas.
- Prepara macetas con una mezcla de sustrato, arena y un poco de tierra de brezo.
- Trasplanta los retoños jóvenes en estas macetas.
- Riega
- Coloca tus siembras a resguardo del sol.
El esqueje
Puedes multiplicar tus arces japoneses por esquejes de madera blanda a principios del verano, hacia el mes de junio. Sin embargo, algunas variedades son difíciles de reproducir con esta técnica. La especie tipo, Acer palmatum, se esqueja bastante bien.
- Llena una maceta con una mezcla de sustrato y perlita o arena gruesa, humedece y compacta ligeramente.
- Haz un agujero con un lápiz o un palito de madera.
- Toma un fragmento de tallo sano del año, de unos 15 centímetros de largo. Corta justo debajo de un nudo (nacimiento de hojas), de forma limpia y con una herramienta desinfectada.
- Elimina las hojas situadas en la base del esqueje y deja solo dos o tres en la parte superior.
- Si lo deseas, sumerge la base del tallo en agua y luego en hormona de enraizamiento para favorecer el desarrollo de raíces.
- Haz un agujero en el sustrato con un lápiz o un palito de madera y coloca allí el esqueje.
- Presiona el sustrato alrededor del tallo para asegurar un buen contacto entre la tierra y el esqueje, y evitar bolsas de aire.
- Coloca la maceta en un lugar luminoso pero sin sol directo, idealmente a una temperatura de 20-25 °C.
- Rocía el esqueje varias veces al día para evitar que se seque. También puedes colocar una bolsa de plástico sobre las macetas para mantener una atmósfera húmeda. Debe estar perforada y tendrás que quitarla de vez en cuando para evitar que se desarrollen hongos.
- Riega regularmente. El sustrato debe estar fresco, pero sin exceso de humedad.
El injerto
Las variedades de arces japoneses comercializadas suelen proceder de un injerto. La siembra no garantiza obtener una planta idéntica a los padres, y algunas variedades son muy difíciles de multiplicar por esquejes. El injerto sigue siendo entonces la única solución eficaz para estas variedades.
Interviene a finales de invierno (febrero – marzo), o en julio-agosto. Idealmente, se utiliza como portainjerto Acer negundo o Acer palmatum. Elige como injerto la variedad que deseas multiplicar.
Los arces japoneses se injertan preferentemente por aproximación. Toma una rama de unos 15 centímetros de largo y corta la base en bisel. Haz la misma hendidura en el portainjerto, un poco por encima del collar, luego inserta la rama en esta hendidura y mantenla en su lugar con una goma. Aplica masilla para facilitar la cicatrización y evitar el desarrollo de enfermedades. Cuando el injerto haya prendido, podrás cortar el portainjerto.
También es posible hacer un injerto de escudete a principios de primavera o en el mes de agosto.
Asociación
Los arces japoneses son perfectos para integrar un jardín zen, un jardín muy relajante de inspiración japonesa y de predominio mineral. Planta bambúes, Cornus kousa o azaleas. Instala pequeñas plantas, como musgos, gramíneas y ophiopogons. Añade algunos arbustos podados en forma de nube, como los Pinus sylvestris.
Como los arces aprecian los terrenos más bien ácidos, se combinan naturalmente con otras plantas de tierra de brezo. Disfruta de las flores del Kalmia latifolia, las azaleas o dafnes, así como del follaje decorativo, teñido de rojo, de la Andrómeda del Japón, Pieris japonica.


Una idea de asociación en tierra de brezo: Acer palmatum y Rhododendron (Crédito Foto GAP Dave Zubraski)
El arce japonés es especialmente adecuado para jardines urbanos. Crea un jardín contemporáneo, por ejemplo instalándolo en un patio, plantado en maceta en medio de un decorado más bien mineral y gráfico. Añade algunos helechos, gramíneas u ophiopogons.
No dudes en colocar tu arce japonés junto a otras plantas de follaje decorativo: hostas, coralitos, helechos, gramíneas… Disfruta del magnífico follaje dorado de la Hakonechloa macra ‘All Gold’. Los arces japoneses siempre combinan a la perfección con los helechos. Quizás porque estas plantas comparten una elegancia y un grafismo naturales. Nos impresionan por la finura de su follaje y transmiten una sensación de ligereza y frescura.


Acer palmatum ‘Garnet’ con Hosta ‘August Moon’, Coralito ‘Pinot Noir’ y Blechnum spicant (Copyright GAP Photos-Sarah Cuttle), Coralito ‘Marmalade’, Acer palmatum, Dryopteris cycadina.
