
Conservar las frutas del jardín
¡para disfrutar de las cosechas todo el invierno!
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Conservar las frutas recolectadas en el jardín es la mejor manera de evitar que se estropeen y se pudran cuando la cosecha es muy abundante… Aquí tienes algunos métodos para guardar o transformar tus frutas y así poder disfrutarlas durante todo el invierno.
La duración de conservación de las frutas
No todos los frutos tienen la misma duración de conservación:
- los frutos dañados o caídos al suelo: son los que hay que consumir prioritariamente, ya sea frescos o transformados (mermeladas, compotas…) si están demasiado estropeados.
- Los frutos de conservación corta: la mayoría de los Frutos rojos se conservan en promedio 2 días a Temperatura ambiente (o en el refrigerador si es necesario) y deben consumirse rápidamente o transformarse (coulis, helados…).
- Los frutos de conservación media: algunos frutos pueden recolectarse un poco antes de alcanzar su madurez, ya que continúan su Maduración después de la cosecha. Es el caso de los albaricoques, melocotones, nectarinas, higos y ciruelas. Puedes conservarlos entre una y dos semanas aproximadamente, preferiblemente a Temperatura ambiente, vigilándolos de manera regular. Evita si es posible el refrigerador, que tiende a alterar los aromas de los frutos. Si deseas acelerar la Maduración, coloca estos frutos junto a manzanas, que desprenden de forma Natural etileno.
- Los frutos de conservación larga: manzanas, peras y Kiwis pueden almacenarse durante varias semanas e incluso varios meses. Extiende los frutos (sanos y no húmedos) en cajas de madera cubiertas con papel periódico, con el pedúnculo hacia abajo para las manzanas y hacia arriba para las peras. Los frutos no deben tocarse entre sí y se colocarán en una sola capa. Conserva estos frutos en un local fresco (6 a 10°C), oscuro y ventilado. Las avellanas y nuez, una vez secas, se conservan en el mismo lugar.
Los diferentes métodos de conservación a largo plazo
La congelación:
Es perfecta para la mayoría de los Frutos rojos, tomando algunas precauciones:
- Usa únicamente frutos sanos y lavados.
- Deshuesa las frutas con hueso y córtalas por la mitad si es necesario.
- Las frutas con pepita se pelarán, se quitarán las pepitas y se cocerán antes de congelarlas, especialmente las peras.
- Añade jugo de limón para evitar que los melocotones y las manzanas se oscurezcan.
- Los frutos pequeños se congelan enteros, quitando el tallo en el caso de las fresas.
- Si quieres que los frutos congelados se separen fácilmente, congélalos primero extendidos en una bandeja antes de guardarlos en cajas o bolsas de congelación.
Tras la descongelación, los frutos estarán un poco más blandos y podrán usarse en diversas preparaciones culinarias (tartas, coulis…).
Las conservas en tarros:
Este método de conservación tan clásico se usa para la mayoría de los frutos del jardín: albaricoques, peras, melocotones, cerezas, ciruelas, fresas…
- Usa únicamente frutos sanos y lavados.
- Córtalos en trozos (excepto cerezas, ciruelas y Frutos rojos), pela, quita las pepitas o el hueso si es necesario.
- Llena los tarros de vidrio previamente esterilizados con agua hirviendo.
- Si añades agua hirviendo o un almíbar de azúcar, deja un espacio de 2 cm en la parte superior del tarro. De lo contrario, llénalo entero de frutos, apretando bien.
- Cierra herméticamente los tarros y esterilízalos (olla a presión, esterilizador…).
Transformar frutas para conservarlas
Sea cual sea la transformación, los frutos se lavarán primero y luego, según el caso, se pelarán, se les quitarán las pepitas, se deshuesarán antes de cortarlos en trozos.
- mermeladas, compotas y jaleas: las preparaciones caseras son una oportunidad para probar nuevas mezclas de frutas y añadir algunas especias según tus gustos. Para la mermelada, cocina las frutas y el azúcar añadiendo si es necesario jugo de limón o de manzana para aportar un poco de pectina. Después de espumar, llena los tarros previamente esterilizados con agua hirviendo y voltéalos inmediatamente boca abajo. Las jaleas se preparan de la misma manera, utilizando el jugo de frutas ricas en pectina (grosellas, manzanas, moras…). Para las compotas, cocina las frutas solas o con azúcar y agua. Redúcelas a puré y tritúralas si es necesario. Consume la compota rápidamente o guárdala en tarros.
- coulis, helados y sorbetes: los frutos rojos y los melocotones se pueden triturar crudos, mientras que los albaricoques y las ciruelas deberán cocinarse en agua azucarada antes de triturarlos. Añade un poco de azúcar o limón si es necesario en los coulis. Consúmelos rápidamente o congélalos, por ejemplo en cubiteras o moldes de silicona para obtener pequeñas porciones. Los helados y sorbetes se pueden preparar con o sin heladera. Los helados contienen productos lácteos (leche, nata) y a veces huevos, mientras que los sorbetes se obtienen a partir de una mezcla de frutas, agua y azúcar.
También puedes preparar pastas de frutas, frutas confitadas o simplemente jarabes de frutas, cociendo el jugo de las frutas con azúcar.
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