
Plantas en maceta: cultivo, mantenimiento y cuidados
Consejos y trucos
Contenido
Las macetas y otras jardineras permiten apropiarse de un trozo de naturaleza para decorar una terraza, un balcón, un patio o un simple alféizar. En el jardín, cultivar plantas en macetas también permite elegir especies algo más delicadas, que podrán protegerse durante el invierno.
El cultivo en contenedores es más exigente que en terreno abierto y requiere mayor atención. Elección del recipiente adecuado, alimentación, riego, invernada, poda y cuidados, descubre en nuestro artículo todos los consejos a seguir para disfrutar de tu planta en maceta y mantenerla en plena forma durante muchos años!
¿Cómo elegir la maceta adecuada para mis plantas?
Las macetas, según sus tamaños, formas, materiales o colores, no presentan las mismas características.
En una maceta grande, la tierra se seca menos rápido, las plantas disponen de más nutrientes y espacio para desarrollar sus raíces. Sin embargo, es importante dimensionar el contenedor según la edad y el desarrollo de la planta. Por regla general, es mejor elegir un contenedor ligeramente más grande que aquel en el que crecía la planta y, cuando esta se sienta apretada, trasplantarla nuevamente a otro de mayor tamaño.

Pelargonium y begonia en macetas de barro / Brugmansia en una maceta de plástico
Según el material elegido, las ventajas y desventajas varían:
- El barro (sin barnizar) garantiza una mejor respiración de las raíces, pero su porosidad aumenta la evaporación. Este material es ideal para plantas que prefieren suelos más secos. Nos encanta el barro por su aspecto auténtico y natural, pero suele ser bastante caro, pesado y frágil. Algunas macetas más económicas, además, no resisten las heladas, destinándolas más a servir de cubremacetas.
- Los materiales sintéticos (plástico, fibra de vidrio, PVC…) ofrecen múltiples formas y colores, algunos incluso pueden difundir una luz ambiental. Ligeros y resistentes, algunos son muy económicos y resisten bien las heladas. Más «herméticos», son adecuados para plantas de suelo fresco.
- La madera se aprecia por su nobleza y calidez. Menos pesada que el barro pero más que los productos sintéticos, las jardineras de madera están tratadas para resistir cierto tiempo al uso en exterior, pero no son eternas. Recuerda mantenerlas para prolongar su vida útil.
- La piedra es resistente, conserva bien el calor y nos encanta su aspecto, pero es un material pesado, difícil de manipular y puede sufrir con las heladas.
- El metal y sus derivados permiten, como el plástico, obtener formas originales y se integran bien en diseños contemporáneos. Sin embargo, se calientan rápidamente si están al sol y aislan mal del frío en invierno.
También hay que considerar:
- En general, los colores oscuros acumulan más calor que los claros.
- Las formas abombadas (donde la parte superior de la maceta se estrecha) son bonitas pero poco prácticas. Resérvalas para anuales, viváceas fáciles de dividir o úsalas como cubremacetas. Con esta forma, las raíces se dañan fácilmente al trasplantar.
- Las formas estrechas se secan más rápido y son más indicadas para plantas de suelo seco.
- Las jardineras de balcón tienen un volumen de tierra limitado y son ideales para decoraciones efímeras y estacionales, así como para pequeñas hierbas aromáticas o bulbos.
- Excepto para plantas acuáticas, asegúrate de que la maceta tenga un agujero de drenaje. Si no lo tiene, hazlo tú mismo. Esto evita que las raíces se encharquen y se pudran. Coloca también un drenaje en el fondo (grava, bolas de arcilla…), cubierto generosamente con un geotextil para evitar que la tierra obstruya la salida.

