
Rosales: cómo plantarlos con éxito en macetas y con raíces desnudas
Nuestros consejos de experto para plantar tus rosales
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Símbolos del amor y el romanticismo, apreciamos los rosales por sus flores muy delicadas y agradablemente perfumadas, simples o dobles, que se presentan en una amplia gama de colores. Su plantación es una etapa importante que no hay que descuidar y que es clave para su desarrollo. De hecho, un rosal que empieza mal rara vez se convertirá en un ejemplar hermoso. Un rosal en macetas o con raíces desnudas no se planta de la misma manera, ni en la misma época. Descubre nuestra ficha de plantación para instalar tu rosal en las mejores condiciones.
¿Cuándo plantar los rosales?
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Los rosales en macetas o «contenedor»
Los rosales vendidos en contenedor permiten ampliar el periodo de disponibilidad y recuperación de las plantas. Puedes plantarlos durante todo el año, siempre que estés atento durante las semanas posteriores a su plantación. De hecho, el periodo de enraizamiento del arbusto es de aproximadamente 8 semanas en primavera u otoño, por lo que hay que regar regularmente. Durante los meses más calurosos, la recuperación es más delicada, tendrás que podar severamente las plantas y regar más.

Rosal en contenedor
Arrancados en octubre para estar disponibles a la venta, estos rosales deben plantarse de noviembre a finales de marzo, evitando los periodos de heladas.

