Pino negro Picobello - Pinus mugo

El Pinus mugo 'Picobello' forma un pequeño arbusto hemisférico a postrado, es un Pino negro en miniatura poco exigente que se adapta a cualquier rincón del jardín o la terraza. Sus pequeñas ramas, que evocan cepillos, están densamente cubiertas de agujas cortas, de color verde oscuro. Por su desarrollo extremadamente reducido y su crecimiento muy lento, es perfecto para un jardín pequeño, animará la rocalla o lucirá en maceta en la terraza. Es una conífera extremadamente resistente, que no requiere poda. Se conforma con un suelo drenado cualquiera pero fresco, y una exposición bien soleada. Esta variedad teme los climas demasiado cálidos y secos.

El Pinus mugo, también llamado Pino negro, es una conífera persistente de la familia de las pináceas endémica de las montañas de Europa. Se encuentra en el piso subalpino, huyendo del calor estival, desde las sierras españolas, pasando por los altos macizos alpinos y pirenaicos, hasta los Balcanes. Solo desciende a una altitud de 200 m en Europa central. En la naturaleza, alcanza lentamente 3 a 4 metros en todas direcciones, adoptando una silueta despeinada que refleja su hábitat azotado por el viento. Es una especie muy resistente, muy bien adaptada al clima montañoso.

La variedad 'Picobello', se distingue de la especie silvestre por su tamaño muy reducido y por su porte hemisférico. Su crecimiento es lento, y disminuye aún más en ejemplares mayores de 15 años, de modo que, a largo plazo, no superará 1 m en todas direcciones. Sus ramillas están cubiertas de agujas verde oscuro, cortas y finas, de 3 a 4 cm de longitud, agrupadas de 2 en 2 y dispuestas en forma de pincel. Los brotes jóvenes emergen en primavera de yemas marrón claro y resinosas. En su tronco, la corteza es de color gris-marrón, mientras que en las ramillas muestra un tono verde y brillante, que luego se vuelve negro.

El Pino negro enano 'Picobello' encontrará su lugar en un jardín pequeño, aislado, en macizo o en rocalla. También puede utilizarse en una maceta grande en la terraza o el balcón. Queda maravilloso en un jardín japonés, y combina bien con piedras grandes, las líneas geométricas de las piscinas y las obras de mampostería. Puedes asociarlo con gramíneas, muy complementarias, o con coníferas enanas de porte postrado (Juniperus horizontalis Blue Chip), globular (Picea abies Little Gem), o columnar (Juniperus communis 'Sentinel'). Las cualidades gráficas de las coníferas se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, siluetas y texturas al vaivén de las flores. Estas plantas, con su permanencia tranquilizadora, estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj podado o del Acebo. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.