Diferentes formas de macetas: abombada (mejor para anuales), jardinera y maceta grande estrecha (perfecta con el Cárice testacea ‘Prairie Fire’)
¿Cómo elegir el sustrato adecuado para mis plantas en macetas?
En terreno abierto como en macetas, cada planta requiere un suelo particular.
Algunos arbustos o viváceas, como los llamados ‘de brezo’ por ejemplo, exigen un sustrato con pH ácido y fresco, además de proporcionar un drenaje satisfactorio. En este caso, no se debe llenar el contenedor con tierra del jardín si esta es pesada y alcalina. Por el contrario, un suelo calizo es ideal para otras plantas, como los bojes por ejemplo. No tener en cuenta estas particularidades puede llevarte a decepciones, incluso hasta la muerte de la planta.
La instalación de una capa de drenaje en el fondo de la maceta suele recomendarse. Nuevamente, todo depende de la planta que estés colocando. Algunas necesitan un suelo siempre fresco, incluso húmedo. Un sustrato con alta retención de agua, junto con un plato debajo de la maceta, proporcionan una seguridad adicional que tu planta agradecerá. Y ¿qué decir de las plantas acuáticas, que necesitan crecer con los pies en el agua y estar sumergidas más o menos profundamente de forma permanente? Este caso requiere usar una maceta sin agujero de drenaje y un sustrato pesado y arcilloso, que no se disperse. Las aromáticas y las plantas mediterráneas, por su parte, suelen ser muy frugales en agua y el sustrato elegido debe ser filtrante para evitar que las raíces se pudran.
Cuando elijas una planta en particular, asegúrate de conocer sus necesidades, y de colocarla en un sustrato que le garantice las mejores condiciones, para disfrutar de un follaje sano, una floración generosa y durante muchos años.
Puedes encontrar muchos tipos de sustratos: hortícola, para rosales, para geranios, para limoneros, etc. Esta variedad puede resultarte un poco confusa.
Para entender la composición de estos diferentes sustratos y seleccionar el que necesitas, consulta nuestra guía ‘¿Cómo elegir un buen sustrato para sembrar, trasplantar y cultivar?’.
¿Qué fertilizante usar y cómo trasplantar las plantas en macetas?
Alimentar regularmente las plantas en macetas
En una maceta, el sustrato se agota. Las plantas extraen los nutrientes que necesitan y el agua de riego lixivia poco a poco este suelo ‘artificial’. Por lo tanto, es importante alimentar regularmente tus plantas, según sus necesidades.
Para las plantas glotonas, incorpora un abono de liberación lenta en el sustrato. Suele presentarse en forma de barras, conos o perlas. También es posible añadir al agua de riego un abono líquido (respeta las dosis indicadas en el envase), que se debe aplicar aproximadamente cada 10 días, únicamente durante el periodo de crecimiento y floración. Hazlo siempre sobre un sustrato ya húmedo, para evitar quemar las raíces. Nuevamente, infórmate sobre las necesidades de la planta antes de cualquier aplicación de abono.
Trasplantar o renovar la superficie de una planta en maceta
Una planta crece, incluso en maceta. Si sus ramas no encuentran obstáculos, el crecimiento de sus raíces está limitado por el volumen de tierra, que además se empobrece. Por lo tanto, llega un momento (en promedio cada 3 o 4 años) en el que debes proceder al trasplante o al menos a renovar la superficie. Hazlo desde finales del invierno hasta principios de primavera, fuera del periodo de heladas.
Algunas señales te indican que es hora de actuar:
- El nivel del sustrato ha bajado peligrosamente
- Las raíces son visibles en la superficie o han ocupado todo el espacio disponible
- Las raíces han salido por los agujeros de drenaje
- Tu planta se vuelve menos bonita, florece menos y parece débil a pesar de haberla alimentado regularmente durante varios años.
Renovar la superficie consiste en rascar los primeros centímetros del suelo (dañando lo menos posible las raíces superficiales) para eliminar el sustrato agotado y reemplazarlo por uno nuevo, al que puedes añadir eventualmente un abono de liberación lenta. Riega después. Prioriza esta operación si la maceta es demasiado grande para manipularla. En cualquier caso, evita enterrar el collar (unión entre la parte aérea y las raíces).
El trasplante consiste en proporcionar un entorno renovado a la planta.
Sácala de su contenedor y rasca un poco la tierra alrededor de las raíces (sin dañarlas). Ten en cuenta que algunas plantas no toleran que se toque su sistema radicular frágil. Nuevamente, infórmate antes de actuar. Una poda ligera de las pequeñas raíces puede ser beneficiosa. Para las viváceas, también es una oportunidad para dividirlas. Lo ideal es luego elegir un contenedor ligeramente más grande que el anterior y trasplantar en un sustrato nuevo, como harías en una plantación inicial. ¡Nunca reutilices un sustrato agotado!

