Clematis Duchess of Edinburgh

La clemátide 'Duchesse d'Edimbourg', que también puedes encontrar bajo su nombre inglés 'Duchess of Edinburgh', es una trepadora refinada. A finales de primavera, produce grandes flores dobles de color blanco puro, con sépalos a veces teñidos de verde manzana, que pueden alcanzar los 13 cm de diámetro. Encantadora y generosa, aportará mucha elegancia a tu terraza si la plantas en una maceta grande, pero también al pie de un arco o enrollándose en un gran arbusto. Ofrécele un sustrato rico, fresco y drenado, al sol o a media sombra.

La clemátide 'Duchesse d'Edimbourg' pertenece a la gran familia botánica de las Ranunculáceas, que incluye ornamentales tan variadas como los acónitos, las anémonas o los ranúnculos. Durante siglos, las clemátides han despertado el interés de los amantes de las flores, y los viveristas se han esforzado en crear numerosos cruces cada vez más exuberantes. 'Duchess of Edinburgh' es una variedad obtenida a partir de la especie botánica Clematis patens, originaria de Japón. De tamaño medio, entre 2 y 3 metros de altura, presenta grandes hojas trifoliadas, es decir, con tres lóbulos profundamente divididos. Como la mayoría de las clemátides trepadoras, se sujeta a su soporte gracias a los pecíolos transformados en zarcillos. En las clemátides, lo que llamamos pétalos son en realidad los sépalos.
La clemátide 'Duchesse d'Edimbourg' es un híbrido inglés, obtenido en 1874 por el célebre viverista inglés G. Jackman, que dio nombre a numerosas variedades. Muy florífera, florece en la madera del año anterior, entre mayo y junio, con una gran cantidad de flores de 10 a 13 cm de diámetro, que permanecen hermosas durante mucho tiempo. Muy dobles, presentan delicados pétalos blancos puros, a menudo teñidos de verde pálido en su mitad inferior. El centro de la flor se abre muy gradualmente en una sucesión de pétalos un poco enrollados sobre sí mismos, hasta descubrir el corazón de estambres blanco crema. La floración es trepadora en septiembre sobre la madera del año.

El cultivo de la clemátide 'Duchesse d'Edimbourg' es bastante sencillo: proporciónale un suelo profundo, bastante rico, suelto, fresco pero bien drenado. La única enfermedad realmente temible para esta clemátide es el marchitamiento, que aparece por un exceso de humedad en la base. Se caracteriza por hojas que se marchitan bruscamente. Para la mayoría de las clemátides, recuerda el lema "cabeza al sol, pies a la sombra": aunque una exposición relativamente soleada es necesaria para una buena floración, es preferible proteger la base de los rayos solares demasiado intensos, por ejemplo colocando una teja encima. También se recomienda plantar el tocón en horizontal, para favorecer la aparición de varias yemas desde la base de la planta. Cada año, a finales de invierno, puedes podar una de cada dos ramas a entre 30 y 50 cm del suelo, para regenerar la madera, ramificar la planta y aumentar la floración. Aprovecha para retirar la madera muerta.

Para una puesta en escena exitosa, proporciona a la clemátide un soporte adecuado: en macetas, que elegirás de tamaño suficiente (al menos 25 cm de ancho y lo más profundo posible), un pequeño enrejado puede ser suficiente. En el jardín, una pérgola, con a sus pies el Geranium 'Eureka Blue', o un arco en compañía de la Clematis 'Columnella' de aspecto más salvaje, o incluso un gran arbusto como el saúco 'Eva' Black Lace serán soportes ideales para realzarla. También puedes dejarla extenderse por el suelo, donde emergerá felizmente entre las viváceas.