
Cuida con esmero los arbustos de hoja perenne
Descubre cómo podarlas y cuidarlas
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Los arbustos perennes, como los laureles, el boj, la fotinia, el pieris o el camelia, son los pilares de un jardín que permanece vivo y colorido incluso en invierno. Estos vegetales, que conservan sus hojas todo el año, aportan estructura y continuidad a tu espacio verde. Sin embargo, para que se mantengan densos y bien formados, es importante podarlos regularmente y ofrecerles los cuidados adecuados. Descubre cómo cuidar estos valiosos arbustos perennes para mantenerlos en plena forma y embellecer tu jardín en todas las estaciones.
¿Cuándo podar los arbustos de hoja perenne?
El mejor momento para podar un arbusto perenne depende de la variedad, pero en general puedes podar:
- A finales de invierno – principios de primavera: una vez pasados los grandes fríos, poda las ramas ennegrecidas, dañadas o rotas. Esta poda estimulará un nuevo crecimiento en primavera y permitirá que el arbusto recupere una bonita forma. También es el momento ideal para los arbustos que florecen en verano, ya que esto estimula un nuevo crecimiento justo antes de la temporada de floración.
- Después de la floración: para los que florecen en primavera, es mejor esperar hasta el final de la floración para evitar cortar los brotes florales.
- En otoño: una poda ligera es posible, pero hay que evitar podas severas antes del invierno para no debilitar el arbusto frente a las heladas. También puedes realizar una segunda poda en agosto-septiembre para arbustos vigorosos, como el fotinia, con el fin de regular su desarrollo. Los nuevos brotes se tornarán rojizos en otoño, añadiendo un toque de color.
¿Cómo podarlas?
- Elimina la madera muerta: comienza por retirar las ramas muertas o enfermas cortándolas desde la base. Esto airea el arbusto y reduce el riesgo de infecciones.
- Reduce las ramas demasiado largas: corta las ramas que sobresalgan de la forma deseada del arbusto. Poda justo por encima de una yema o nudo de hoja para favorecer un rebrote armónico.
- Perfecciona la forma: elimina las ramas que se cruzan o crecen hacia el interior. Esto permite que la luz y el aire circulen bien, lo cual es esencial para un arbusto saludable.
- Equilibra la densidad: para algunos arbustos perennes como el laurel o el boj, puede ser útil podar ligeramente la densidad de las ramas para evitar que el arbusto se vuelva demasiado frondoso.
Especificidades según las variedades:
- Adelfa: La adelfa florece en la madera del año. Para no comprometer la floración, no la podes demasiado. Espera a que cumpla cinco años para comenzar la poda, y luego espacia las intervenciones cada 4 o 5 años. A principios de primavera, recorta un tercio de todas las ramas, eliminando los tallos muertos o mal ubicados. Usa guantes al manipular este arbusto, ya que su savia es tóxica y puede causar irritaciones cutáneas.
- Naranjo de México (Choisya ternata): La poda del naranjo de México se realiza justo después de la primera floración en junio o después de la segunda, en otoño. Los ejemplares viejos pueden podarse en marzo para favorecer un crecimiento vigoroso, aunque no florecerán la primavera siguiente tras una poda severa.
- Rododendro: Generalmente no es necesario podar el rododendro. A finales de verano, puedes refrescar el arbusto para mantener una forma equilibrada y aireada.
Cómo podar setos de arbustos perennes
Los setos de arbustos perennes, ya sean altos o bajos, requieren una poda regular para mantener una forma uniforme y bonita. Poda tus setos una o dos veces al año, generalmente a finales de invierno (principios de marzo) y en otoño (septiembre u octubre). Evita podar durante períodos de heladas o sequía, ya que esto podría estresar los arbustos y comprometer su salud.
Ejemplos de poda por especie:
- Durillo: Pódalo después de que termine la floración, hacia finales de marzo. Si no lo podas, el arbusto producirá bayas, lo que es beneficioso para los pájaros en invierno.
- Boj y Lonicera nitida: Estos arbustos se utilizan a menudo para setos bajos y crecen de forma desordenada desde la primavera. Pódalos en primavera con una tijera de podar bien afilada para devolverles una forma homogénea y revitalizarlos.
Cómo cuidar los arbustos de hoja perenne?
Los arbustos perennes generalmente requieren menos riego que las plantas florales, pero igualmente aprecian un riego profundo en caso de sequía prolongada, especialmente durante los primeros años después de la plantación.
El acolchado al pie de los arbustos perennes es beneficioso todo el año. En verano, conserva la humedad, y en invierno, protege las raíces del frío. El acolchado también limita el crecimiento de malas hierbas y enriquece el suelo al descomponerse.
A principios de primavera, un aporte de fertilizante adecuado ayuda a los arbustos a iniciar su crecimiento. Usa un fertilizante especial para arbustos o plantas perennes, evitando fertilizaciones tardías que podrían debilitar la planta frente a las heladas.
Vigila tus arbustos para detectar posibles plagas (pulgones, cochinillas) o enfermedades (hongos). Si es necesario, opta por tratamientos naturales, como jabón negro o decocciones de plantas, para preservar el equilibrio ecológico de tu jardín.
En invierno, el jardín está en reposo. Solo los arbustos perenness nos brindan un reconfortante toque de verdor. Como permanecen en vegetación, pueden sufrir los rigores del invierno. Aprovecha esta calma en el jardín para ocuparte de ellos. En invierno, las precipitaciones son escasas y en algunas regiones las lluvias de otoño han sido pocas. Los arbustos perennes están en vegetación, por lo que necesitan agua. Los hermosos días soleados de febrero provocan una importante evaporación y secan las hojas. Si tu suelo está muy seco, considera regarlos durante los períodos de deshielo.
Las fuertes heladas pueden quemar las ramas. Las hojas se vuelven grises y se secan. (Los aucubas suelen ser afectados). El peso de la nieve también puede romper ramas, como las de los Naranjos de México. Si la nieve persiste, recuerda sacudir regularmente las ramas para aligerarlas.
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