
Plantar Nerinas
Dónde y cómo
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Las nerinas, también llamadas «Nerine», son plantas bulbosas que producen flores delicadas y elegantes, a menudo en forma de trompeta, en tonos vibrantes que van del rosa al rojo. Su floración tardía, en otoño, aporta un toque de color vibrante al jardín en una época en la que muchas otras plantas se preparan para el invierno. Plantar bulbos de nerinas requiere algunos cuidados específicos, pero el resultado vale con creces el esfuerzo. ¡Descubramos cómo lograr su plantación y mantenimiento con éxito!
→ Si deseas saber más sobre las nerinas en general, lee Nerine, Lis de Guernesey: plantación, cultivo y cuidados.
¿Qué son las nerinas?
Las nerinas (Nerine) son plantas perennes bulbosas originarias principalmente de Sudáfrica. Su follaje suele ser fino y en forma de cinta, mientras que sus flores aparecen en tallos erectos, desprovistos de hojas, lo que las hace especialmente elegantes. Son apreciadas por su capacidad de florecer tardíamente en la temporada, generalmente de septiembre a noviembre, cuando pocas plantas aún ofrecen una hermosa floración. Las variedades más comunes proceden de la especie Nerine bowdenii, muy resistentes y bien adaptadas a nuestros climas templados.

La floración de la Nerine bowdenii
¿Cuándo plantar nerinas?
Los bulbos de nerinas deben plantarse en primavera, idealmente entre marzo y mayo. Esto les da tiempo para enraizar antes de la llegada del calor estival.
También es posible plantarlos en otoño, especialmente en regiones donde los inviernos no son demasiado rigurosos, pero no es el momento ideal.
¿Dónde plantar nerinas?
Las nerinas aprecian especialmente los emplazamientos a pleno sol, ya que les encanta el calor y la luz. En un jardín, quedan perfectas en un macizo bien expuesto o al pie de un muro que refleje el calor. Crecen en bordillos, en jardines de rocalla o a lo largo de caminos.
Elección del sustrato de plantación
Como muchos bulbos, las Nérinas prefieren suelos muy drenantes, ricos y ligeros y son resistentes cuando la humedad no se estanca en invierno.
Modo de plantación
Plántalas al sol, a 10 cm de profundidad, espaciadas 8 cm y añade si es necesario arena pura en la plantación. Riega muy moderadamente. En las regiones al norte del Loira, es preferible cultivarlas en macetas que protegerás en invierno.

Bulbos de Nerinas
En terreno abierto
- Preparar el suelo: afloja la tierra a unos 20 cm de profundidad. Si es necesario, mejora el drenaje con compost o grava.
- Espaciar los bulbos: los bulbos deben plantarse en grupo para un buen efecto visual. Espácialos de 10 a 15 cm entre sí.
- Profundidad de plantación: a diferencia de otros bulbos, los bulbos de nerinas no deben enterrarse completamente. Plántalos con su extremo superior aflorando en la superficie del suelo, o apenas cubierto de tierra (no más de 2-3 cm).
- Apisonar ligeramente y regar: una vez plantados, apisona suavemente la tierra alrededor de los bulbos y riega ligeramente para ayudar a su enraizamiento, pero no los encharcues.
En macetas
Elige una maceta de al menos 20 a 30 cm de diámetro. Si deseas plantar varios bulbos en una misma maceta, opta por un contenedor aún más ancho, ya que es importante dejar 10 a 15 cm de espacio entre cada bulbo. La maceta debe ser lo suficientemente profunda (al menos 20 cm) para permitir que las raíces se desarrollen correctamente. Y asegúrate de que la maceta tenga agujeros de drenaje en el fondo.
- Sustrato recomendado: utiliza una mezcla de sustrato universal combinado con una buena proporción de arena o perlita para garantizar un drenaje eficaz. Una buena proporción es de 2/3 de sustrato universal por 1/3 de arena.
- Profundidad de plantación: en maceta, los bulbos de nerinas deben plantarse con su extremo superior (el «cuello») visible en la superficie del sustrato, o apenas cubierto (1 a 2 cm máximo). Las nerinas no toleran estar enterradas demasiado profundamente.
- Espaciamiento: si plantas varios bulbos en una misma maceta, deja 10 a 15 cm de separación entre cada bulbo para evitar la competencia entre las plantas.
- Riego: riega ligeramente después de plantar los bulbos, pero evita encharcar el sustrato. El exceso de humedad es la principal causa de pudrición de los bulbos. Posteriormente, deja que el sustrato se seque entre riegos, especialmente durante el período estival.
Cuidados después de la plantación
Las nerinas requieren relativamente poco mantenimiento después de su plantación, pero algunos gestos sencillos te asegurarán una hermosa flora:
- Riego: después de la plantación, deja que la tierra se seque entre riegos, especialmente en verano. Evita absolutamente el exceso de humedad. Las nerinas toleran bien la sequía.
- Acolchado: en invierno, en regiones frías, un acolchado puede ser útil para proteger los bulbos del frío, aunque generalmente toleran temperaturas de hasta -10 °C en el caso de la Nerine bowdenii.
- División de las matas: las nerinas pueden permanecer en el mismo lugar varios años. Si la flora disminuye, considera dividir las matas después de la flora o en primavera, cada 4 o 5 años.
- Fertilizante: las nerinas no necesitan mucho fertilizante. Un aporte ligero de fertilizante para plantas florales en primavera, justo después de la aparición de los primeros brotes, puede estimular su crecimiento, pero sé moderado.
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