Puedes jugar con los colores, por ejemplo creando macizos de tonos cálidos, con Acer palmatum ‘Sangokaku’, Coralito ‘Marmelade’ y Persicaria runcinata ‘Purple Fantasy’. Aprovecha el follaje flamígero del arce para componer una escena otoñal espectacular. Planta a su lado plantas como Eupatorium maculatum ‘Atropurpureum’, Sedum spectabile, algunos dalias, Cornus alba ‘Sibirica’ o el Árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica), cuyo follaje adquiere hermosos tonos en otoño. Tampoco dudes en resaltar el follaje colorido de tu arce entre plantas de tonos más oscuros, plantando por ejemplo Acer shirasawanum ‘Aureum’ junto al coralito ‘Obsidian’ o el Sambucus nigra ‘Black Lace’… ¡Obtendrás un contraste notable!
¿Necesitas un poco más de inspiración? Visita nuestra ficha consejo: «Arces japoneses: 9 ideas de combinaciones exitosas»
¿Lo sabías?
- ¡Un espectáculo otoñal en Japón!
En Japón existe una tradición que consiste en contemplar el espectáculo de las hojas que adquieren colores flamboyantes en otoño, especialmente las de los Arces Japoneses. Esta costumbre se llama momijigari (momiji significa Arce). Se denomina kôyô a la época del cambio de color de estas hojas. El mejor lugar para admirarlas es la región de Kioto, en particular en algunos templos. Los arces suelen estar iluminados para resaltar sus colores durante la noche.
Recursos útiles
- Nuestra amplia gama de arces, entre los que se incluyen numerosos arces japoneses
- Un artículo de Michael en nuestro blog: Arces japoneses: ¡Cuidado con la verticilosis!
- Dos vídeos que explican cómo estratificar las semillas de arce japonés, y luego cómo trasplantarlas de una maceta a otra
- Nuestras fichas de consejos:
- Para leer: nuestras fichas de consejos sobre arces japoneses por color de hojas: 6 arces japoneses de hojas verdes, 7 arces japoneses de hojas rojas, Arces japoneses: los colores otoñales más bonitos
Preguntas frecuentes
-
¡El follaje de mi arce se seca y se cae!
Probablemente sufre de falta de agua. El arce japonés no tolera la sequía. Riega durante períodos de sequía y coloca mantillo para mantener el suelo fresco. Hay que ser muy vigilante con los riegos, especialmente durante los primeros años. Posteriormente, el arbusto se vuelve un poco más resistente. Del mismo modo, si los cultivas en maceta, el sustrato se secará rápidamente y tendrás que asegurar riegos regulares.
También puede ser un signo de verticilosis, una enfermedad criptogámica (causada por un hongo), que se transmite por el suelo. Lamentablemente, no hay un tratamiento curativo, solo medidas de prevención, como el drenaje del suelo durante la plantación.
-
Las ramas de mi arce porte grandes manchas negras y se secan. ¿Qué hacer?
Probablemente se trate de la verticilosis, que causa necrosis y hace que las ramas mueran una tras otra. Lamentablemente, no existe un tratamiento eficaz contra esta enfermedad. Elimina y quema inmediatamente las partes afectadas para limitar su expansión. También te recomendamos desinfectar cuidadosamente las herramientas de poda. Limita los riegos, especialmente si tu arce está plantado en terreno abierto, y deja que la tierra se seque entre riego y riego, ya que la humedad favorece el desarrollo de esta enfermedad.
-
¡El follaje muestra signos de quemaduras!
Tu arce probablemente ha estado expuesto al sol directo. Es mejor colocarlo a media sombra, preferiblemente bajo árboles caducos. Los follajes claros son los más sensibles y se queman con más facilidad que los arces de hojas oscuras.
-
El follaje de otoño no es excepcional, los colores son apagados.
Esto ocurre cuando los arces se plantan en una sombra demasiado densa... ¡los colores de las hojas se desvanecen! Al igual que con la humedad, hay que encontrar el medio adecuado: una situación luminosa pero sin demasiado sol directo. La media sombra es la exposición que mejor les conviene.
-
¡Mi arce japonés no echa retoños!
Son árboles y arbustos de crecimiento lento. Ten paciencia. De lo contrario, es posible que tu terreno esté demasiado compacto, lo que limita su desarrollo, o que el sustrato no sea lo suficientemente rico. Te recomendamos añadir compost una vez al año.
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