
Hacer que mis tulipanes vuelvan a florecer
para disfrutarlo durante mucho tiempo en el jardín
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Los tulipanes son bulbos que nos deleitan con sus floraciones vibrantes y coloridas en primavera, ideales para iluminar macizos, borduras y jardineras. Fáciles de cultivar y poco exigentes, se plantan en otoño para ofrecer elegantes flores entre marzo y mayo, a veces hasta junio según las variedades. ¿Hay que arrancarlos después de la floración? ¿Dejarlos en su lugar? ¿Cómo fomentar una buena floración al año siguiente? ¡Descubre todos nuestros consejos para cuidar tus tulipanes en tierra o en maceta y verlos florecer año tras año!
¿Qué hacer después de la floración de los tulipanes?
Para fomentar que tus tulipanes vuelvan a florecer, es necesario tomar algunas precauciones una vez finalizada su primera floración primaveral.
Cuando las flores de los tulipanes empiecen a marchitarse, córtalas con cuidado para evitar que la planta malgaste energía en producir semillas. Sin embargo, ¡no toques las hojas todavía! Deja el follaje en su lugar hasta que se ponga amarillo y se seque de forma natural. Esta etapa es crucial: las hojas verdes, incluso después de la floración, siguen realizando la fotosíntesis. Así, proporcionan al bulbo los nutrientes necesarios para reponer sus reservas, lo que permitirá la floración del año siguiente. Si cortas las hojas demasiado pronto, privas al bulbo de esta valiosa energía y corres el riesgo de que no pueda florecer de nuevo.
Las hojas que se están poniendo amarillas pueden no ser muy estéticas en tus macizos. Para disimular este aspecto temporal, planta tus tulipanes cerca de vivaces de follaje denso, como geranios vivaces, hostas o alchemillas. Estas plantas vecinas ayudarán a ocultar el follaje marchito mientras aportan volumen y verdor a tus parterres.
Una vez que las hojas estén completamente amarillas y secas, puedes cortarlas desde la base. En este punto, el bulbo ya ha absorbido toda la energía necesaria para prepararse para la próxima floración.
En regiones donde los inviernos son húmedos, puede ser recomendable desenterrar los bulbos de tulipán después de que el follaje se haya amarilleado. Guárdalos en un lugar fresco y seco durante el verano y vuelve a plantarlos en otoño. Esto protege los bulbos contra la podredumbre y favorece su floración futura.
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Tulipanes: plantar, cultivar y cuidar¿Hay que arrancar los bulbos de tulipán?
El arranque de los bulbos: una práctica de puristas
Antiguamente, los bulbos de primavera se plantaban en parterres dedicados exclusivamente a bulbos, o bien a bulbos y bienales, es decir, en composiciones estacionales que luego daban paso a las flores de verano.
La regla de oro para los tulipanes hortícolas dictaba que había que desenterrar los bulbos una vez que el follaje se hubiera amarilleado (¡no antes!), para guardarlos en seco hasta su nueva plantación en otoño.
Si optas por este método, se recomienda proceder en tiempo seco. Arranca los bulbos con cuidado y déjalos secar unos días. Luego, agrupa las variedades (identificándolas para evitar confusiones) en redes o cajas, y guárdalos todo el verano en un lugar seco y ventilado, como un cobertizo o un garaje. Este proceso ayuda a preservar los bulbos y reduce el riesgo de pudrición.
Sin embargo, ten en cuenta que, a pesar de estas precauciones, los bulbos acaban degenerando al cabo de unos años y producen flores más pequeñas o menos abundantes.
Una solución más sencilla: ¡dejarlos en tierra!
Hoy en día, el estilo de los jardines ha evolucionado, y los tulipanes suelen integrarse en macizos mixtos donde conviven con vivaces, bienales, otros bulbos y diversos arbustos o plantas trepadoras. Esta disposición más libre y natural permite crear armonías de colores y texturas sin necesidad de replantar cada año.
Plantar los tulipanes en otoño entre otras plantas vivaces y dejarlos en su lugar durante algunos años es una solución práctica. Mientras las floraciones sean satisfactorias, no es necesario desenterrarlos cada temporada. Cuando empiecen a debilitarse, puedes retirar los bulbos menos floríferos y aprovechar para renovar el macizo con nuevas composiciones u otras variedades de tulipanes.
En resumen, el arranque no es imprescindible para todos los tipos de jardines; depende de tu estilo de plantación y del efecto deseado. Recuerda que la naturaleza de tu suelo, el clima de tu región y las variedades de tulipanes elegidas también influyen en la longevidad y calidad de las floraciones.

