Salix kurilensis - Sauce

El Salix kurilensis (sinónimo Salix nakamurana subsp. kurilensis) es una especie botánica rara en cultivo comúnmente llamada Sauce de las islas Kuriles. Es un pequeño sauce rastrero, de porte postrado, que se caracteriza por grandes hojas casi redondas y una floración primaveral temprana en forma de gatitos erectos. Capaz de resistir los inviernos más duros, este arbusto está perfectamente adaptado al clima montañoso. Se utiliza con mayor frecuencia para vegetalizar una rocalla alpina o un talud, pero también como planta cubresuelos.

El Salix kurilensis pertenece a la familia de las salicáceas, como todos los sauces. Se trata de una especie botánica que crece de forma natural en Kamchatka, en las islas Kuriles y en Hokkaido, Japón. Es un pequeño arbusto muy bajo, que alcanza 20 cm de altura, capaz de extenderse sobre 1 a 2 m². Desarrolla ramas gruesas, con cortos entrenudos, ligeramente erectas, que rastrean por el suelo. Su follaje es caduco, se desarrolla en primavera y cae en otoño. Las hojas son de buen tamaño y redondeadas, en forma de corazón en la base, largas y anchas de 5 cm. Su lámina foliar es rígida, coriácea, brillante y muy vellosa cuando aparecen, luego ligeramente vellosa. Al brote, las hojas jóvenes están ligeramente teñidas de rosa claro. En otoño, se vuelven amarillas antes de caer. Este pequeño sauce florece entre finales de marzo y mayo, según el clima. La floración toma la forma de pequeñas flores agrupadas en largos gatitos erectos de un blanco verdoso, que miden aproximadamente 5 cm de largo. Las flores presentan estambres con filamento blanco y anteras rojas cubiertas de polen amarillo. Según el clima, esta floración acompaña la aparición del follaje o le sucede. El sauce de las islas Kuriles es capaz de resistir hasta -30 °C.

El sauce Salix kourilensis es un pequeño arbusto bastante versátil, que se integra tanto en jardines silvestres como contemporáneos. Esta variedad también está adaptada a un cultivo en macetas y contenedores, para la ornamentación de balcones, patios y terrazas. En el jardín, estabiliza taludes y rocallas. En este uso, se puede asociar con viváceas alpinas como la genciana Gentiana acaulis, la aguileña de los Alpes, el aciano de montaña o incluso un pequeño arbusto como otro sauce rastrero, llamado Salix repens.

Existe tal diversidad de formas, tamaños y exigencias de cultivo en los sauces que es imposible no encontrar entre ellos un ejemplar que se adapte a tu jardín. Un sauce siempre aporta una nota bucólica y natural, a veces muy original según las variedades.