Clematis montana Wilsonii

La clemátide o Clematis montana var. wilsonii es una planta trepadora muy florífera, de gran vigor, que destaca por su floración primaveral blanca con un agradable aroma. Desde el mes de mayo, se cubre de una profusión de pequeñas flores blancas puras o marfil, simples y estrelladas, que brotan sobre un follaje juvenil teñido de bronce. Es una hermosa liana para cubrir rápidamente grandes estructuras como pérgolas, carpas de jardín o árboles viejos.

La Clematis montana var. wilsonii es una liana trepadora perteneciente a la familia de las Ranunculáceas. También se la conoce como Clematis montana 'Wilsonii Sprague' y Clematis repens Veitch. Originaria de las regiones montañosas de China, especialmente del oeste de Sichuan y el sureste de Yunnan, esta variedad crece de forma natural en zonas templadas. Fue introducida en Europa a principios del siglo XX por el botánico Ernest Henry Wilson, lo que le dio su nombre.​

Esta clemátide montana Wilsonii es una planta trepadora vigorosa que alcanzará entre 6 y 9 m de altura en terreno abierto. Su crecimiento es rápido y llega a la madurez en 2 a 5 años. Las flores, simples y estrelladas, miden 4 a 5 cm de diámetro. Presentan un tono blanco crema con estambres verde crema pálido. La floración, abundante, ocurre de mayo a junio, a veces hasta julio. Desprende un aroma dulce que recuerda al chocolate o la vainilla. El follaje es caduco, compuesto por hojas opuestas, trifoliadas, con folíolos lanceolados y finamente dentados. Los tallos, volubles, se sujetan a cualquier soporte mediante peciolos transformados en zarcillos.
Esta clemátide prospera en un suelo rico, fresco pero bien drenado, con un pH neutro a ligeramente ácido. Le gusta que su base permanezca a la sombra, protegida por acolchado o plantas bajas. Es resistente hasta -15 °C.

En un jardín romántico de líneas difusas y volúmenes generosos, la Clematis montana var. wilsonii teje un cortinaje de flores ligeras y perfumadas. Úsala para cubrir una pérgola, trepar por un viejo manzano ornamental o tapizar un muro expuesto al sol de la mañana. Su floración combina a la perfección con follajes dorados o púrpuras. Acompáñala con un rosal liana ‘Ghislaine de Féligonde’ para crear gamas suaves, con la Ampelopsis brevipedunculata ‘Elegans’ para un contraste de texturas y colores, o con la Akebia quinata para crear un ambiente exótico y poético. Estas combinaciones, elegidas por su equilibrio y ritmo, componen un decorado cambiante, donde el aroma se convierte en uno de los protagonistas del jardín.