Tulipanes ‘Purple Prince’ y ‘Christmas Dream‘ asociados con Peonías y Astilbes
¡Cuidar la plantación, una garantía para el futuro!
Si decides dejar tus bulbos de tulipán en el lugar de tus macizos para simplificar el mantenimiento y ahorrar tiempo, es esencial ofrecerles condiciones de plantación ideales. Tomando algunas precauciones desde el principio, maximizarás las posibilidades de que tus tulipanes vuelvan a florecer con elegancia durante varios años.
Para ello, se deben respetar dos condiciones esenciales: mucha luz y un suelo bien drenado. Sin estos dos elementos, los tulipanes podrían marchitarse rápidamente, ya que son especialmente sensibles a la sombra y a los suelos húmedos.
Elige una ubicación totalmente soleada para plantar tus tulipanes, ya que necesitan una exposición máxima a la luz para recargar sus bulbos y producir una floración abundante en la siguiente primavera. La falta de luz reducirá su capacidad para volver a florecer o limitará la calidad de las floraciones.
Prepara luego el suelo con cuidado, pues los tulipanes aprecian los suelos fértiles y bien drenados. Si tu tierra es más bien pobre, mejórala incorporando un poco de compost bien descompuesto en cada hoyo de plantación. Esto aportará a los bulbos los nutrientes que necesitan para prosperar de manera duradera. En suelos pesados o arcillosos, añade una capa de arena gruesa de 2 a 4 cm en el fondo de cada hoyo para favorecer el drenaje y aislar los bulbos del exceso de humedad, que podría causar su pudrición.
Por último, si tu suelo es muy arcilloso y el drenaje sigue siendo un problema, puede ser preferible optar por otros bulbos mejor adaptados a suelos húmedos, como los narcisos, que toleran mejor estas condiciones y también ofrecen una floración primaveral magnífica.
Cuidando así la plantación, asegurarás un buen futuro para tus tulipanes, con floraciones espectaculares que volverán cada primavera.
El caso particular de los tulipanes cultivados en maceta
Si has plantado tulipanes en maceta o jardinera para disfrutar de una floración primaveral, es perfectamente posible conservarlos para una floración futura en lugar de tirarlos una vez que las flores se hayan marchitado. Unos sencillos gestos te permitirán prolongar su vida.
Una primera opción consiste en trasplantar tus tulipanes a tierra directamente después de la floración. Para ello, sácalos con cuidado para preservar las raíces y, sobre todo, deja el follaje intacto. Este follaje, aunque poco estético, es esencial porque permite al bulbo recuperar sus reservas nutritivas hasta que se vuelva amarillo de forma natural. Planta los bulbos en un lugar soleado y bien drenado para que continúen su desarrollo sin perturbaciones.
Otra posibilidad es dejar tus tulipanes en maceta hasta que el follaje se vuelva completamente amarillo. Durante este período, sigue regándolos regularmente y proporciónales un fertilizante equilibrado cada dos o tres semanas. Esto estimulará la fotosíntesis y ayudará a los bulbos a acumular la energía necesaria para florecer de nuevo al año siguiente. Una vez que el follaje esté amarillo y seco, córtalo desde la base, desentierra los bulbos y déjalos secar en un lugar fresco y seco durante el verano, como harías con tulipanes plantados en tierra.
En otoño, vuelve a plantarlos en sustrato fresco en maceta o directamente en el jardín para una nueva floración. Este método puede dar de dos a tres floraciones de calidad, pero es raro que un tulipán en maceta vuelva a florecer con tanto vigor más allá de este tiempo.
Para probar: los tulipanes botánicos
Si aún no las conoces, ¡es hora de descubrir los tulipanes botánicos! Estos pequeños tulipanes, más discretos que los grandes tulipanes hortícolas, aportan un toque de ligereza y encanto a los primeros planos de los macizos, en bordes de caminos o terrazas, en rocallas e incluso en jardines silvestres. Vuelven a florecer fielmente sin requerir el mínimo esfuerzo, e incluso pueden naturalizarse y multiplicarse con el tiempo, cuando las condiciones de cultivo les son favorables.
Se desarrollan en situaciones soleadas, en un suelo bien drenado e incluso toleran tierras un poco pobres, lo que las hace perfectas para muchos tipos de jardines.
Para lograr un efecto visual exitoso, plántalos en pequeños grupos de al menos 5 a 7 bulbos en otoño. Esta disposición resaltará su belleza delicada y evitará que sus flores se pierdan en el entorno. Una vez establecidos, ¡estos encantadores tulipanes te ofrecerán floraciones duraderas y sin esfuerzo, año tras año!
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