Mi Eleagnus (eleagno) está perdiendo sus hojas

Mi Eleagnus (eleagno) está perdiendo sus hojas

Descubre cómo identificar el psílido y proteger tu Eleagnus

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Modificado el 30 Enero 2025  por Pascal 5 min.

Aunque los Elaeagnus x ebbingei (también llamados eleagnos) tengan una sólida reputación de robustez, en los últimos años pueden presentar algunos problemas de salud. Si observas que tu arbusto se vuelve amarillo y pierde sus hojas, es muy probable que esté siendo atacado por el psílido del Eleagno, un pequeño insecto chupador que se alimenta de la savia del arbusto. Originario de Asia y detectado en Francia desde 1999, esta plaga se propaga rápidamente y puede debilitar seriamente tu planta si no se trata a tiempo.

En este artículo, aprende a identificar los síntomas característicos de esta infestación y descubre soluciones naturales y efectivas para proteger tu Eleagno y devolverle todo su vigor.

Dificultad

¿Cuáles son los síntomas?

Los primeros signos de infestación por el psílido del Eleagnus suelen aparecer en las hojas situadas en la parte baja del arbusto. Estas se amarillean rápidamente antes de caer prematuramente. El follaje restante se vuelve pegajoso debido al jugo secretado por los insectos, una sustancia dulce que favorece la aparición de la fumagina, un depósito negro carbonoso que cubre las hojas y dificulta la fotosíntesis. A la larga, esto puede debilitar al Eleagnus y ralentizar su crecimiento.

¿Cuál es el insecto responsable?

El responsable de estos daños es el psílido del Elaeagnus (Cacopsylla fulguralis), un insecto chupador originario de Asia, descubierto en Francia en 1999. Esta plaga se alimenta de la savia del arbusto perforando las hojas con su rostro, lo que provoca su debilitamiento y caída prematura. Es especialmente abundante en el oeste de Francia, pero su expansión continúa en otras regiones debido a su gran capacidad de adaptación y reproducción.

¿Qué soluciones existen para combatir el psílido?

El tratamiento más eficaz y natural consiste en pulverizar una solución de jabón negro diluido (aproximadamente 30 cl de jabón negro líquido por 10 L de agua). Esta solución actúa asfixiando a los psílidos y limpiando la melaza pegajosa que favorece la aparición de la fumagina. Aplica la pulverización insistiendo en el envés de las hojas, donde los insectos tienden a esconderse.

Renueva la aplicación 2 o 3 días después para eliminar las posibles larvas supervivientes. En caso de infestación persistente, repite el tratamiento una vez por semana hasta la desaparición de los síntomas.

Como complemento, fomentar la biodiversidad en el jardín es una solución preventiva eficaz: introducir auxiliares naturales como las mariquitas y las crisopas, depredadores de los psílidos, permite limitar su proliferación.