El almendro, o Prunus durcis, es un maravilloso pequeño árbol frutal que se encuentra desde el norte de África hasta el oeste de Asia. En Francia, es muy común en la región mediterránea y forma parte de los cultivos tradicionales de Provenza. Su espléndida floración rosa o blanca, muy precoz, marca la llegada de los días soleados. Para fructificar y ofrecernos sus deliciosos frutos secos, el almendro necesita calor y un suelo permeable y más bien calcáreo, con exposición al sol y protegido de los vientos fríos.

Energéticas, las almendras también son conocidas por ser ricas en vitamina E, fibra, calcio, magnesio y lípidos. Muy utilizadas en cosmética y en las distintas cocinas del mundo mediterráneo y de Oriente Medio, las almendras acompañan platos salados y repostería, enteras, fileteadas o en polvo. ¡Y se comen, por supuesto, al natural, recogidas directamente del árbol!

Almendras maduras

Almendras en madurez

Para disfrutar de estos deliciosos frutos con múltiples virtudes y un sabor único, aquí te explicamos cómo recolectarlas y conservarlas.

El ciclo de fructificación de los almendros

La floración de los almendros tiene lugar en febrero-marzo, antes de la aparición de las hojas. Los numerosos yemas florales liberan bonitas flores de 5 pétalos de color blanco o rosa según el cultivar o la variedad. La polinización la realizan el viento y las abejas. Luego aparecen las almendras: una envoltura no comestible verde almendra que luego se vuelve marrón oscuro y se agrieta, dejando ver un hueso cuya cáscara es dura o blanda según las variedades. En su interior hay una o dos semillas: las almendras. Es esta parte la que es comestible.

La fructificación del almendro

Yemas florales, flores, almendras verdes y almendras maduras

¿Cómo saber si las almendras están maduras?

  • La cosecha de almendras frescas, en verde, se realiza en mayo-junio o hasta julio según el clima. Se suele decir que esta cosecha debe hacerse entre 10 y 25 días antes de la madurez completa. En esta etapa, las almendras tienen un suave sabor lechoso.
  • La cosecha de almendras secas tiene lugar en otoño, desde finales de agosto, a veces hasta septiembre-octubre, nuevamente según las condiciones climáticas y de cultivo. La envoltura de una almendra madura se ha agrietado y encogido, dejando ver la cáscara leñosa que contiene la parte comestible. También empiezan a caer al suelo.

¿Cómo recolectar las almendras?

Las almendras pueden recolectarse a mano o vareándolas con una pértiga larga. Si tienes muchos frutos que recolectar, extiende una lona o una red bajo el árbol para reunirlas más fácilmente. Sacude suavemente los frutos con la pértiga para desprenderlos de las ramas sin dañarlas. Puedes desprenderlas de su envoltura directamente en el lugar o hacerlo después.

Recoger las almendras

Cosecha de almendras con pértiga y red

Atención: en caso de recolección silvestre, prueba un trocito de almendra antes de recolectar más. ¡Si tiene un sabor amargo, sigue tu camino! De hecho, comer más de 2 almendras amargas al día puede ser peligroso, incluso mortal en cantidad, ya que contienen ácido cianhídrico, es decir, cianuro.

¿Cómo conservar las almendras recién recolectadas?

Las almendras son frutos oleaginosos (que contienen aceite) de cáscara. Es esta envoltura dura y leñosa la que permite su conservación. Una vez desprovistas de su envoltura, las almendras en su cáscara se conservan sin problemas al aire libre, hasta un año entero. Favorece la circulación del aire colocándolas en una rejilla o en una cesta, en una habitación fresca. No dudes en removerlas regularmente para airearlas y vigila que los roedores no ataquen tu cosecha. Este método de conservación te permitirá consumirlas según tus deseos, rompiendo las cáscaras con un cascanueces.

Si prefieres romper las almendras para extraerlas de su cáscara de una vez, puedes conservarlas, como la mayoría de los frutos secos, en un recipiente hermético, tipo tarro de vidrio. Este debe estar seco y limpio y provisto de una tapa. Tus recipientes deben almacenarse preferiblemente en un lugar oscuro y seco para mantener su crujiente y evitar que se enrancien: un armario o una despensa serán perfectos.

Conservar las almendras requiere un recipiente hermético

Conservación de almendras en tarro hermético

¿Cómo secar las almendras?

El secado de las almendras puede hacerse simplemente con tu horno o un deshidratador. Este paso permite conservarlas más tiempo y les da un buen sabor tostado.

  • Extrae las almendras de su cáscara, eliminando las que estén dañadas;
  • Se recomienda remojar las almendras en agua salada con 1 cucharada de sal por 1 litro de agua. Esta acción neutralizará el ácido fítico presente en las almendras como en otros oleaginosos; así se facilitará la digestión y absorción de nutrientes. Este paso no es obligatorio;
  • Seca las almendras con un trapo o papel de cocina.
Extraer las almendras de sus cáscaras

Almendras extraídas de su cáscara para el secado

Secado en horno

  • Precalienta tu horno a 180°C;
  • Extiende las almendras en una bandeja o plato en una capa bastante fina;
  • Sécalas en el horno durante unos quince minutos, dándoles la vuelta a mitad del tiempo. Si prefieres un sabor más tostado, déjalas simplemente unos minutos más;
  • Sácalas del horno y déjalas enfriar a temperatura ambiente.

Almendras tostadas en horno

Secado en deshidratador

  • Extiende las almendras en las bandejas del aparato;
  • Deshidrátalas a 45°C durante 12 a 24h, según las instrucciones de tu aparato, dándoles la vuelta regularmente. El tiempo puede ser más o menos largo según el contenido de humedad de tus almendras;
  • Sácalas del deshidratador y déjalas enfriar a temperatura ambiente.

Las almendras así secadas deben almacenarse en el refrigerador o en una habitación fresca y oscura en un recipiente hermético. Se conservarán así 3 meses. Pasado este tiempo, puedes congelarlas y tomarlas según tus necesidades.

Para saber más, consulta nuestra ficha: "El secado de los frutos recolectados en el jardín. Para una larga conservación".

¿Qué hacer con los restos de cáscaras?

¡Piensa en valorizar tus residuos! Las cáscaras rotas pueden servir en el jardín:

  • como sustituto de las bolas de arcilla para drenar tus plantas en macetas: coloca una fina capa de cáscaras en el fondo de la maceta y mezcla otras bien trituradas con tu tierra. Así el sustrato estará más ligero y drenado;
  • como acolchado ecológico en el huerto o en los macizos.

Las cáscaras de las almendras