Magnolia soulangeana - Magnolia de Soulange

Uno de los árboles florales más antiguos, el Magnolia x soulangeana es un fascinante árbol ornamental de follaje caduco, de tamaño medio, con un porte extendido, bien ramificado, de crecimiento lento y extremadamente florífero, que se cubre, muy temprano en primavera, antes de la aparición de las hojas, de grandes flores, ligeramente perfumadas, blanco-crema, rosadas y púrpuras, en forma de tulipanes. Un espectáculo suntuoso con colores pastel, que devuelve la vida al jardín al final del invierno.

Esta Magnolia, perteneciente a la familia de las magnoliáceas y originaria de Asia, es una producción hortícola francesa del siglo XIX, resultado del cruce entre el Magnolia denudata y el Magnolia liliflora. Árbol erguido de forma redondeada y extendida, más alto que ancho, alcanza en su madurez 6 a 8 metros de altura, con una anchura de 4,50 metros. Presentando a menudo un porte tupido con ramas bien equilibradas, también puede crecer con un solo tronco. La base de sus hojas es estrecha, y su extremo redondeado es brevemente acuminado. Su follaje caduco está compuesto por hojas ovaladas, verde oscuro, con el revés más pálido y finamente velloso, tornándose amarillo-marrón en otoño, y midiendo 10 a 15 cm de largo. De marzo a mayo, aparecen, antes y después de la aparición de las hojas, grandes flores campanuladas, solitarias y perfumadas, en forma de copa o tulipanes, blancas en el interior, rosadas-púrpura oscuro en el exterior. Estas flores erguidas brotan de yemas protegidas por brácteas vellosas, y están formadas por 9 tépalos (sépalos y pétalos indiferenciados) cerosos y gruesos, que se abren ampliamente y miden hasta 15 cm de largo, con numerosos estambres marrón-rojizos. Tras la floración, aparecen frutos marrones, en forma de conos cilíndricos, que contienen semillas rojas. La longevidad de la Magnolia de Soulange puede superar los cien años. Es una de las Magnolias, junto con sus híbridos, más plantadas en parques y jardines de Europa.

Esta Magnolia de Soulange, árbol ornamental por excelencia, lucirá maravillosamente tanto en un jardín de tamaño modesto como en un gran parque. Especie perfectamente adaptada a nuestros climas, debe plantarse al sol o en media sombra, en un suelo rico, fresco, incluso húmedo, pero bien drenado y no calcáreo. También es importante no plantar otras plantas a menos de 1,50 m del tronco de la Magnolia, ya que sus raíces no toleran la competencia. Se utiliza con mayor frecuencia como ejemplar aislado en medio de un césped, donde su notable floración tiene un efecto espectacular. También puede combinarse con un macizo de arbustos de tierra de brezo (Rododendros, Camelias, Hortensias, Nandinias, Peonías...), para un jardín de estilo japonés. También es posible crear hermosos setos florales en los bordes de los caminos, alternando esta Magnolia con otros cultivares (Magnolia grandiflora, Magnolia denudata...).

Anécdota:
Los magnolios son árboles antiguos de los que se han encontrado fósiles de más de 20 millones de años. Su magnífica floración se considera una de las más primitivas: sus flores están cerca, desde el punto de vista evolutivo, de las primeras flores existentes.
La corteza de los magnolios tiene propiedades medicinales y se utiliza en cosmética.
Su madera se considera preciosa.

Histórico:
Su nombre de Magnolia le fue dado en 1703 por Charles Plumier, botánico del rey Luis XIV, en homenaje al médico-botánico Pierre Magnol (1638-1715), uno de los directores del Jardín Botánico de Montpellier a finales del siglo XVII. Su nombre específico soulangeana proviene de Étienne Soulange-Bodin (1774-1846), oficial de caballería retirado del ejército de Napoleón, que se dedicó a la horticultura. En su castillo de Fromont, cerca de París, se apasionó por los Magnolios y obtuvo en 1829 este híbrido, origen hoy de una magnífica línea de cultivares.