Lavanda Fat Head

Este encantador arborito ofrece la lavanda más original. La Lavandula stoechas Fat Head lleva a la perfección su nombre de lavanda mariposa, cuando se cubre entre mayo y julio de flores en espigas violeta-púrpura, coronadas por hermosas brácteas malva-violáceas luminosas que viran al rosa a finales del verano. Forma un pequeño arbusto compacto, denso y bellamente redondeado, cubierto de hojas estrechas, suaves y aromáticas, con fragancia a pino. Moderadamente resistente, esta planta de terrenos secos prefiere suelos ligeramente ácidos y muy bien drenados, y una exposición soleada. Se adaptará bien en macizos, bordillos y rocallas.

La lavanda mariposa, Lavandula stoechas, es una planta originaria del oeste de la cuenca mediterránea. Es un arborito de hojas persistentes, que florece en primavera en colinas silíceas. Perteneciente a la familia de las lamiáceas, esta planta es aromática pero poco utilizada en perfumería debido a su contenido en alcanfor. La variedad Fat Head es un arborito compacto, de vegetación densa. Sus tallos cuadrangulares portan hojas estrechas y suaves, de color gris-verde, con bordes rizados, y aroma a pino. La planta muestra un porte más bien extendido y rara vez supera los 60 cm de altura durante la floración. En primavera, en el extremo de cada tallo se forma una espiga densa, cortamente pedunculada, gruesa y de forma cuadrada, con pequeñas flores violeta-púrpura. Esta espiga está coronada por varias grandes brácteas petaloides, similares a alas de mariposa, de color malva violáceo que luego se torna rosa fresco. Es muy visitada por insectos polinizadores, especialmente abejas. Es una planta nectarífera y melífera.

Propiedades: La lavanda es una planta muy melífera, contribuyendo a la protección de las abejas: el néctar de sus flores atrae a las abejas, que lo convierten en una de las mieles más reputadas.

Anécdota: En la época de los romanos, las mujeres que querían probar el vino a escondidas (bebida que les estaba prohibida), masticaban algunas ramitas de lavanda para perfumar su aliento y así engañar la vigilancia de sus maridos.