Sempervivum Rubin

El Sempervivum 'Rubin', con sus rosetas sedosas de un púrpura luminoso y de forma muy regular, es una de las variedades más bonitas de siempreviva. Un hermoso día de verano, como una grata sorpresa, surge del corazón de las rosetas más viejas un pequeño bohordo floral con flores en forma de estrella de un rosa carmín vivo. Esta siempreviva es una pequeña planta suculenta ideal para zonas áridas y minerales. No exige nada más que un lugar despejado. Sin ningún mantenimiento, sobrevive milagrosamente casi sin suelo, en un ambiente seco, pobre, silíceo, y se conforma con el agua de lluvia, aunque sea escasa.

De la familia Crassulaceae, la siempreviva de telaraña demuestra que un suelo pobre y un decorado mineral también pueden albergar bonitos ejemplares de colores vivos. Originaria y extendida por todas nuestras montañas francesas, desde los Alpes hasta los Pirineos, este Sempervivum bastante variable en su aspecto vive en rocas o pedregales, dispersando sus finas semillas en las grietas y aferrándose en las menores fisuras para formar lentamente pequeñas colonias de rosetas de diferentes tamaños. Ha sido hibridada con otras especies, produciendo bonitas variedades caracterizadas por la presencia de filamentos sedosos en el follaje.

El cultivar híbrido 'Rubin' fue seleccionado en Alemania en 1937. Posteriormente, fue premiado por la Real Sociedad de Horticultura inglesa. Sus rosetas, yuxtapuestas y muy apretadas entre sí, no superan los 10 cm en ninguna dirección al alcanzar la madurez. Con el tiempo, podrá formar mediante sus tallos estoloníferos un cojín mullido que se extiende sobre 50-60 cm en el suelo, adaptándose perfectamente al relieve. Parecido a una alcachofa ligeramente abierta, cada roseta perfectamente organizada está compuesta por numerosas hojas carnosas, puntiagudas, sin peciolos. Los hilos blancos, tensados entre las hojas centrales, brillan al sol, al igual que los cilios que las bordean. El color púrpura claro de las hojas se intensifica en verano. La floración aparece en las rosetas de 2 o 3 años, que luego desaparecerán, no sin antes asegurar su perpetuidad produciendo varias pequeñas rosetas en la periferia. Los bohordos floridos se desarrollan en verano, formados por tallos gruesos que portan de 1 a 5 flores con 8-10 pétalos de un rosa carmín vivo. Las raíces de esta vivácea son gruesas y largas; se infiltran profundamente en las grietas de las rocas, asegurando una buena fijación en las paredes mientras buscan agua en profundidad.

El Sempervivum Rubin es una bendición para jardines donde la tierra carece de espesor, allí donde pocas especies subsisten, colonizando espacios abandonados. Si tu terreno es pobre, más bien seco, pedregoso, rocoso o incluso un poco calcáreo, podrás disfrutar de esta vivácea resistente (que soporta temperaturas inferiores a -15°C), que no requiere mantenimiento y promete animar cualquier montón de piedras, un murete o incluso un techo vegetal. Las siemprevivas son, de hecho, plantas suculentas extremadamente fáciles de cuidar, ofreciendo flores y follajes de variados tonos que permiten componer decorados sorprendentes. Magníficas por su diseño en macetas, especialmente en cerámicas bajas tipo 'terrinas para bonsái', son insustituibles en bordillos, jardineras o rocallas, junto a Sedum, Saxifraga umbrosa, campanillas de los muros o Lewisia cotyledon. Estas viváceas en miniatura pronto generan ganas de multiplicarlas. Piensa en elegir compañeros con floraciones escalonadas (tomillos, Hertia cheirifolia, Saponaria ocymoides) y follajes coloridos (Sedum spathulifolium) para una rocalla variada y alegre.