Rosales a raíz desnuda
Cómo preparar el suelo para plantar un rosal
Aunque los rosales prefieren una buena tierra de jardín ligeramente arcillosa, se adaptan a casi cualquier tipo de suelo. No obstante, se recomienda enmendar y enriquecer la tierra.
- Un terreno arenoso y poroso se corregirá con aportes de materia orgánica (estiércol bien descompuesto, compost…) que se mezclarán bien con la tierra.
- En tierras demasiado pesadas, hay que mejorar el drenaje. Porque, aunque los rosales necesitan mucha agua, no les gusta la humedad estancada que asfixia sus raíces, ni los suelos muy compactos que dificultan el desarrollo de las raicillas. En ambos casos, es indispensable facilitar el flujo del agua y la aireación del suelo con suplementos de materia orgánica como compost, mantillo de hojas o grava, Pozzolana.
Lo importante para el rosal es disponer de un suelo blando, bien aireado y rico en elementos orgánicos, donde sus jóvenes raíces encuentren fácilmente su camino. Por eso debes mezclar con la tierra que rodea las raíces un buen compost casero o estiércol bien descompuesto.
Cómo plantar un rosal vendido en contenedor
Los rosales vendidos en contenedores de plástico no están hechos para permanecer así. ¡Debes trasplantarlos sin falta en tu jardín o en una maceta más grande!
Para plantar un rosal vendido en contenedor:
- Remoja el rosal en su maceta en una gran charca de agua, hasta que no salgan más burbujas a la superficie.
- Con una pala, cava un hoyo de 40 cm de largo, ancho y profundidad. Retira el contenedor con cuidado para no dañar el cepellón.
- Coloca una varilla sobre el hoyo para marcar el nivel del suelo.
- Coloca la planta de modo que el punto de injerto quede ligeramente por encima de la varilla o planta de manera que solo añadas 2 o 3 cm de tierra sobre el cepellón.
- Rellena y riega abundantemente para eliminar las bolsas de aire.
En tiempo seco, asegúrate de regar regularmente con una regadera por semana para facilitar el enraizamiento.
- Consejo
Es posible que algunas raíces salgan por los agujeros de drenaje de tu rosal comprado en contenedor. Como es imposible sacarlo sin dañar el valioso pelo radicular, corta el contenedor con unas tijeras de podar para preservar al máximo las raíces.
Ver también
Esquejar rosales: ¿cuándo y cómo?¿Cómo plantar un rosal en raíces desnudas?
Al recibir tus rosales a raíz desnuda, sumérgelos completamente en una charca de agua para rehidratar los tejidos. Lo ideal es plantarlos el mismo día.
Puede ocurrir que recibas tus rosales un día en que no puedas plantarlos. No te preocupes: puedes ponerlos en espera, hasta su plantación definitiva.
La puesta en espera: para crear un surco, excava con una pala, en un lugar sombreado y protegido del viento, un surco de 30 cm de ancho y de profundidad. Coloca allí los rosales en fila apretada y ligeramente inclinada para limitar la exposición al viento. Cúbrelos con tierra de tu jardín o con mantillo, asegurándote de que este sustrato penetre entre las raíces para evitar la formación de bolsas de aire. La mezcla debe llegar hasta los puntos de injerto de los rosales y luego compactarse bien. Si no llueve, riega un poco la tierra para mantener una buena humedad en las raíces. Pueden permanecer en espera durante 3 o 4 días.
El día de la plantación:
- Comienza por «vestir» las raíces. Esta operación consiste en cortar, con unas tijeras de podar limpias, todas las raíces que pudieran haber sido dañadas durante el arranque. Estos cortes limpios facilitan el arraigo del rosal.
- Recorta luego, si es necesario, las ramas de tu rosal, teniendo en cuenta que la parte aérea debe ser equivalente a la parte subterránea.
- Mezcla tierra, agua y compost (o estiércol descompuesto) en una charca para obtener un barro espeso llamado «pralin». Para saber todo sobre el pralinado de raíces, consulta nuestra ficha consejo dedicada: Pralinar las raíces de árboles y arbustos.
- Sumerge el rosal hasta el collar. Esta operación contribuye a un buen arraigo de la planta.
El pralinado es una operación que no debe descuidarse al plantar rosales.
- Con una pala, haz un agujero de 40 cm de ancho y profundidad, desmenuzando bien la tierra.
- Añade una palada de buen compost casero o de estiércol bien descompuesto a la tierra excavada y mezcla. También puedes agregar un poco de cuerno triturado, que se descompone lentamente (en 2 o 3 años) en el suelo y constituye una excelente reserva de alimento a largo plazo. Debe enterrarse en buena cantidad al momento de la plantación. Para saber todo sobre los abonos orgánicos, consulta nuestra ficha consejo: Cuerno triturado, sangre seca, guano… ¿Para qué sirven?
- Coloca tu rosal en su lugar, asegurándote de extender bien las raíces en el agujero. Se trata de evitar que se doblen hacia arriba.
- Coloca un palo sobre el agujero que marque el nivel del suelo.
- Comienza a rellenar el agujero con tierra mientras mantienes el rosal a la altura correcta, es decir, el punto de injerto (abultamiento) ligeramente por encima del palo.
El punto de injerto debe estar ligeramente por encima del suelo.
- Una vez cubiertas las raíces con tierra, compacta el suelo con las manos alrededor del rosal, formando una pequeña depresión que retenga el agua. Verifica el anclaje del arbusto tirando ligeramente de él. No debe moverse.
- Riega abundantemente.
Un buen riego ayuda a eliminar todas las burbujas de aire.
- Cubre el punto de injerto con una buena capa de hojas secas o paja.

Protección del punto de injerto con una buena capa de hojas.
Durante todo el primer año, deberás mantener una humedad ligera pero constante.
Cómo plantar rosales liana y rosales de pie
Comienza por sondear el suelo con una varilla de hierro para localizar un espacio libre de raíces gruesas. Asegúrate de no plantar al pie de un árbol persistente, ya que el rosal carecería de luz. Procede con la plantación como se explicó anteriormente, dependiendo de si se trata de un rosal en contenedor o con raíces desnudas. Los rosales sarmentosos deben colocarse entre 50 cm y 1 m de su soporte y se inclinarán ligeramente hacia él.

Escalera de madera para guiar un rosal liana hacia el árbol.
Al plantar rosales de pie alto, recuerda clavar un tutor resistente en el fondo del hoyo de plantación. Esta operación se realiza antes de colocar el rosal para no dañar las raíces. Cuando sea posible, prefiere un rosal con raíces desnudas para no tener que perforar el cepellón con el tutor. Ten cuidado de no apretar demasiado los amarres para evitar que se formen estrangulamientos posteriores.

