Veronicastrum virginicum Erica

La Verónica de Virginia 'Erika' o Veronicastrum virginicum es una vivácea de gran tamaño con un porte esbelto y elegante. Su silueta fina se integra fácilmente entre las plantas estivales y aporta mucha ligereza, gracias a sus largas espigas florales meciéndose con el viento. Se cubren de múltiples pequeñas flores de aspecto plumoso desde el mes de junio. Estas, de color púrpura en capullo y rosa pálido al abrirse, ofrecen un hermoso degradado de tonos rosados a lo largo de la temporada y serán visitadas por numerosos insectos. Esta planta resistente prefiere suelos húmedos, incluso encharcados, y exposiciones semisombreadas.

Originaria de las llanuras de Estados Unidos, como su nombre indica, la Verónica de Virginia se encuentra en estado silvestre en todos los espacios llenos de agua: praderas inundables, orillas de zanjas, bordes de bosques... No teme al frío ni a la falta de luz, por lo que se instala en lugares que podrían parecernos ingratos. Así, resulta interesante desde un punto de vista gráfico y también generosa. Es una vivácea herbácea cuya silueta es reconocible rápidamente: todo está organizado alrededor de sus largos tallos no ramificados (hasta 1,40 m). Las hojas caducas son largas, de forma lanceolada y se describen como verticiladas. De hecho, están dispuestas en pisos en forma de estrella alrededor del tallo. La espiga floral en su extremo es larga (20 cm), compuesta de múltiples pequeñas flores y a veces rodeada de pequeñas espigas adicionales. La floración ocurre de abajo hacia arriba y permite descubrir diferentes matices de rosa en 'Erika'. Muy oscura al principio, se aclara progresivamente gracias a la aparición de estambres prominentes pálidos que le confieren un aspecto plumoso. Puede comenzar desde junio, según el clima de tu región, y extenderse hasta agosto, atrayendo a numerosos polinizadores.

Los Veronicastrum virginicum no se expanden y mantienen esa verticalidad, tan valiosa en el fondo de los macizos. 'Erika' se desliza así entre las Digitales a la sombra de los grandes árboles, detrás de las Prímulas japonesas y los Iris de Siberia cerca de un estanque. En un macizo donde el sustrato permanece fresco, estará a gusto cerca de los Phlox de colores variados. No te exigirá ningún mantenimiento, excepto un riego si el calor es demasiado intenso.