Criocero del lirio: cómo tratar las infestaciones

¿Cómo reconocer al criocero?

Se puede detectar la presencia del criocero del lirio de dos maneras:

• Observándolo: es un hermoso escarabajo pequeño de color rojo brillante, de aproximadamente 1 cm de largo, con patas, abdomen y largas antenas negras. Suele observarse, a menudo en el envés de las hojas, de marzo a octubre. Los pequeños huevos de color naranja brillante del criocero también pueden verse en el envés de las hojas: están alineados en pequeños grupos a lo largo de las nervaduras. Dan lugar a larvas negras y naranjas, que se cubren de excrementos para esconderse y protegerse del calor.

• Por sus efectos: sus larvas se alimentan de las raíces de los lirios, y los adultos devoran sus hojas, en las que hacen agujeros, así como sus flores y capullos. Las plantas se marchitan y finalmente mueren si no se controla la infestación.

Por desgracia, todas las variedades pueden verse afectadas, pero el lirio candidum es uno de los más vulnerables, mientras que los lirios Martagon son un poco menos atacados. El criocero también ataca, en menor medida, a los alliums, las fritillarias y el lirio gigante Cardiocrinum.

Los crioceros se reproducen muy rápidamente. Una hembra puede poner hasta 400 huevos por temporada. Por lo tanto, en cuanto veas los primeros crioceros, es importante actuar de inmediato para controlar su población.

¿Cuáles son los tratamientos naturales contra el escarabajo del lirio?

El método más efectivo es la recolección y destrucción manual de los adultos. Para frenar el ataque, lo ideal es revisar cada día, temprano por la mañana, durante varias semanas. Atención, cuando intentas recolectarlos, los crisomélidos tienden a dejarse caer al suelo boca abajo para ser menos visibles… También es posible recolectar los huevos y las larvas. Recuerda dar la vuelta a las hojas para buscar los huevos de color naranja en el envés.

También puedes recolectar y quemar las hojas afectadas por las larvas.

Algunos aplican posos de café al pie de los tallos atacados, o pulverizan una solución a base de piretrina o aceite de neem. También es posible pulverizar una infusión de tanaceto, cuyo olor repele a los crisomélidos. Sin embargo, hasta la fecha, ningún tratamiento resulta completamente eficaz. Por lo tanto, te recomendamos priorizar la recolección manual.