Heucherella Onyx

La Heucherella Onyx, con su espléndido follaje brillante de un púrpura casi negro, es sin duda el más oscuro de los híbridos entre el Coralito y la Tiarella disponibles actualmente. Esta hermosa novedad, de tamaño medio, forma una mata densa de hojas, de donde emergen a principios de verano numerosos tallos con flores gráciles, que recuerdan a los del Coralito, adornados con pequeñas campanillas blancas. Resistente y tolerante, es una excelente vivácea para zonas de semisombra y frescas del jardín, en claros de bosque. ¡También causará gran efecto en macetas en la terraza o el balcón!

La Heucherella 'Onyx' pertenece, como sus antecesores los Heuchera y Tiarella, a la familia de las Saxifragáceas. Ha heredado las cualidades de ambas plantas: el follaje espectacular del Coralito y la abundante floración, así como la mayor robustez de la Tiarella. Es una vivácea persistente a semiperenne en invierno, que crece formando una mata baja y compacta. En su madurez, alcanza 25 cm de altura (por el follaje), 40 cm en flor, y 40 cm de ancho. Las hojas miden 5 a 10 cm de diámetro. Las primeras hojas, las que brotan en primavera, son más estrechas. Dan paso a hojas grandes bastante redondeadas, con bordes fuertemente lobulados, con venas prominentes, de color púrpura muy oscuro en el haz y púrpura en el revés. La lámina foliar muestra un hermoso aspecto satinado que acentúa la profundidad del color. Las flores muy duraderas de esta variedad Onyx aparecen en junio-julio, agrupadas en espigas condensadas, sostenidas por tallos delgados y vellosos de 40 cm de altura. Esta floración blanca en diminutas campanillas da una impresión de espuma.

La Heucherella 'Onyx' aprecia los entornos boscosos con atmósfera húmeda y resulta menos sensible que el Coralito a la combinación de calor y humedad. Encontrará naturalmente su lugar en claros de bosque húmedos, acompañada de helechos, Impatiens balfouri, sellos de Salomón y astilbes. También es una buena planta de lindero para rodear hortensias y camelias, para bordillos de viváceas o en una rocalla, siempre lejos del sol intenso. También puede usarse como planta de ribera. Se desarrollará muy bien en macetas o jardineras protegidas del sol directo. Se plantará entonces en una mezcla de tierra con buen drenaje sin exceso de fertilizante, vigilando los riegos en verano y reduciéndolos en invierno. Las macetas necesitarán protección contra los vientos fríos del invierno.