Clematis vitalba

La Clematis vitalba también es conocida como Clemátide de los setos, Clemátide vid-blanca o hierba de los mendigos. Esta especie botánica común en Francia y Europa, conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades medicinales, es una planta trepadora leñosa monumental, que puede alcanzar con el tiempo 25 m de longitud. Despliega sus largas ramas frondosas sobre los árboles y a lo largo de los setos, cubriéndose en verano de innumerables pequeñas flores blanco-verdosas con un corazón despeinado, particularmente fragantes al anochecer. Sus frutos redondos y sedosos permanecen mucho tiempo en la planta, evocando en pleno invierno, sobre sus ramas desnudas, pequeños copos plateados, infinitamente poéticos. Esta vigorosa clemátide a veces se invitará a tu jardín, o encontrará su lugar en un espacio que deje cabida a la naturaleza y proteja la biodiversidad.

El género Clematis pertenece a la familia de las ranunculáceas. La especie botánica vitalba, que también se conoce como clemátide de los bosques, es nativa de Francia. Es una liana vivácea y trepadora cuyos tallos se lignifican con el tiempo. Particularmente vigorosa y florífera, crece rápido, vive muchos años y puede alcanzar dimensiones impresionantes. Se clasifica en el grupo de las clemátides que florecen hasta el otoño en los retoños del año. El tallo principal puede medir hasta 10 cm de diámetro en una planta madura, mientras que las ramas secundarias, muy resistentes, pueden volverse tan gruesas como un dedo. La floración comienza en julio y se prolonga hasta septiembre. Las inflorescencias son panículas de flores pálidas, con 4 tépalos, dispuestos alrededor de un corazón de estambres prominentes y despeinados, midiendo 1 a 2 cm de diámetro, muy perfumadas y melíferas. Le sigue la formación de frutos característicos, plumosos, plateados y sedosos, muy decorativos. El follaje, caduco, está compuesto de hojas opuestas, formadas por 3 a 9 folíolos ovalados y puntiagudos. Los pecíolos volubles y persistentes se enroscan alrededor de un soporte, permitiendo que la vegetación se ancle firmemente, incluso cuando están secos. Los tallos se lignifican con el tiempo: su corteza, inicialmente lisa, adquiere un tono gris amarillento y se desprende en finas tiras longitudinales.

La Clematis vitalba es tan vigorosa que rivaliza con las vides trepadoras en la conquista de edificios antiestéticos, árboles muertos o cercas poco atractivas. Planta tus clemátides a ambos lados del soporte que deseas cubrir. Su bonita fructificación combinará bien con el follaje purpúreo de la vid de los tintoreros, y su floración tomará el relevo de los ramos perfumados de los rosales liana. Esta clemátide, que logra florecer en semisombra, ahogará las malas hierbas en los bordes del bosque o cerca de muros abandonados. Requiere espacio, pero necesita muy poco mantenimiento, es de cultivo fácil al sol, en suelo fértil y drenado. Es una buena planta para jardines y bosques naturales, ya que alimenta y protege a numerosos insectos y animales, creando un pequeño medio rico en biodiversidad.

La planta se utilizaba antiguamente en medicina natural, para uso externo. Su savia posee propiedades analgésicas y circulatorias, pero no hay que subestimar su carácter tóxico; la savia fresca induce la formación de ampollas en la piel, una peculiaridad que algunos mendigos utilizaban antiguamente para llamar la atención sobre su condición, de ahí el apodo de 'hierba de los mendigos'.