Dryopteris lepidopoda - Helecho de pie escamoso

El Dryopteris lepidopoda es un helecho botánico semiperenne que no pasa desapercibido en primavera, cuando aparecen sus frondas juveniles de sorprendentes colores aurorales. Presentan una amplia gama de tonos salmón, naranja y rosa antes de adoptar un aspecto más sobrio, mostrando un verde intenso y brillante, muy luminoso en la sombra. Con la edad, la planta forma un tronco basal bastante corto del que emergen frondas coriáceas y curvadas, otorgándole un porte naturalmente elegante. De cultivo bastante fácil en media sombra en cualquier suelo fresco y bien drenado, alcanzará su máximo esplendor en un suelo rico y profundo, muy húmico. Causará un gran efecto en un macizo exótico o en una gran maceta.

El Dryopteris lepidopoda forma parte de un amplio grupo de plantas conocidas como helechos dryopteris, todas ellas especies terrestres caducifolias o semiperennes, pertenecientes a la familia de las dryopteridáceas. El Dryopteris lepidopoda es originario del Himalaya, China y Tíbet. Una planta adulta formará una mata de 60 a 70 cm de altura, con una envergadura de 60 cm. Al crecer a partir de un rizoma ascendente, desarrolla un estípite (pequeño tronco) de 10 a 15 cm de altura, cubierto de escamas de color marrón oscuro. Sus frondas en forma de flecha nacen en el estípite, adoptando primero la apariencia de prefoliaciones circinadas escamosas y suaves, de un dorado pardo claro. Cada prefoliación se despliega, mostrando sus pinnadas puntiagudas y curvadas hacia arriba, adoptando diferentes tonos efímeros que darán paso a un verde cálido. El haz de la fronda es un poco más oscuro que el envés, de un verde claro. Cada una puede alcanzar 80 cm de longitud y 20 cm de anchura, y pueden persistir si el invierno no es demasiado riguroso. La aparición de nuevas frondas durante todo el verano confiere a este helecho un valor ornamental duradero.

El Dryopteris lepidopoda es una planta tan bella como un ramo de flores, atractiva durante gran parte del año y de cultivo fácil. Puedes combinarla con la Soleirolia, los eucomis, los hostas, hortensias y fuscias arbustivas, siempre en luz tamizada o a la sombra. En un jardín de estilo exótico, atraerá todas las miradas. Sus grandes plumas coloridas surgirán de la sombra en un rincón algo olvidado de la terraza, si la colocas en una gran maceta llena de tierra fértil.