Primula florindae

La Primula florindae, también llamada prímula del Tíbet o prímula gigante, es la más perfumada de todas las prímulas, y una de las más grandes. Esta vivácea tibetana caducifolia levanta bien alto, a finales de primavera, sus umbelas de campanillas amarillo azufre, inclinadas con gracia hacia el suelo, contrastando con su amplio follaje acanalado, de un verde intenso. Apreciando el sol y los suelos frescos, tiene el carpe un poco ingenuo de las plantas silvestres y prospera cerca de puntos de agua, en macizos, incluso en tierras encharcadas.

Indígena del sureste del Tíbet, donde crece en masa cerca de cursos de agua, hasta los 4000 m de altitud, la Primula florindae es una planta vivácea herbácea perteneciente a la familia de las Primulaceae. Forma a partir de la primavera una roseta de grandes hojas basales de al menos 50 cm de diámetro, con hojas ovaladas, dentadas, acanaladas, de un verde muy vivo. Se estrechan bruscamente en la base para terminar en un largo pecíolo. A finales de primavera o principios de verano, varios tallos sólidos emergen del follaje, con polvillo en su extremo, portando cada uno a 70 cm de altura (como mínimo) una o dos umbelas de 20 a 40 pequeñas flores en forma de campanilla amarillo azufre y polvorientas, de 1 a 2 cm de longitud, inclinadas hacia el suelo al final de su largo pecíolo. Desprenden un aroma intenso y muy agradable. Planta vivácea de corta vida, esta prímula asegura su longevidad gracias a la siembra natural. Por eso no hay que podar los bohordos floridos sino dejarlos marchitar para que las semillas se dispersen a finales de verano y que jóvenes plántulas puedan asegurar la descendencia la siguiente primavera.

La prímula del Tíbet es una planta de gran valor decorativo, que encontrará su lugar al sol o a media sombra en una rocalla fresca, en macizos, bordillos, sobre el césped y en jardines naturales. Se sentirá a gusto en las orillas de puntos de agua, en compañía de Alchemilla mollis, Artemisia lactiflora, asociada a reinas de los prados, lisimaquias y astilbes.

Etimología: 'primula' viene del latín primus = primero, en alusión a la precocidad de la floración de las plantas, y 'florindae' significa numerosas flores.