Picea abies Cupressina - Pícea común

El Picea abies 'Cupressina' es una variedad de pícea común que se caracteriza por su porte fastigiado y su desarrollo moderado. Es una conífera bien adaptada a los inviernos nevados, al clima montañoso, a las condiciones urbanas y a terrenos de superficie modesta. Ofrece a la vista una silueta esbelta y bien definida, vestida de un follaje muy denso, atractivo incluso en invierno.

El Picea abies 'Cupressina' es una selección hortícola de la pícea común. La especie tipo, Picea abies, también llamada pícea común, es una conífera persistente perteneciente a la familia de las pináceas. Es una especie originaria del norte de Europa, más concretamente de Escandinavia. En su entorno natural, presenta un porte típicamente cónico y piramidal y puede alcanzar los 30 m de altura. Esta planta se utiliza tradicionalmente como árbol de Navidad en Europa. Aprecia los suelos drenados y frescos y no teme las temperaturas muy bajas. La pícea 'Cupressina' alcanza generalmente 10 m de altura por 3 m de envergadura a los 20-25 años. Su crecimiento es rápido al principio, luego se ralentiza con los años. Desarrolla un tronco recto y una vegetación cónica estrecha. Su corteza es de color marrón-rojizo, primero provista de escamas finas, volviéndose con los años de color marrón-grisáceo con escamas más gruesas que se desprenden. Las ramas son casi verticales y los ramillos son cortos, rígidos, densamente implantados. Las agujas punzantes, de 1 a 2 cm de largo, se insertan en forma de cepillo en los ramillos. Son de un verde bastante oscuro y persisten todo el año. El Picea abies es una especie monoica, es decir, los conos macho y los conos hembra aparecen en lugares diferentes del mismo árbol: los conos macho, ovalados y de color amarillo anaranjado, se desarrollan en los ramillos de un año, mientras que los conos hembra aparecen en la extremidad de los ramillos. Estos últimos, primero erectos y de color verde a rojizo, se vuelven luego marrones y colgantes. Estos conos escamosos miden entre 10 y 18 cm de largo. Después de liberar pequeñas semillas marrones, caen al suelo en invierno. El sistema radicular de las píceas es superficial y rastrero, lo que las hace difíciles de trasplantar cuando son adultas y particularmente sensibles al viento.

El Picea abies 'Cupressina' reemplazará ventajosamente al ciprés de Provenza (Cupressus sempervirens) en climas fríos, húmedos o montañosos. Esta conífera se utiliza aislada o en alineación, para crear una gran pantalla vegetal. Su silueta vertical se destacará sobre un césped, en el centro de un gran macizo, pero también cerca de una piscina. Para rodearlo, elige coníferas rastreras o plantas cubresuelos como las violetas (Viola) y las pervincas. Las reales cualidades gráficas de las coníferas se imponen naturalmente en la concepción de un jardín contemporáneo, que privilegia las formas, las siluetas y las texturas. Se asocian bien con los brezos y las mahonias sin espinas. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.