Trasplante de un limonero
Si colocas varias plantas en un mismo contenedor, asegúrate de que tengan los mismos requerimientos (exposición, suelo, necesidades de agua…).
¿Cómo regar correctamente las plantas en macetas?
El sustrato se seca más rápido en macetas, pero hay que regar con criterio, según las plantas, las condiciones meteorológicas y las estaciones. Una planta suculenta o mediterránea, por ejemplo, no necesita tanta agua como una hortensia.
Una planta sedienta puede mostrar ciertas señales (hojas que se enrollan sobre sí mismas, tallos que se doblan, follaje que se pone marrón, se seca, se cae…), aunque algunos de estos síntomas también pueden indicar un exceso de riego o enfermedades. Para evitar llegar a este punto, introduce el dedo en el sustrato para evaluar su grado de sequedad. Para algunas plantas, es necesario mantener el sustrato siempre fresco. Para otras, debes esperar a que los primeros centímetros estén secos antes de regar.
No nos cansaremos de repetirlo: infórmate sobre las necesidades específicas de cada planta para conocer bien sus exigencias de humedad, o corres el riesgo de perderla, incluso con las mejores intenciones.
Riega temprano por la mañana o tarde por la noche. Prefiere riegos pequeños y diarios a un «ahogamiento» semanal. Cuando el agua empiece a salir por el agujero de drenaje, no hace falta seguir.
Un platillo para maceta permite crear una reserva de agua para las más «sedientas», a menos que tu maceta ya tenga un depósito de agua incorporado.
Instalar un sistema de riego automático te libera de la gestión del agua. Un sistema de goteo permite suministrar la cantidad necesaria a cada planta. Conectado a un programador, incluso puedes irte de vacaciones con la mente tranquila. Si no, utiliza nuestros consejos para gestionar las olas de calor durante tu ausencia.
Los retenedores de agua permiten espaciar más los riegos y mantener el sustrato más fresco.
Acolcha también la superficie de tus macetas para limitar la evaporación.

Brugmansia en maceta beneficiándose de un acolchado de bolas de arcilla y un sistema de riego por goteo
Organiza tu espacio de manera que las plantas más altas den sombra a las más pequeñas.
Utiliza las plantas adecuadas en el lugar correcto. Las plantas de sombra no sobreviven mucho tiempo en una terraza expuesta al calor intenso todo el día.
Si una maceta está demasiado seca (en casos extremos, puede incluso crearse un espacio entre el sustrato y los bordes del recipiente), un riego normal no suele ser suficiente, ya que el agua se escapa sin ser absorbida por las raíces. Lo ideal es entonces sumergir la maceta (si su tamaño lo permite) entera en una charca de agua durante varias horas.
¿Cómo proteger las plantas en macetas del frío?
Las plantas en reposo vegetativo (generalmente entre noviembre y marzo) tienen menos necesidades. Además de suspender la aplicación de abono, los riegos también deben reducirse. Para las plantas que pasan el invierno al aire libre, las lluvias naturales suelen ser suficientes. Sin embargo, en caso de déficit severo, deberás regar, siempre fuera del período de heladas.
Protege las más sensibles al frío con algunos trucos:
- Acércalas a un muro de la casa para ganar algunos grados (evita el Este para que no sufran heladas y deshielos perjudiciales)
- Retira los platillos para maceta o colócalos boca abajo. Pon las macetas encima (o sobre pequeños soportes) para aislarlas del suelo frío.
- Coloca una capa gruesa de mantillo (hojas secas, por ejemplo) y envuélvelas con una cubierta de invernada. Duplica o triplica el grosor en caso de mucho frío. Recuerda quitar las protecciones si hay un período de calor. La maceta en sí puede envolverse con cartón o fieltro para limitar el efecto del frío en las raíces.
- Traslada las plantas más frágiles al interior, a un lugar luminoso y fresco pero sin heladas (garaje con ventanas, veranda, invernadero…). Vigila simplemente que el sustrato no se seque por completo. En la mayoría de los casos, un riego mensual ligero es suficiente.

Protección invernal para un limonero en maceta
¿Cómo podar las plantas en macetas?
- Poda los arbustos respetando los períodos de poda recomendados para cada planta, como si creciera en terreno abierto. Sobre este tema, consulta nuestras dos fichas: poda de los arbustos con floración primaveral y poda de los arbustos con floración de verano.
- Pellizca las viváceas y las anuales al inicio del crecimiento para estimular su ramificación.
- Elimina regularmente las flores marchitas.
- Divide las viváceas durante un trasplante primaveral.
Cómo cuidar las plantas en macetas
Algunas enfermedades pueden aparecer, favorecidas por el hacinamiento de las plantas (hongos, plagas…).
- No aprietes demasiado tus macetas: el aire debe circular entre las plantas
- Alimenta y riega tus plantas según sus necesidades. En plena forma, resisten mejor a los agentes patógenos.
- Corta y elimina las partes enfermas. Desinfecta tu tijera de podar cada vez que cambies de planta.
- Si es necesario, trata preventivamente con preparaciones Naturales como el purín de ortiga, de helecho, de cola de caballo o de consuelda, o con productos biológicos adecuados, respetuosos con el medio ambiente.
- Lava y desinfecta cuidadosamente cualquier maceta destinada a albergar una nueva planta, para no transmitirle enfermedades.
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