Los Aronias son arbustos apreciados por sus bayas negras o rojas comestibles, con un sabor similar al de la grosella negra. Son arbustos originarios de América del Norte, que miden entre 50 cm y 3 m de altura, según la especie. Tienen hojas simples, ligeramente dentadas, que adquieren preciosos tonos rojos o anaranjados en otoño. Descubre todos nuestros consejos para podar el Aronia: ¿qué material se necesita, cuándo y cómo podarlo?

¿Por qué podar el Aronia?
La poda del Aronia es opcional, no es indispensable para su desarrollo, sin embargo mejora la producción de bayas y permite dar al arbusto una forma más equilibrada y controlar sus dimensiones. Si la mayoría de los Aronias son bastante compactos, algunos como el Aronia arbutifolia pueden alcanzar en su madurez hasta 3 m de altura. Podar el Aronia facilitará la cosecha de las bayas, que estarán así a la altura adecuada. También permite rejuvenecer un ejemplar de Aronia, ayudarlo a densificarse y eliminar las partes muertas, enfermas o dañadas. Además, el Aronia se extiende produciendo chupones (nuevos retoños que se forman a partir de las raíces): la poda permite limitarlos y controlar su desarrollo.
¿Cuándo podar el Aronia?
El Aronia se poda a finales de invierno, entre febrero y marzo, cuando aún está en reposo. En ejemplares de al menos 5 años, te recomendamos realizar una poda severa un año sí y otro no, para rejuvenecerlos, y una poda más ligera los demás años. También es posible realizar una poda ligera después de la floración, acortando los brotes del año y el follaje.
El Aronia tiende a emitir chupones. Puedes podarlos cuando los veas, a medida que vayan apareciendo.

¿Cómo podar el Aronia?
Antes que nada, es preferible desinfectar las herramientas de corte con alcohol de 90° para evitar propagar enfermedades de una planta a otra.
Asegúrate también de cortar siempre justo por encima de una ramificación o un nudo (punto de inserción de las hojas y tallos). Así, la planta cicatrizará y rebrotará más fácilmente. Igualmente, es preferible cortar en bisel, para que el agua de lluvia no se estanque en la herida.
- Empieza por eliminar las ramas enfermas, dañadas o muertas.
- Elimina las que te parezcan mal situadas así como las que se cruzan, y podrían estorbarse.
- Aclara el centro del arbusto, para permitir que la luz penetre. Esto favorecerá también una mejor circulación del aire, y limitará los riesgos de enfermedades.
- Poda las puntas de las ramas, para acortarlas ligeramente.
- Cada dos años, puedes cortar las ramas viejas a aproximadamente 1/3 de su longitud, para estimular el crecimiento de nuevos brotes y regenerar el arbusto.
- Recuerda tomar distancia para observar la forma general del arbusto. Debe ser armoniosa, con ramas bien distribuidas.
- Poda también los chupones cortándolos al ras del suelo.
El material necesario
- Una podadera
- Opcionalmente, una tijera cortasetos, para la poda de los brotes jóvenes y el follaje
- Un cortarramas para el rebaje de las ramas gruesas
- Un par de guantes

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