
Albaricoquero: plantación, poda y cuidados
Nuestros consejos para abundantes cosechas
Contenido
El albaricoquero es un árbol frutal fácil de cultivar, en suelo drenado, en el jardín, en el huerto e incluso, para algunas variedades, en macetas, en la terraza.
Es resistente a la sequía y requiere poco mantenimiento. Su magnífica floración en primavera da paso, en verano, a deliciosos frutos jugosos y llenos de jugo… siempre que lo plantes bien, lo cuides y lo podes. ¡Descubre nuestros consejos!
¿Dónde plantar el albaricoquero?
El albaricoquero se adapta perfectamente al huerto, pero también puede encontrar su lugar en el jardín, aislado sobre el césped o al fondo de un macizo, gracias a su floración primaveral muy ornamental.
El albaricoquero es resistente a la sequía pero teme el exceso de humedad. Elige un lugar soleado y protegido, con suelo bien drenado.
Para espacios pequeños, existen variedades enanas (por ejemplo Garden Aprigold®), que se cultivan en terreno abierto o en macetas.
El albaricoquero se puede plantar en toda Francia, aunque la cosecha será más incierta en el norte. De hecho, el albaricoquero es muy resistente, pero las flores son particularmente sensibles a las heladas primaverales. Si vives al norte del Loira, opta por una variedad de floración tardía y, si es posible, entutora el albaricoquero junto a un muro orientado al sur. A excepción de algunas variedades, la mayoría de los albaricoqueros son autopolinizantes. Por lo tanto, no es indispensable la presencia de otra variedad, aunque sí permite optimizar la fructificación.
¿Cuándo y cómo plantarlo?
El albaricoquero con raíces desnudas se planta idealmente entre octubre y marzo, fuera de los períodos de heladas. Los ejemplares en contenedor pueden plantarse durante todo el año, excepto en épocas de mucho calor o heladas.
Es un frutal que se adapta a todo tipo de suelos, incluso pedregosos y ligeramente calcáreos, aunque prefiere especialmente los suelos bien drenados y ligeros.
Para plantar:
- Afloja bien la tierra en profundidad, elimina las piedras y malas hierbas. Añade un poco de grava para mejorar el drenaje si es necesario.
- Cava un hoyo de 3 a 4 veces el volumen del cepellón. Separa la tierra del fondo de la de la superficie. Mezcla cuerno triturado y materia orgánica (mantillo, compost…) con la tierra del fondo y coloca esta mezcla en el fondo del hoyo.
- Coloca un tutor, sitúa el cepellón y cubre con la tierra de la superficie sin enterrar el injerto de yema.
- Forma una pequeña cuenca alrededor del pie y riega abundantemente. Finalmente, ata el tutor al plantón formando un 8 con la atadura, sin tocar el tronco.
El albaricoquero puede cultivarse en pleno viento o guiado sobre un soporte (como frutal en espaldera oblicua o «a la diabla», por ejemplo).



Ver también
Cómo plantar un árbol frutal ?Cuidarlo bien, evita las enfermedades
Para cuidar bien tu albaricoquero:
- Cada año, en otoño, añade compost maduro en la superficie.
- En invierno, agrega una pequeña palada de ceniza de madera, rica en potasa, para mejorar la fructificación. Si es necesario, escarda al pie del árbol.
- Riega el primer año de plantación y luego según las necesidades, principalmente en caso de calor intenso.
El albaricoquero puede ser susceptible a diversas enfermedades. Rocía de forma preventiva mezcla bordelesa y decocciones de cola de caballo para combatir el enrollamiento de las hojas del melocotonero (hojas abultadas) y la moniliosis (secado de las flores y podredumbre de los frutos en el árbol). Si observas exudaciones de goma, limpia la goma, elimina las partes enfermas y aplica un cicatrizante.
→ Descubre nuestra ficha completa sobre las enfermedades y parásitos del albaricoquero y ¿Por qué mi albaricoquero no fructifica? Causas y soluciones
Podar el albaricoquero
La poda del albaricoquero se realiza aproximadamente cada 3 años (excepto para las formas en espaldera que se podarán cada año, priorizando las yemas florales).
Se lleva a cabo en otoño, después de la caída de las hojas o, en su defecto, en invierno, fuera del período de heladas. Para hacerlo:
- Elimina si es necesario los rechazos que hayan crecido al pie del árbol y los retoños que se desarrollen en el tronco del árbol.
- Retira las ramas muertas o rotas, así como las que se entrecruzan.
- Corta las ramillas y algunas ramas interiores, para permitir que el aire y la luz circulen en el medio.
- Poda las puntas de las ramas por encima de una yema orientada hacia el exterior.
- Aplica un cicatrizante como arcilla en las heridas de poda.
- En mayo-junio, después de la caída natural de los frutos malformados, elimina los frutos en exceso. Este aclareo, que permite obtener frutos más grandes y limitar el fenómeno de alternancia, puede realizarse en 2 o 3 veces.
- En verano, suprime también las pequeñas ramas que crecen hacia el interior. Después de varios años, si la producción comienza a disminuir, puedes realizar una poda de restauración reduciendo a la mitad las ramas principales para fortalecer los ramillos fructiferos.
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