Capuchina enana Cherrelle

La Capuchina enana 'Cherrelle', conocida en latín como Tropaeolum majus, es una anual de porte semi-rastrero, compacto y arbustivo, ideal para bordillos o macetas. La planta, con bonitas hojas redondas de color verde esmeralda, produce flores dobles de color rojo-rosa, con una garganta amarilla brillante. Las flores evolucionan y maduran hacia tonos rosados. La siembra de esta anual es sencilla y su cultivo está al alcance de todos. Es en el inicio del verano y del otoño, cuando el calor estival disminuye, que muestra su máximo esplendor.

El Tropaeolum majus es una planta anual trepadora o rastrera originaria de América del Sur, perteneciente a la familia de las Tropaeoláceas. Ha dado lugar a numerosas variedades y formas, algunas de las cuales permanecen enanas y compactas con un porte más bien arbustivo. 'Cherrelle' forma en pocas semanas un pequeño grupo de 40 a 50 cm de altura por 40 cm de extensión. Florece de junio a septiembre, produciendo numerosas flores de 5 pétalos con un espolón. En nuestros climas, es principalmente el abejorro el que poliniza esta planta. La floración es seguida por la formación de frutos que contienen semillas un poco más pequeñas que los guisantes verdes, fáciles de sembrar. Las hojas son redondas, peltadas, con nervaduras radiantes, de un verde vivo y fresco.

La capuchina 'Cherrelle', de siembra y cultivo sencillos, de crecimiento rápido, es una elección ideal para los bordillos, las rocallas y las macetas de flores. Sembrada directamente en su lugar en primavera, se desarrolla rápidamente y ofrece una floración abundante desde junio hasta las primeras heladas. Sus tallos pueden cubrir el suelo o caer elegantemente en cascada desde una maceta. El follaje de la capuchina 'Cherrelle', inicialmente apreciado por su forma redonda y erguida, se convierte en el escenario de una floración generosa y colorida. Para un jardín vivo, combínala con otras plantas floríferas y fáciles de cuidar como las lavandas o los ásteres, así como con otras anuales como los Cosmos, los Zinnias y los Tagetes, creando así un espectáculo floral duradero y alegre.

La bonita capuchina desciende a la cocina, sus hojas y flores se pueden añadir crudas a ensaladas, salsas y mayonesa. Tienen un sabor picante y aromático que recuerda al del berro. Los botones florales y los frutos jóvenes a veces se conservan en vinagre, proporcionando un sustituto de las alcaparras.