Un tutor es indispensable para los rosales de pie alto y llorones.
Estos rosales son variedades injertadas sobre un tallo de altura variable, proporcionado por un rosal «silvestre» vigoroso, que sirve de portainjerto. El punto de injerto debe protegerse absolutamente de las heladas con una cubierta de invernada. También deberás asegurarte de eliminar todos los chupones que se formen en el tallo.
¿Cómo plantar los rosales en macetas?
Prefiere una variedad rechoncha y de crecimiento lento, mejor adaptada a este cultivo, y elige una maceta proporcional al desarrollo del rosal. Calcula 30 cm de diámetro y profundidad para un rosal en miniatura, 40 cm para un rosal enano y 50 cm para un arbusto clásico o un pequeño trepador.
Esta maceta deberá estar perforada para permitir la evacuación del exceso de agua. Opta, preferiblemente, por una maceta de barro cocido cuya porosidad favorece a las raíces. Para mejorar el drenaje, coloca 5 cm de grava, trozos de cerámica, bolas de arcilla o pozzolana en el fondo de la maceta.
Para obtener un buen sustrato, prepara una mezcla compuesta de:
- 1/3 de tierra del jardín (en su defecto, un buen sustrato servirá)
- 1/3 de sustrato de buena calidad, idealmente sustrato para rosales
- 1/3 de compost o estiércol bien descompuesto
Coloca el rosal en tu maceta y rellena con la mezcla hasta el borde, dejando el punto de injerto al nivel de la superficie. Riega abundantemente.
Ten en cuenta que los rosales en macetas requieren más atención que en terreno abierto. Es necesario un riego regular. Sin embargo, evita ahogar tu rosal. Por último, el único alimento que el rosal podrá obtener es el que tú le proporciones: realiza aportes de fertilizante regularmente durante su periodo de vegetación. Descubre cuándo y cómo fertilizar tus rosales: Fertilizante para rosales.
Elimina todas las flores marchitas para evitar que el rosal se agote formando frutos.
Preguntas frecuentes de los jardineros
- Uno de mis rosales ha muerto y me gustaría plantar otro en el mismo lugar. ¿Es posible?
Evita plantar un rosal en un lugar recientemente ocupado por un predecesor. De hecho, muchos rosales emiten toxinas en el suelo destinadas a alejar a sus congéneres de su territorio. Si no tienes otra opción, te recomendamos renovar la tierra en un ancho y una profundidad de al menos 50 cm.
El consejo de Virginie: Probado por mí misma, añadir micorrizas también ayuda mucho en la recuperación.
- He oído que al plantar hay que enterrar el punto de injerto de mi rosal.
La cuestión de enterrar o no el punto de injerto es un tema polémico. Antiguamente, los especialistas recomendaban colocar el punto de injerto ligeramente por encima del suelo. Hoy en día, cada vez más a menudo, aconsejan enterrarlo para evitar, en los portainjertos, el desarrollo de yemas latentes y la aparición de chupones. Cuando se entierra así el portainjerto, puede ocurrir que el sujeto injertado desarrolle sus propias raíces. Algunos consideran que esto no tiene sentido, ya que esta práctica elimina toda utilidad del portainjerto, que está ahí para actuar como intermediario entre el suelo y el sujeto, permitiendo así una mejor adaptación de uno al otro. Este argumento parece perfectamente fundamentado, especialmente en el caso de terrenos poco favorables para los rosales, como un suelo muy calcáreo, por ejemplo. En este caso, solo el uso de un portainjerto adecuado permite el cultivo de rosales en buenas condiciones. Además, hay muchas variedades cuyo vigor es insuficiente para permitirles prescindir del aporte de savia del portainjerto. Sin embargo, cuando se tiene una buena tierra para rosales, puede haber ventajas en dejar el sujeto sobre sus propias raíces. Así se evitan los chupones y se aumenta considerablemente la longevidad de los arbustos. Algunos rosalistas recomiendan enterrar el punto de injerto de 5 a 10 cm. En las regiones que sufren fuertes heladas, el punto de injerto queda enterrado, una precaución que permite protegerse mejor del frío.
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