Albaricoquero: plantación, poda y cuidados

Albaricoquero: plantación, poda y cuidados

Nuestros consejos para abundantes cosechas

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Modificado el 2 Julio 2024  por Ingrid B. 3 min.

El albaricoquero es un árbol frutal fácil de cultivar, en suelo drenado, en el jardín, en el huerto e incluso, para algunas variedades, en macetas, en la terraza.

Es resistente a la sequía y requiere poco mantenimiento. Su magnífica floración en primavera da paso, en verano, a deliciosos frutos jugosos y llenos de jugo… siempre que lo plantes bien, lo cuides y lo podes. ¡Descubre nuestros consejos!

Invierno, Primavera, Verano, Otoño Dificultad

¿Dónde plantar el albaricoquero?

El albaricoquero se adapta perfectamente al huerto, pero también puede encontrar su lugar en el jardín, aislado sobre el césped o al fondo de un macizo, gracias a su floración primaveral muy ornamental.

El albaricoquero es resistente a la sequía pero teme el exceso de humedad. Elige un lugar soleado y protegido, con suelo bien drenado.

Para espacios pequeños, existen variedades enanas (por ejemplo Garden Aprigold®), que se cultivan en terreno abierto o en macetas.

El albaricoquero se puede plantar en toda Francia, aunque la cosecha será más incierta en el norte. De hecho, el albaricoquero es muy resistente, pero las flores son particularmente sensibles a las heladas primaverales. Si vives al norte del Loira, opta por una variedad de floración tardía y, si es posible, entutora el albaricoquero junto a un muro orientado al sur. A excepción de algunas variedades, la mayoría de los albaricoqueros son autopolinizantes. Por lo tanto, no es indispensable la presencia de otra variedad, aunque sí permite optimizar la fructificación.

¿Cuándo y cómo plantarlo?

El albaricoquero con raíces desnudas se planta idealmente entre octubre y marzo, fuera de los períodos de heladas. Los ejemplares en contenedor pueden plantarse durante todo el año, excepto en épocas de mucho calor o heladas.

Es un frutal que se adapta a todo tipo de suelos, incluso pedregosos y ligeramente calcáreos, aunque prefiere especialmente los suelos bien drenados y ligeros.

Para plantar:

  • Afloja bien la tierra en profundidad, elimina las piedras y malas hierbas. Añade un poco de grava para mejorar el drenaje si es necesario.
  • Cava un hoyo de 3 a 4 veces el volumen del cepellón. Separa la tierra del fondo de la de la superficie. Mezcla cuerno triturado y materia orgánica (mantillo, compost…) con la tierra del fondo y coloca esta mezcla en el fondo del hoyo.
  • Coloca un tutor, sitúa el cepellón y cubre con la tierra de la superficie sin enterrar el injerto de yema.
  • Forma una pequeña cuenca alrededor del pie y riega abundantemente. Finalmente, ata el tutor al plantón formando un 8 con la atadura, sin tocar el tronco.

El albaricoquero puede cultivarse en pleno viento o guiado sobre un soporte (como frutal en espaldera oblicua o «a la diabla», por ejemplo).

albaricoquero_flores albaricoquero_fruta Recolección del albaricoquero

Cuidarlo bien, evita las enfermedades

Para cuidar bien tu albaricoquero:

  • Cada año, en otoño, añade compost maduro en la superficie.
  • En invierno, agrega una pequeña palada de ceniza de madera, rica en potasa, para mejorar la fructificación. Si es necesario, escarda al pie del árbol.
  • Riega el primer año de plantación y luego según las necesidades, principalmente en caso de calor intenso.

El albaricoquero puede ser susceptible a diversas enfermedades. Rocía de forma preventiva mezcla bordelesa y decocciones de cola de caballo para combatir el enrollamiento de las hojas del melocotonero (hojas abultadas) y la moniliosis (secado de las flores y podredumbre de los frutos en el árbol). Si observas exudaciones de goma, limpia la goma, elimina las partes enfermas y aplica un cicatrizante.

Descubre nuestra ficha completa sobre las enfermedades y parásitos del albaricoquero y ¿Por qué mi albaricoquero no fructifica? Causas y soluciones

Podar el albaricoquero

La poda del albaricoquero se realiza aproximadamente cada 3 años (excepto para las formas en espaldera que se podarán cada año, priorizando las yemas florales).

Se lleva a cabo en otoño, después de la caída de las hojas o, en su defecto, en invierno, fuera del período de heladas. Para hacerlo:

  • Elimina si es necesario los rechazos que hayan crecido al pie del árbol y los retoños que se desarrollen en el tronco del árbol.
  • Retira las ramas muertas o rotas, así como las que se entrecruzan.
  • Corta las ramillas y algunas ramas interiores, para permitir que el aire y la luz circulen en el medio.
  • Poda las puntas de las ramas por encima de una yema orientada hacia el exterior.
  • Aplica un cicatrizante como arcilla en las heridas de poda.
  • En mayo-junio, después de la caída natural de los frutos malformados, elimina los frutos en exceso. Este aclareo, que permite obtener frutos más grandes y limitar el fenómeno de alternancia, puede realizarse en 2 o 3 veces.
  • En verano, suprime también las pequeñas ramas que crecen hacia el interior. Después de varios años, si la producción comienza a disminuir, puedes realizar una poda de restauración reduciendo a la mitad las ramas principales para fortalecer los ramillos fructiferos.

 

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