Pinus schwerinii Wiethorst

El Pinus schwerinii Wiethorst es una encantadora forma reducida de un híbrido entre el Pino azul del Himalaya y el Pinus strobus. Esta conífera forma lentamente una pirámide bastante ancha, compacta, cubierta de un follaje denso y casi afelpado de color verde azulado brillante, ligeramente matizado de gris, compuesto por largas agujas colgantes. Su vegetación se adorna con conos muy largos, a menudo agrupados en ramilletes, incluso en ejemplares jóvenes. Se plantará aislado, en una gran rocalla, o en el centro de un macizo.

El Pinus (x) schwerinii es un híbrido interespecífico espontáneo, aparecido en Alemania cerca de Berlín. Resultado del cruce entre Pinus wallichiana de agujas lloronas (Himalaya, Afganistán, Bután), y el Pinus strobus, gigantesco y amante de la frescura (este de América del Norte). Es una conífera persistente de la familia de las pináceas que combina el porte inusual y majestuoso de su primer progenitor con la robustez del segundo.

Su forma Wiethorst, de crecimiento muy lento, no supera los 3 m de altura por 2.50 m de envergadura en su madurez, alrededor de los 20 años, sin poda. Se distingue por su porte curioso y pintoresco, en forma de pirámide, sostenido por ramas de crecimiento algo irregular si no se poda. Su follaje es sorprendente, denso y magnífico, compuesto por agujas finas y colgantes de 8 cm de largo. Su color es una mezcla de verde y azul, con reflejos azul plateados. Están agrupadas de 5 en 5, reunidas en matas densas que forman 'faldas' a lo largo de las ramas. Los numerosos conos delgados y cilíndricos, de un bonito verde claro, aparecen en los extremos de las ramas, incluso en ejemplares jóvenes. Midiendo hasta 20 cm de largo, parecen un poco desproporcionados respecto al tamaño del pino.

El pino Wiethorst es un pequeño árbol pintoresco, entrañable, merece que se le reserve un emplazamiento privilegiado, instalándolo aislado en un pequeño jardín. Esta conífera muy resistente se adapta a todo tipo de suelo, bien drenado pero fresco, en una exposición despejada y soleada. Como aprecia la frescura y combina bien con piedras grandes o líneas geométricas, se puede plantar cerca de un punto de agua o al borde de un arroyo. Se puede asociar con coníferas enanas de porte postrado (Juniperus squamata), globular (Picea abies Little Gem), o columnar (Juniperus communis 'Sentinel'). Las cualidades gráficas de las coníferas se imponen naturalmente en la concepción de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, siluetas y texturas al vaivén de las flores. Estas plantas bien vivas, de permanencia reconfortante, estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.