La siembra de tomates y su trasplante

¿Dónde sembrar?

La siembra de tomates se realiza en un lugar cálido en casa o bajo invernadero con calefacción, idealmente a 20 °C (16 °C mínimo). Si es necesario, puedes utilizar un propagador térmico que favorezca una rápida germinación de las semillas.

Las plantas de tomate necesitan luz para no estirarse demasiado

¿Cuándo sembrar?

Se siembra idealmente en marzo, pero las plantas destinadas al cultivo en invernadero pueden prepararse desde febrero. La siembra es posible hasta finales de abril o principios de mayo.

¿Cómo sembrar?

Para sembrar tus semillas de tomate, consigue cajitas de unos 10 cm de alto y perfora el fondo si es necesario para que el exceso de agua pueda drenar, luego:

• Llena hasta 2/3 con un buen sustrato para siembra, húmedo,

Llenado de la cajita con un buen sustrato.

• compacta ligeramente con una paleta,
• traza pequeños surcos de una profundidad de 5 a 7 milímetros,

Compacta y siembra los tomates.

• Siembra una semilla cada 2 cm y cubre con sustrato. Ten en cuenta que para prevenir el ahogamiento de las plántulas, se recomienda espolvorear un poco de carbón vegetal reducido a polvo fino. Recuerda marcar la hilera con una etiqueta si siembras varias variedades,
• riega suavemente con un pulverizador usando agua a temperatura ambiente.

Riego con un pulverizador.

Las cajitas pueden cubrirse con su tapa transparente, un vidrio o una lámina de plástico para acelerar la germinación. Recuerda airear la siembra regularmente.

Cubre y coloca tu cajita en una exposición a la luz.

Coloca tus siembras en una exposición muy luminosa y recuerda girarlas regularmente para que toda la planta aproveche la luz. Mantén el sustrato húmedo, pero no encharcado hasta la emergencia, que generalmente tarda de 6 a 8 días. Después de la emergencia, retira la placa de vidrio o la tapa del propagador.

La siembra en maceta se realiza de la misma manera, se siembran 3 semillas por maceta que luego se cubre con una bolsa de plástico.

El trasplante de las plantas

Una vez que las plántulas se han desarrollado, en la etapa de dos o cuatro «hojas verdaderas», se procede al trasplante a macetas.

Para trasplantar tus plantas de tomate, comienza por preparar las macetas llenándolas con un sustrato rico y ligero, luego:

• Paso 1: extrae las plántulas de tu semillero usando un tenedor, por ejemplo
• Paso 2: después de hacer un hoyo, introduce la plántula enterrándola hasta los cotiledones: al contacto con el sustrato, los pequeños pelos del tallo se transformarán en raíces. Durante el trasplante, sujeta las plántulas con delicadeza, agarrándolas por los cotiledones en lugar del tallo si eres de los torpes.

Pasos 1 y 2

Paso 3: añade mantillo hasta los cotiledones y compacta suavemente con los dedos

Paso 3

Paso 4: riega suavemente con agua a temperatura ambiente.

Paso 4

Después del trasplante, sigue manteniendo tus plantas con luz y bajo cubierta calefaccionada. A veces, después de un trasplante, las plantas de tomate muestran signos de fatiga. No entres en pánico, es completamente normal, todo volverá a la normalidad en unas horas.

Esta operación debe realizarse incluso si sembraste en macetas, el trasplante permite obtener plantas con un sistema radicular más desarrollado.

Es posible sembrar las semillas directamente en el jardín, pero solo después de las últimas heladas: a veces es práctico para obtener tomates tardíos, especialmente en el sur de Francia.

¿Cómo obtener plantas de tomate robustas?

Para obtener planteles robustos, es necesario endurecerlos.

Una decena de días antes de la plantación definitiva en el jardín (cuando ya no haya riesgo de heladas), acostumbra progresivamente tus planteros de tomate a las condiciones exteriores sacándolos unas horas al día cuando haga buen tiempo. Las temperaturas ligeramente más frescas y la acción de una brisa suave les permitirán fortalecerse y llegar bien compactos al jardín.

Saca tus planteles de tomate desde los primeros días soleados de primavera