Magnolia Betty

El Magnolia 'Betty' es una bonita variedad híbrida, que combina una floración primaveral espectacular con un desarrollo moderado. Estas cualidades hacen de este pequeño árbol de porte redondeado y bien ramificado, un excelente candidato para pequeños jardines y para el cultivo en maceta. Ofrece un espectáculo extraordinario cuando aparecen sus flores, numerosas, muy bonitas y coloreadas en dos tonos de rosa, que se abren en magníficas estrellas que pueden alcanzar los 20 cm de diámetro, visibles desde muy lejos en sus ramas aún desprovistas de hojas. Como muchos magnolios, se adapta bien a suelos frescos, neutros a ácidos, al sol o en media sombra.

Este Magnolia, perteneciente a la familia de las magnoliáceas, es una producción hortícola resultante del cruce entre el Magnolia liliiflora 'Nigra', con flores en forma de lirio, y el Magnolia stellata var. 'Rosea', muy florífero, de pequeño desarrollo y más tolerante con el suelo. Pequeño árbol de crecimiento bastante lento, con una corona redondeada y bien ramificada, alcanza en su madurez, después de unos quince años, aproximadamente 3.50 metros en todas las direcciones. Si se cultiva en maceta, mantendrá dimensiones más modestas. Su floración tiene lugar en abril-mayo, dependiendo de la región. Sus flores brotan en abundancia sobre sus ramas desnudas. Son grandes flores solitarias y ligeramente perfumadas, erguidas, cuyo perfil recuerda al de los tulipanes. Estas flores se abren ampliamente, en estrellas de 18 a 20 cm de diámetro. Están compuestas por pétalos ovalados y puntiagudos, de textura gruesa y cerosa. Brotan de yemas protegidas por brácteas sedosas. El centro de cada flor está ocupado por numerosos estambres amarillos y un gran pistilo verdoso. El follaje, caduco, está formado por hojas ovaladas, de 15 cm de largo y 5-6 cm de ancho, de un verde medio, ligeramente vellosas, con el revés más pálido y finamente velloso, tornándose amarillo marrón en otoño antes de caer.

Este Magnolia Betty ofrece un espectáculo inolvidable a mediados de la primavera. Pequeño árbol ornamental por excelencia, encuentra su lugar en numerosos jardines, incluso de tamaño modesto. Se utiliza con mayor frecuencia como ejemplar aislado en medio de un césped, donde su floración es de gran efecto. También se puede integrar en un macizo de arbustos de tierra de brezo con floraciones escalonadas (grandes Rododendros, Camelias, Hortensias, Avellano mágico, Andrómeda, Árbol de las anémonas, Fothergilla…), para un jardín de estilo japonés. También es posible crear grandes setos floridos cuando se dispone de espacio, alternando este Magnolia con otros cultivares (Magnolia Heaven Scent, Magnolia denudata, stellata, brooklyniensis, Merril…). Por último, los jardineros sin jardín podrán cultivarlo durante muchos años en una gran maceta, en la terraza o el balcón.

Su nombre de Magnolia le fue dado en 1703 por Charles Plumier, botánico del rey Luis XIV, rindiendo así homenaje al médico-botánico Pierre Magnol (1638-1715), que fue uno de los directores del Jardín Botánico de Montpellier a finales del siglo XVII. Su nombre específico soulangeana tiene su origen en Etienne Soulange-Bodin (1774-1846), oficial de caballería del ejército de Napoleón retirado, que se dedicó a la horticultura. En su castillo de Fromont, cerca de París, se apasionó por los Magnolios, y obtuvo en 1829 este híbrido, origen hoy en día de una magnífica línea de cultivares.