Tulipa saxatilis - Tulipan botánico

La Tulipa botánica saxatilis, también llamada Tulipa bakeri, es una especie muy decorativa y encantadora. De pequeño porte, se integra fácilmente en la primera línea de los macizos y abre ampliamente su corola bajo el sol primaveral. Así, revela un amplio corazón de un amarillo vibrante, dibujado sobre sus tépalos rosa pálido. El contraste es impactante y especialmente alegre durante el mes de abril. Presente en primer plano de los macizos, pero también en macetas, se adapta a la mayoría de los climas y reaparece fielmente cada año.

Perteneciente a la familia de las Liliáceas, la Tulipa saxatilis posee características seductoras: de pequeño tamaño, alcanza 15-20 cm de altura y se sitúa en los bordes de los caminos, así como en las rocallas junto a otros pequeños bulbos precoces. También prosperará en jardineras para iluminar los bordes de las ventanas y en contenedores en la terraza dentro de composiciones primaverales. Además, no desaparece después de unos años de cultivo. Más perenne que los tulipanes híbridos, renueva el encanto de la primavera durante más tiempo. Originarias de Asia Central, las Tulipas botánicas son resistentes, robustas y toleran el frío. Prefieren un suelo más bien drenado y pueden conformarse con un sustrato poco fértil.

La Tulipa saxatilis presenta hermosas hojas verdes, lanceoladas, de 10 cm de largo y en forma de cinta, formando un denso tapiz antes de las flores. Bastante gruesas, son, por supuesto, envainadas. Desde el mes de abril, hermosas corolas se despliegan en una gama de tonos vivos y suaves. Sobre un tallo robusto, la copa de 3 cm de diámetro está formada por tépalos que terminan en punta. Estos tienen una particularidad original: su base parece pintada de un amarillo muy luminoso. Así, parece formar un gran corazón, rodeado por un fino sombreado blanco y envuelto en un tono rosa pálido. Su plena floración bajo el sol es un placer cotidiano.

Combinada con otros pequeños bulbos de colores alegres, la Tulipa saxatilis embellece los bordes de los macizos al final del invierno. Fácil, resistente y sin mantenimiento, reaparece con vigor cada año y permite escalonar las flores con los Crocus, los Muscaris y los Narcisos en composiciones animadas y encantadoras. Se desliza a los pies de los arbustos aún en yemas e ilumina las macetas cerca de las entradas.