
Manzano: plantación, poda y cuidados
para abundantes cosechas de manzanas
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El manzano (Malus domestica) es uno de los árboles frutales más populares en jardines y huertos, símbolo de generosidad y renovación a lo largo de las estaciones. Apreciado por su hermosa floración primaveral y sus frutos sabrosos, el manzano destaca por su facilidad de cultivo, siempre que se respeten algunos principios básicos. Su éxito depende de una buena plantación, una poda adecuada y cuidados regulares. En este artículo, exploraremos en detalle cada paso clave para garantizar la vitalidad y productividad de tu manzano. ¡Sigue nuestros consejos!
¿Dónde plantar el manzano?
El manzano, con su facilidad de cultivo y su floración espectacular, se integra armoniosamente en diversos espacios del jardín, ya sea en un huerto clásico o en un rincón más ornamental. Este árbol frutal, majestuoso cuando se planta solo sobre el césped o discretamente integrado en un macizo floral, aporta un toque de carpe a tu espacio exterior. Para asegurar su crecimiento óptimo, prioriza una ubicación bien soleada, preferiblemente protegida de los vientos fuertes. Esta condición es esencial para favorecer una floración abundante y una buena maduración de los frutos.
Los jardines de pequeño tamaño también pueden disfrutarlo, pues algunas variedades enanas, como la ‘Garden Sun Red®, se adaptan perfectamente al cultivo en terreno abierto o en macetas. Estas variedades compactas ofrecen una solución ideal para quienes desean disfrutar de la belleza y los beneficios de un manzano sin disponer de un gran espacio.
En cuanto a su conducción, el manzano muestra flexibilidad. Puede cultivarse de manera tradicional, en pleno viento, o adoptar una forma en espaldera, guiado a lo largo de un soporte. Esta última técnica es particularmente útil en espacios reducidos o para crear un efecto decorativo específico.
Es importante señalar que, al igual que el peral, el manzano requiere la presencia de otro ejemplar cercano para asegurar una buena polinización y, por tanto, una fructificación eficaz. La presencia de un manzano polinizador compatible en las proximidades es esencial para garantizar una cosecha abundante. Este detalle, a menudo desconocido, subraya la importancia de planificar cuidadosamente la implantación de tu manzano para disfrutar plenamente de sus frutos sabrosos.
¿Cuándo y cómo plantarlo?
El manzano, como todos los árboles frutales, se planta idealmente entre octubre y marzo, fuera de los períodos de heladas. Las plantas en contenedores pueden plantarse durante todo el año, excepto en épocas de mucho calor o heladas. El suelo puede ser ligeramente calcáreo o ácido pero sin excesos.
Para plantar:
- Afloja bien la tierra, elimina piedras y malas hierbas.
- Añade un poco de arena para mejorar el drenaje.
- Cava un hoyo amplio de al menos 3 veces el volumen del cepellón. Separa la tierra del fondo de la de la superficie.
- Mezcla cuerno triturado y materia orgánica (mantillo, compost…) con la tierra del fondo y colócala en el hoyo.
- Coloca el cepellón, cubre con la tierra de superficie sin enterrar el injerto de yema y compacta. Riega abundantemente (unos 10 litros).
Puede ser útil rodrigar el manzano instalando un sistema de arriostramiento: clava 3 tutores en triángulo a 50 cm alrededor del tronco, únelos con trozos de madera. Protege la corteza con un trozo de goma y ata los tutores al tronco con alambres.
También es posible poner en espaldera el manzano (en cordón horizontal o doble U por ejemplo).
El mantenimiento y las posibles enfermedades
Todos los años, en otoño, aporta compost maduro en la superficie. Luego, en invierno, añade una pequeña palada de ceniza de madera, rica en potasio, para mejorar la fructificación. Si es necesario, escarda al pie del árbol.
El manzano puede ser susceptible a diversas enfermedades y plagas. Contra la sarna (manchas marrones en las hojas), la moniliosis (secado de las flores y podredumbre de los frutos en el árbol) y el oídio (fieltro blanco en las hojas), pulveriza de forma preventiva mezcla bordelesa y decocciones de cola de caballo.
En cuanto a plagas, la polilla de la manzana o gusano de la fruta, una pequeña oruga, podrá ser combatida instalando nidos para pájaros y murciélagos, colocando bandas de cartón ondulado a lo largo del tronco y embolsando los frutos en papel kraft marrón. En caso de un ataque grave de pulgones, pulveriza una mezcla de agua y jabón negro.
→ Más información en nuestra ficha consejo: Enfermedades y parásitos del manzano.
Podar el manzano
Poda el manzano cada 2 o 3 años (excepto para las formas en espaldera, donde la poda deberá ser anual y priorizar las yemas florales). La poda puede realizarse de noviembre a marzo, fuera del período de heladas.
Elimina si es necesario los rechazos que hayan crecido al pie del árbol y los chupones que se desarrollen en el tronco. Suprime las ramas muertas o rotas, así como las que se entrecrucen. Corta las ramillas y algunas ramas interiores, para permitir que el aire y la luz circulen en el medio. Poda las puntas de las ramas por encima de una yema orientada hacia el exterior. Aplica un cicatrizante como arcilla en las heridas de poda.
En junio, cuando las manzanas estén preformadas, realiza un aclareo. Conserva solo uno o dos frutos por racimo, manteniendo la(s) manzana(s) situada(s) en el medio del racimo. Así tus manzanas alcanzarán un tamaño superior.
También puedes guiar tu manzano en cordón, es decir, de forma horizontal, sobre uno o dos brazos siguiendo nuestros consejos: ¿Cómo formar un manzano en cordón? Es una forma estética y poco voluminosa, perfecta para delimitar los caminos de un huerto o los espacios diferenciados de un jardín. Este tipo de poda es ideal para pequeños jardines y terrazas, ya que un manzano en cordón ocupa poco espacio en anchura. ¡Cabe destacar que los frutales en espaldera también suelen ser más resistentes a enfermedades!
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